
El caucho natural es un material excepcionalmente fuerte, flexible y sumamente impermeable.
Nos proporciona los neum??ticos de nuestros veh??culos, la suela de nuestros zapatos, las juntas de los motores y refrigeradores, y nos sirve para aislar cables y otros componentes el??ctricos.
Se usa en condones y en ropa, pelotas de deporte y en las humildes gomas el??sticas.
Durante el ??ltimo a??o, ha jugado un papel clave en la pandemia, en los equipos de protecci??n personal que utilizaron m??dicos y enfermeros en todo el mundo.
De hecho, el caucho est?? considerado como un bien de tal importancia que est?? incluido en la lista de la Uni??n Europea de??”materias primas cruciales
Desafortunadamente, hay signos de que el mundo podr??a estar qued??ndose sin caucho natural. Las enfermedades, el cambio clim??tico y la ca??da de los precios globales han puesto las reservas de caucho natural en riesgo.
Y eso ha llevado a que los cient??ficos busquen una soluci??n antes de que sea demasiado tarde.
Pero, ??c??mo un materia prima tan importante ha llegado a estar en peligro?
El suministro global de caucho natural ???alrededor de 20 millones de toneladas al a??o??? es producido casi en su totalidad por peque??os agricultores divididos que trabajan parcelas de terreno en bosques tropicales.
Millones de esos trabajadores se inclinan por plantaciones en Tailandia, Indonesia, China y ??frica Occidental, donde quitan con cuidado la corteza de los ??rboles para extraer una savia blanca lechosa que se moldea posteriormente en l??minas y se seca al sol.
En total, estos agricultores proveen el 85% de las provisiones de caucho natural del mundo.
Pero este fr??gil suministro est?? bajo amenaza. Originario de la selva brasile??a, el llamado ??rbol de caucho Hevea brasiliensis ya no se cultiva comercialmente en el pa??s debido a la prevalencia del tiz??n de Sudam??rica, un pat??geno catastr??fico que acab?? con la industria del caucho del pa??s en la d??cada de 1930.
Estrictos controles de cuarentena han contenido la enfermedad en Sudam??rica por ahora, pero se considera que su llegada a Asia es casi inevitable.

Mientras tanto, los agricultores de otras partes del mundo se enfrentan a pat??genos locales como la enfermedad de la pudrici??n blanca de la ra??z y otros tizones que han pegado el salto de plantaciones vecinas de palma aceitera.
El cambio clim??tico tambi??n est?? dejando su huella: la producci??n de caucho de Tailandia se ha visto afectada por sequ??as e inundaciones en los ??ltimos a??os, y esta ??ltima cat??strofe tambi??n ha extendido los microbios que causan las enfermedades a todas las regiones de cultivo.
La creciente demanda de caucho y la escasez de suministros deber??a ser una buena noticia para los agricultores, ya que har??a m??s rentable el cultivo de caucho.
Pero, desafortunadamente, ese no es el caso.
El precio del caucho
El precio del caucho lo fija el distante Mercado de Futuros de Shangh??i, donde los corredores especulan sobre el valor de este material junto al del oro, el aluminio y el combustible.
“El precio no tiene nada que ver con el coste de producci??n”, se??ala Robert Meyer, cofundador del comerciante de caucho Halcyon Agri.
Debido a este acuerdo, el precio del caucho por tonelada puede variar tres veces de un mes a otro, y en los ??ltimos a??os se ha mantenido en valores muy bajos.
Esta situaci??n compromete a??n m??s el suministro de esta materia. “El c??lculo que hacen los peque??os agricultores es que los ingresos son iguales al precio multiplicado por el volumen”, explica Meyer.

Los bajos precios fuerzan a los agricultores a explotar en exceso sus ??rboles para obtener m??s caucho, lo que debilita las plantas y las hace m??s susceptibles a enfermedades.
Tambi??n ha desalentado la plantaci??n de nuevos ??rboles para reemplazar a aquellos que est??n al final de su vida ??til comercial, y muchos agricultores han abandonado las plantaciones por completo.
Eleanor Warren-Thomas es una investigadora de la Universidad de Bangor, en Gales, que ha estudiado las din??micas de las plantaciones de caucho.
“El aceite de palma y el caucho natural dan el mismo dinero por unidad de tierra, pero la necesidad de mano de obra es mayor para el caucho”, explica.
“Debido a que el precio del caucho est?? cayendo, los agricultores est??n pasando de producir caucho a vender la madera para obtener ganancias a corto plazo, y cultivar palma aceitera en su lugar”.
Demanda y oferta
Todo esos factores llevan a que el mundo est?? ahora en un punto en el que el suministro de caucho natural no se ajusta a la demanda.
A finales de 2019, el Consejo Internacional Tripartito de Caucho advirti?? que el suministro global arrojar?? un d??ficit de un mill??n de toneladas en 2020, alrededor del 7% de la producci??n. Poco despu??s, comenz?? la pandemia.
La demanda se redujo de forma inmediata y los kil??metros recorridos ???la medida clave para la demanda de caucho??? cay?? a medida que los pa??ses impon??an cuarentenas.
Pero el caucho se recuper?? pronto. “La demanda super?? incluso las previsiones m??s optimistas”, se??ala Meyer.

A medida que fueron saliendo de los confinamientos, los ciudadanos chinos compraron un enorme n??mero de veh??culos nuevos, debido a la preocupaci??n por la seguridad sanitaria en los transportes p??blicos.
Y se esperan tendencias similares en el resto del mundo.
“Desde entonces, la demanda ha eclipsado a la oferta“, indica Meyer. “Ahora hay una escasez grave (de caucho) en los destinos, y el inventario de los fabricantes de neum??ticos es muy bajo”.
Pese a que el caucho sint??tico puede ser producido a partir de productos petroqu??micos, el caucho natural tiene unas propiedades exclusivas que los sint??ticos no pueden igualar: as?? como los guantes de l??tex natural son m??s resistentes al desgarro que los de nitrilo, los neum??ticos para aviones usan caucho natural por su alta elasticidad y resistencia al calor, que puede acumularse por la fricci??n durante el aterrizaje.
Parte del problema es que los trabajadores migrantes responsables de extraer el caucho a??n no pueden cruzar fronteras, por lo que los ??rboles se est??n quedando sin ser explotados.
Y las f??bricas que procesan el caucho para convertirlo en productos utilizables detuvieron su producci??n durante varios meses en primavera del a??o pasado.
Problemas estructurales
Pero el mayor problema es que la escasez es resultado de profundos problemas estructurales que no son f??ciles de resolver.
Eso ha motivado la b??squeda de medidas de emergencia que puedan salvarnos de una crisis de caucho.
La respuesta obvia ser??a: plantemos m??s ??rboles. Una vez que la escasez de esta materia empiece a afectar y suban los precios, los agricultores se sentir??n incentivados para talar la selva tropical y plantar m??s ??rboles de caucho.
Pese a que las plantaciones de palma aceitera han recibido mucha m??s atenci??n, las plantaciones de caucho pueden ser igual de perjudiciales para la p??rdida de la biodiversidad, seg??n Warren-Thomas.
Una escalada de los precios impulsada por la creciente demanda en China en 2011 llev?? a la deforestaci??n masiva en el Sureste Asi??tico a medida que los gobiernos liberaron tierra forestal para su desarrollo y sacar as?? provecho de esa tendencia.
Tan solo en Camboya, las plantaciones de caucho fueron responsables de un cuarto de la deforestaci??n total. Pese a ello, a??n pasar?? tiempo antes de que esos ??rboles est??n preparados para ser explotados, pues el proceso de crecimiento dura siete a??os.

Tambi??n podr??amos tratar de extraer m??s caucho de las plantaciones ya existentes. “En Indonesia, hay una gran oportunidad para aumentar el rendimiento”, se??ala Katrina Cornish, profesora de materiales emergentes de base biol??gica de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos.
“Est??n cultivando los mismos clones que Tailandia y Malasia pero los rendimientos son mucho m??s bajos, as?? que la gesti??n de los cultivos podr??a ser mejor. El da??o inmediato podr??a ser aliviado con los ??rboles ya existentes”.
Una opci??n es aplicar etef??n a los ??rboles, un qu??mico que estimula la producci??n de savia de l??tex. Pero si se aplica demasiada cantidad puede llegar a matar el ??rbol, por lo que los agricultores se muestran reacios a usarlo.
??Adi??s a los Hevea brasiliensis?
Otra opci??n es olvidar de una vez por todas los Hevea brasiliensis.
“El aumento de la producci??n necesita ser garantizada con alternativas, no con Hevea”, considera Cornish.
La Universidad Estatal de Ohio es parte del programa de excelencia de alternativas al caucho natural (PENRA), una asociaci??n industrial dedicada a evitar la inminente crisis. En ella, los investigadores est??n explorando qu?? plantas podr??an ser utilizadas para reemplazar al ??rbol de caucho.
Una de las que est??n investigando es Taraxacum kok-saghyz, que cultivaron los rusos cuando el suministro del caucho asi??tico se vio amenazado durante la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos tambi??n experiment?? con esta planta como cultivo de caucho de emergencia).
“Pero no la llames diente de le??n ruso”, advierte Cornish. “Es originario de Kazajist??n, est??n bastante molestos con eso”.

El diente de le??n kazajo produce aproximadamente una d??cima parte del caucho por acre (0,4 y 0,5 hect??reas) que los ??rboles de caucho y se extrae al triturar y presionar sus ra??ces. Pero est?? listo para la cosecha en tres meses, y produce una gran cantidad de semillas, lo que facilita la replantaci??n y el aumento de la producci??n.
El a??o pasado, el instituto de investigaci??n alem??n Fraunhofer ISC desvel?? un neum??tico llamado Biskya, una abreviaci??n alemana de Biomimetic Synthetic Rubber.
Hecho de caucho de diente de le??n, la empresa alega que tiene mayor resistencia al desgaste que el caucho tradicional.
En la Universidad Estatal de Ohio, Cornish y sus compa??eros est??n desarrollando variedades y t??cnicas de cultivo ???incluido hidrop??nicos y granjas verticales??? para ayudar a convertir el caucho de diente de le??n en una realidad comercial.
Bajo su sistema, las ra??ces de diente de le??n llenas de savia se pueden cosechar cinco veces al a??o.

Tambi??n est?? despertando inter??s el guayule, un arbusto que crece en los desiertos de la frontera entre Estados Unidos y M??xico.
Hambrientos de caucho durante la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. presion?? brevemente para que se produjera del guayule. Pese a que es qu??micamente parecido al caucho natural, no contiene las prote??nas que causan las alergias al l??tex.
En el marco del Proyecto de Emergencia del Caucho, un peque??o ej??rcito de cient??ficos y trabajadores se afan?? por cultivar 13.000 hect??reas de guayule, que pronto estar??an produciendo alrededor de 400 toneladas de caucho al mes.
El arbusto tarda dos a??os para producir su primera cosecha, pero se puede desmochar (podar las ramas superiores) y pasar a una cosecha anual despu??s de eso.
Con el fin de la contienda, no obstante, el programa fue abandonado, pues el barato caucho asi??tico volvi?? al mercado.
Actualmente, solo dos compa????as producen caucho del guayule para fines comerciales, incluido Yulex, que ofrece un traje de neopreno que es fabricado en parte en base al guayule y que comercializa a trav??s de la empresa textil Patagonia.
El fabricante de neum??ticos Bridgestone mantiene una parcela experimental de 114 hect??reas de guayule en Arizona, que produjo sus primeros neum??ticos en 2015.
Recibi?? asistencia del gigante petrolero italiano Eni, que mantiene otra parcela de guayule de pruebas en Sicilia.

La urgencia por aumentar estos esfuerzos provisionales no har?? m??s que agudizarse. La demanda global por el caucho natural seguir?? creciendo, especialmente a medida que los pa??ses en desarrollo se vuelven m??s ricos.
“Los autom??viles son la mayor parte del mercado de caucho y si cada familia africana acaba con dos veh??culos, eso es una tremenda cantidad de caucho”, apunta Cornish.
Hay signos de cambio: muchos de los grandes compradores de caucho ???incluido Bridgestone, Continental y Goodyear??? se han sumado a la Plataforma Global para un Caucho Natural Sostenible, que proh??be la compra de caucho cultivado en tierras recientemente deforestadas.
Meyer est?? ahora haciendo campa??a para establecer un precio m??nimo fijo del caucho. Como los sistemas de comercio justo del caf?? y el cacao, eso garantizar??a el sustento de peque??os agricultores en naciones en desarrollo, y ayudar??a a garantizar que el suministro de caucho fuera m??s s??lido.
“No estoy haciendo esto para hacerme rico o ser rico durante uno o dos trimestres m??s (???) Necesito pensar en el largo plazo”.
“Lo que busco es un suministro sostenible, que no sea incompatible con la conciencia humana”.
Warren-Thomas a??ade: “Debemos apoyar a los peque??os agricultores para que lo hagan lo mejor que puedan, hacerles resilientes a los cambios de precios ??? mejorar los sistemas de productividad y permitirles que tengan cultivos secundarios??? . Al final una mayor deforestaci??n de esos cultivos comerciales es una mala noticia para el clima, para la biodiversidad, para la gente, y se necesita pensar sobre ello de forma cuidadosa”.

Sin embargo, la llegada del tiz??n sudamericano a Asia podr??a poner esas preocupaciones en tela de juicio.
“Simplemente piensa en el barrenador esmeralda del fresno, la grafiosis, el fen??meno del escarabajo del pino… puedes perder una especie, mil millones de ??rboles, y no puedes simplemente reemplazar 40 millones de toneladas de caucho cuando el lote completo muere en un a??o”, advierte Cornish.
Cornish asegura que si al menos el 10% del caucho usado en el mundo viniera de fuentes alternativas, ??stas podr??an aumentarse si se diera una emergencia.
Tan solo Arizona tiene alrededor de 3 millones de hect??reas de tierra des??rtica apta para cultivar guayule.
Cornish se??ala que la crisis de caucho es una oportunidad ??nica en una generaci??n para atraer inversi??n a estas alternativas.
“Tenemos suficientes semillas de diente de le??n para poner en 40 hect??reas de granja vertical, y 3.000 hect??reas de guayule, pero necesitamos los fondos para ello”, subraya.
“Necesitamos que estos multimillonarios se involucren. Estoy determinado a conseguirlo antes de morir. Tenemos que hacer que funcione. Las consecuencias para el mundo desarrollado si los cultivos fallan son??inimaginables“.
BBC News