Se trataba de Mark Felt, el n??mero 2 del FBI, que lo confes?? en 2005 a sus 91 a??os. Filtr?? los datos esenciales de la investigaci??n a Bob Woodward y a Carl Bernstein, del Washington Post. El Presidente Richard Nixon ten??a el dato. ??Por qu?? call???
Fue due??o de los secretos m??s importantes de la historia contempor??nea de Estados Unidos: c??mo fue que el entonces presidente,??Richard Nixon,??hab??a avalado primero y encubierto despu??s,??el asalto al cuartel general del Partido Dem??crata en el edificio Watergate, de Washington.??Y lo cont?? todo. Y revel?? lo que sab??a a un periodista,??Bob Woodward, del Washington Post. Woodward y su colega,??Carl Bernstein??investigaron a fondo el caso Watergate y??el Washington Post gan?? hace cuarenta y ocho a??os el Premio Pulitzer??por aquel ??xito period??stico. El Post gan?? el premio el 7 de mayo de 1973 y??Richard Nixon tuvo que renunciar el 8 de agosto de 1974, fue el primer presidente de Estados Unidos en dejar su cargo.
El nombre del tipo que sab??a todo y cont?? todo, o casi todo, tambi??n fue un secreto: el mejor guardado de la historia del periodismo. Su nombre, como fuente an??nima, se mantuvo oculto durante treinta y tres a??os bajo un apodo elocuente, ???Garganta Profunda???, que era el t??tulo de una pel??cula porno con pretensiones de cine de culto, pero que tambi??n simbolizaba un atributo de aquella fuente an??nima, que ten??a una voz grave, oscura, subterr??nea e intensa.
En 2005, ???Garganta Profunda???, dio un reportaje a la revista Vanity Fair y descubri?? su identidad. Ten??a 91 a??os y crey?? que era hora de terminar con tanto secreto. Era Mark Felt, que en los d??as de Watergate era el n??mero dos del FBI, y quer??a llegar a ser el n??mero uno.La entrevista de Vanity Fair donde Felt lo cont??: “Yo soy el tipo al que llamaban Garganta Profunda”. Sin embargo, Nixon y muchos miembros de su gobierno lo supieron casi desde el principio.
La historia de Watergate, la de ???Garganta Profunda???, la de la investigaci??n del Post, y la del ba??l de secretos guardados bajo siete llaves es, adem??s de apasionante, una muestra de la importancia del secreto profesional en el periodismo de investigaci??n, con el que los populismos de cualquier signo quieren terminar. Y, segundo, es la prueba m??s clara de que no hay secretos y de que la verdad sale a flote. Siempre. La identidad de ???Garganta Profunda???, a quien hab??a que proteger de cualquier reacci??n de la Casa Blanca si se sab??a qui??n era el informante del Post, era conocida por los hombres de Nixon y por el propio presidente. Todos callaron, aunque por diferentes razones.
Con astucia, Woodward y Bernstein titularon su fant??stico libro sobre el caso ???Todos los hombres del Presidente???. Despu??s de todo, Mark Felt era uno de los hombres de Nixon. El caso tambi??n actualiza un interrogante eterno que no tiene respuesta ??nica: un funcionario que denuncia la corrupci??n del gobierno que integra ??es un benefactor de la democracia, o es un traidor a los suyos?
La historia oficial dice que el Caso Watergate empez?? en la noche del 17 de junio de 1972. Es verdad. Pero en realidad, el caso empez?? un mes y medio antes. El 2 de mayo de ese a??o, el legendario director del FBI, Edgar J. Hoover, muri?? en su casa en apariencia mientras dorm??a y por una deficiencia card??aca. El cuerpo reci??n fue descubierto en la ma??ana. Un llamado telef??nico, a las 9.45, alert?? a Felt sobre la muerte de Hoover y lo dej?? sacudido y perturbado: era el segundo en la l??nea de sucesi??n y el destinado a hacerse cargo de la poderosa agencia de investigaci??n federal de los Estados Unidos. As?? lo escribi?? en su diario: ???No me pas?? por la mente que el presidente pudiera designar a una persona ajena al FBI para reemplazar a Hoover. Mis antecedentes eran muy buenos y eso me llev?? a pensar que ten??a una chance excelente???.Richard Nixon resisti?? los embates del Watergate hasta que no pudo m??s y debi?? renunciar. El y parte de su equipo sab??an que Felt, el segundo hombre de la CIA, era Garganta Profunda.
Esta revelaci??n, y muchas otras de esta nota, figuran en ???The Secret Man ??? The Story of Watergate???s Deep Throat??? ???El hombre secreto ??? La historia del Garganta Profunda de Watergate???, que escribi?? Woodward, con la ayuda de Bernstein y que edit?? Simon & Schuster en 2005. Las esperanzas de Felt se iban a ver defraudadas muy pronto. Exactamente veintis??is horas y diez minutos despu??s de la muerte de Hoover, Nixon nombr?? director interino del FBI a L. Patrick Gray, un antiguo aliado del presidente, que hab??a trabajado mucho y duro en la campa??a electoral de Nixon en 1960, cuando fue derrotado por John F. Kennedy. Felt admiti?? haber estado resentido por partida doble: primero por haber quedado postergado, segundo, porque Nixon hab??a nombrad a un outsider como n??mero uno del FBI.
Ahora s??, la historia oficial. El s??bado 17 de junio de 1972 cinco ladrones entraron en las oficinas del cuartel central del Partido Dem??crata en Washington. No eran ladrones. Eran agentes al servicio de Nixon, empleados por el gobierno para evitar filtraciones de la Casa Blanca a la prensa, y a quienes les hab??an encargado pinchar los tel??fonos y colocar micr??fonos ocultos en la sede del partido rival del gobierno. Fueron sorprendidos y detenidos como ladrones comunes, y derivados a un juzgado ma??anero y de instancias menores.
Los cinco dijeron ser plomeros.??Era una humorada siniestra de Frank Sturgis, un tipo muy pesado de la CIA, mercenario de Bah??a de Cochinos y sospechado de haber tenido alguna relaci??n con el asesinato de John Kennedy en 1963. A Sturgis le festejaba los chistes??Gordon Liddy, otro pesado del FBI y de la Casa Blanca que muri?? el pasado 30 de marzo, y al que le adjudican ser el cerebro del asalto a Watergate.??Sturgis dec??a que si Nixon los hab??a contratado para evitar filtraciones, entonces eran plomeros.??El juez no crey?? ni palabra de lo que le dec??an los impresentables y decidi?? interrogarlos a fondo.Woodward y Bernstein en la redacci??n del Washington Post. Su investigaci??n del caso Watergate les vali?? un premio Pulitzer
Entonces intervino el azar, como siempre. Cubriendo esa noticia menor, un domingo a la ma??ana, en un juzgado nocturnal y con cinco ladrones de tres al cuarto, estaba Bob Woodward, del Washington Post. Y estaba all?? porque as?? pagaba un duro derecho de piso. En 1970, sin saber qu?? hacer con su vida, Woodward hab??a enviado una carta sin esperanzas al Post: buscaba empleo como reportero. Para su sorpresa, le contest?? Harry Rosenfeld, el editor de noticias locales, que decidi?? tomarle una prueba. No aprob??. Woodward confiesa que Rosenfeld se hab??a sentido ???espantado por mi ignorancia, que era incluso m??s grande que mi arrogancia???, y lo mand?? a aprender los rudimentos de la profesi??n a un semanario de Maryland, ???The Montgomery County Sentinel???.
Durante ese a??o en el semanario, Woodward consult?? un par de veces a una fuente de informaci??n que le merec??a confianza: Mark Felt. Y de nuevo el azar: Woodward y Felt se conoc??an desde el verano de 1969, cuando el ahora periodista era un teniente de la Armada de Estados Unidos asignado al Pent??gono, y oficiaba de correo entre la sede militar y la Casa Blanca. All?? hab??a conocido a Felt y hab??an entablado una relaci??n amistosa y de mutua confianza.
Felt hab??a nacido en agosto de 1913 en Idaho, era un egresado de la Universidad estatal. Se hab??a casado con su novia de estudiante, Audrey Robinson y se hab??a instalado en Washington para trabajar como joven ayudante del entonces senador dem??crata de Idaho, James Pope. Se gradu?? como abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad George Washington y en 1941 decidi?? postularse para entrar en el FBI, donde hizo una veloz carrera: investig?? a la mafia de Nevada y Las Vegas, supervis?? luego la Academia del FBI y lleg?? a ser el n??mero dos del FBI, detr??s de Hoover.El libro que Woodward escribi?? despu??s de la revelaci??n de Felt, donde narra su propia versi??n de la relaci??n con el informante
Aquella ma??ana de domingo de junio de 1972, cuando el juez James Belsen pregunt?? a los ???plomeros??? apresados en el edificio Watergate qu?? hac??an en realidad para ganarse la vida, uno de ellos dijo: ???Somos anticomunistas???. El juez se dirigi?? entonces al que le pareci?? el jefe de todos, un tipo que parec??a mayor, calvo e inexpresivo, que hab??a dado un paso adelante, para hablarle m??s cerca al juez y que de alguna manera contrastaba con la pinta y el talante de tres de sus colegas, que eran exiliados cubanos anticastristas.
-Soy consultor de seguridad, le dijo el inexpresivo al juez..
-??D??nde trabaja?
-En el gobierno.
-??D??nde ???en el gobierno?
El tipo, que se llamaba James McCord, contest?? algo inentendible.
-Hable m??s fuerte y m??s claro, le pidi?? el juez.
Woodward entonces dio un paso adelante para escuchar mejor, y McCord dijo:
-En la CIA.
As?? empez?? el esc??ndalo Watergate. Aquella noticia sin importancia, sobre un robo ???menor???, apareci?? encabezada as?? en el Post del lunes 19: ???Cinco hombres, uno de los cuales dijo ser un ex agente de la CIA, fueron arrestados a las 2.30 de ayer en lo que las autoridades describieron como un elaborado plan para instalare micr??fonos ocultos en las oficinas del Comit?? Central Dem??crata???.
Woodward y Bernstein empezaron a tirar del hilo de los plomeros, a quienes les hab??an hallado en los bolsillos de cada uno quinientos d??lares en billetes nuevos de cien, y descubrieron que, metido hasta las cejas en la invasi??n a la sede del Partido Dem??crata, estaba el Comit?? de Reelecci??n de Nixon. En las primeras semanas del caso, Woodward recibi?? un llamado de Felt que le dio valiosa informaci??n, en grageas, pero muy ??til para enriquecer la investigaci??n. Es de Felt la frase que construy?? el caso: ???Sigan la pista del dinero???.Carl Bernstein y Bob Woodward cuando confirmaron en 2005 que lo que hab??a contado Mark Felt a Vanity Fair -que ??l era Garganta Profunda- era cierto (Photo by Win McNamee/Getty Images)
Cinco d??as antes del asalto frustrado a la sede dem??crata, el domingo 12 de junio de 1972, en trescientos cines de Estados Unidos se hab??a estrenado ???Deep Throat???, Garganta Profunda, una pel??cula porno protagonizada por Linda Lovelace. Su t??tulo exime de mayores explicaciones sobre su argumento, algo chusco y chocarrero, y sobre un gui??n con pretensiones nunca satisfechas de realismo social. Cuando en el Post le preguntaron a Woodward sobre la identidad de su fuente, se neg?? a revelarla y la defini??, incluso en sus art??culos, como ???una fuente de la rama ejecutiva con acceso al Comit?? de Reelecci??n del Presidente y a la Casa Blanca???. El compromiso de Woodward ante Felt era no revelar jam??s su identidad, al menos que lo hiciera el propio Felt, o hacerlo s??lo despu??s de su muerte. En la intimidad de la redacci??n del Post, la fuente de Wooward pas?? a ser ???Garganta Profunda???, que salt?? a la fama como tal reci??n en 1973, cuando Woodward y Bernstein publicaron ???All the President???s Men??? que luego fue pel??cula protagonizada por Robert Redford, Dustin Hoffman y Hal Holbrook como el informante secreto, dirigidos todos por Alan J. Pakula.
Periodista y jefe del FBI establecieron un c??digo para reunirse, siempre en secreto. Cuando Woodward quer??a preguntar algo a Felt, cambiaba de lugar una maceta que ten??a una bandera roja y engalanaba el balc??n de su departamento del 1718 de la calle P, no muy lejos del Post. Cuando Garganta Profunda quer??a hablar con Woodward, en la p??gina 20 de la edici??n de The New York Times que el periodista recib??a a diario, aparec??a un c??rculo rojo con las manecillas de un reloj que marcaba la hora del encuentro.Gordon Liddy al ser liberado en Washington despu??s de pagar una fianza de 5.000 d??lares despu??s de cumplir 21 meses de prisi??n tras la condena que recibi?? por ser el cerebro del caso Watergate. (Foto AP / Archivo)
Con el tiempo, y por razones de seguridad, s??lo seis personas supieron la identidad de Garganta Profunda: Woodward, Bernstein, que jam??s vio a Felt sino hasta poco antes de su muerte, en diciembre de 2008, Elsa Walsh, la mujer de Woodward, el m??tico editor general del Post, Ben Bradlee, y Leonard Downie Jr, que hab??a sido editor del caso y en 1991 sucedi?? a Bradlee. El sexto en saber el secreto fue John Stanley Pottinger, un novelista y abogado, asistente del Procurador General para Derechos Humanos que en 1976 dedujo, por instinto y por l??gica, que el informante del Post era Felt. Y se lo dijo a Woodward: ???Salt?? en mi silla, pero trat?? de mantener una cara de p??ker ???confesar??a Woodward??? Estuve profundamente preocupado porque saliera a la luz su identidad. Pottinger dijo que ??l no dir??a nada???. Y no dijo nada.
Hubo otra peligrosa filtraci??n, veintisiete a??os despu??s del Caso Watergate. En el verano de 1999, el peri??dico The Hartford Courant, el m??s le??do del estado de Connecticut, public?? una nota en la que un estudiante de 19 a??os, Chase Culeman-Beckman, dec??a que el hijo de Bernstein, Jacob, le hab??a confesado que Garganta Profunda era Mark Felt. Culeman-Beckman y Jacon Bernstein hab??an compartido diez a??os antes un campamento de verano. El reportero de The Hartford, David Daley, contact?? entonces a Felt, que se mantuvo fiel al secreto: ???No, no soy yo. Yo lo hubiese hecho mejor. Hubiese sido m??s efectivo. ???Garganta Profunda??? no fue exactamente quien provoc?? el derrumbe de la Casa blanca, ??verdad????
Pero los cazadores estaban cazados. Richard Nixon y parte de los hombres del presidente sab??an, lo supieron siempre y desde el inicio del esc??ndalo, que quien filtraba la informaci??n al Washington Post era Felt. Esa sorprendente revelaci??n surge de las cintas grabadas por el propio Nixon, esas cintas que lo llevaron a la renuncia porque en ellas estaban las pruebas de su intento de entorpecer la investigaci??n judicial de Watergate.El complejo Watergate, en Washington, donde se encontraba el cuartel general del Partido Dem??crata 163
El 10 de octubre de 1972, en plena investigaci??n del Washington Post sobre Watergate, H. R. Haldeman, el sinuoso jefe de gabinete de Nixon que pasar??a dieciocho meses en la c??rcel por su participaci??n en el esc??ndalo, inform?? al presidente que sus hombres hab??an descubierto que las mayores filtraciones sobre Watergate sal??an del FBI: ???Vienen del m??s alto nivel??? De Mark Felt???. Nixon pregunt?? entonces: ?????Por qu?? demonios har??a una cosa as??????. Haldeman le dijo entonces que ??l cre??a que Felt quer??a ser nombrado director del FBI y que no se pod??a hacer nada en su contra porque, ???Renunciar?? e ir?? a la televisi??n a contar todo lo que sabe. Y lo sabe todo???. Entonces Nixon tuvo con Haldeman un intercambio que pinta al ex presidente de cuerpo entero:
-Es una muy mala manera de llegar a la cima. ??Es cat??lico?
-Jud??o.
-Cristo, poner un jud??o all?????
As?? lo revela Richard Reeves en su libro, ???President Nixon .- Alone in the White House ??? Presidente Nixon ??? Solo en la Casa Blanca???, un estudio d??a por d??a de aquellos agitados a??os en Estados Unidos y el resto del mundo.
Cuando, en julio de 2005, Felt revel?? a Venity Fair qui??n era, la revista eligi?? un t??tulo impecable: ???Yo soy el tipo al que llamaban Garganta Profunda???, ilustr?? las con las fotos de un anciano estragado ya por el Alzheimer y pag?? a Felt y a su familia diez mil d??lares por la exclusiva.
Reci??n entonces, Ben Bradlee, el editor del Post en los d??as de Watergate, admiti?? la identidad de la fuente y lo mismo hizo Woodward que volc?? toda la historia en su libro m??s breve y ligero, un one shoot urgido, pero esclarecedor. El Post y sus periodistas callaron por treinta y tres a??os por respeto al compromiso de la prensa de no revelar sus fuentes cuando estas lo piden. Y esta fuente dec??a la verdad. Nixon y sus hombres callaron durante los d??as de Watergate para que Felt no convirtiera el esc??ndalo en tragedia: de eso se encarg?? Nixon. Y los hombres del presidente que conoc??an la identidad de ???Garganta Profunda??? callaron luego para no revelar que el caso hab??a sido revelado por uno de sus hombres de confianza.
Felt muri?? mientras dorm??a en un hospicio de Santa Rosa, California, el 18 de diciembre de 2008. Ten??a 95 a??os.
Sobre su figura pesa todav??a un drama ??tico. ??Actu?? por despecho, por no ser nombrado director del FBI? ??Lo hizo convencido de que su acci??n fortalec??a el sistema, aunque ??l violara su juramento al FBI? ??Traicion?? al gobierno al que serv??a, y su juramento como agente del FBI? O, por el contrario, ??fue un h??roe nacional que salv?? los valores de la democracia, amenazados por la corrupci??n?
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