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Desde finales de la d??cada de 1940, alrededor de 50 pueblos como este fueron desalojados para dar paso a las minas de carb??n en Renania del Norte-Westfalia, el estado m??s poblado de Alemania.

Manheimse encuentra en el borde de Hambach, una de las tres minas a cielo abierto en la regi??n donde se extrae el lignito, un tipo de carb??n utilizado casi exclusivamente en la generaci??n de energ??a.

La empresa de energ??a RWE, que opera las minas, compr?? sus casas a la mayor??a de los residentes de Manheim, y estos se mudaron a la reci??n construida Manheim-Neu (Nuevo Manheim) justo al lado. Incluso se han llevado los nombres de las calles con ellos, y en las que estoy ahora fueron borradas del mapa.

Alemania es el??mayor productor mundial de lignito??y la industria ha dado forma tanto al paisaje como a la vida de las comunidades aqu?? durante generaciones

Adem??s de la destrucci??n y reconstrucci??n de pueblos, bosques y tierras de cultivo, las minas han proporcionado un suministro constante de puestos de trabajo calificados y manuales para miles de personas.

Tambi??n han sido escenario de grandes protestas, en las que activistas luchan por salvar partes del bosque vecino de Hambach, el 90% del cual fue tragado por la mina. Las tensiones entre los ambientalistas, la polic??a y los empleados de RWE han sido un tel??n de fondo en la vida cotidiana durante los ??ltimos 15 a??os. El viejo pueblo de Manheim incluso fue ocupado por activistas en un momento, y sus grafitis de “Hambi se queda” todav??a se pueden ver en las paredes de algunas casas abandonadas.

Pero todo esto est?? a punto de cambiar.

Un nuevo futuro

El a??o pasado, Alemania anunci?? que planea eliminar el uso de carb??n por completo para 2038. El lignito es el m??s contaminante de todos los tipos de carb??n, ya que su menor densidad significa que se deben quemar cantidades m??s grandes para producir energ??a, y es responsable del 20% de las emisiones de carbono del pa??s.

Iglesia en Manheim.
Pie de foto,El pueblo de Manheim fue desalojado por la actividad minera.

La regi??n ha recibido 15.000 millones de euros (US$17.800 millones) del gobierno federal para que este proceso de cambio sea un ??xito.

Las minas eventualmente se rellenar??n y algunas partes de la tierra que una vez estuvieron destinadas a la destrucci??n ahora sobrevivir??n, incluido el 10% del bosque de Hambach que sigue en pie.

Ahora, la comunidad enfrenta un nuevo desaf??o: c??mo crear un nuevo futuro para la regi??n despu??s del carb??n.

Rudolf Juchelka, un ge??grafo econ??mico de la Universidad de Duisburg-Essen que estudia la historia y la cultura de la miner??a del carb??n, dice que, a pesar de que la destrucci??n de viviendas es molesta para los residentes mayores en particular, la mayor??a de la gente en esta regi??n carbon??fera estaba acostumbrada a ella.

“La gente sabe desde hace 30 o 40 a??os que su pueblo alg??n d??a ser??a destruido”, dice. “Y muchos tambi??n trabajaron en las minas, por lo que hay un conflicto ah??”. Y aunque los pol??ticos hablaron sobre la posibilidad de una eliminaci??n gradual del carb??n durante a??os, la repentina introducci??n de la fecha de 2038 fue un poco sorprendente.

“La gente plane?? sus vidas y ahora, de repente, todo est?? cambiando”, dice Juchelka.

Zukunftsagentur (Agentes del Futuro), una organizaci??n sin fines de lucro con sede en la cercana ciudad de J??lich, tiene la tarea de idear una estrategia sobre la mejor manera de utilizar los 15.000 millones de euros. Su director ejecutivo, Ralph Sterck, me dice que se est??n preparando muchas grandes ideas.

“Queremos convertirnos en un modelo para el resto del mundo sobre c??mo salir del carb??n”.

RWE est?? cambiando su enfoque hacia las energ??as renovables, pero los parques e??licos requieren muchos menos trabajadores que las minas, lo que significa que se perder??n miles de puestos de trabajo en la empresa.

Los parques de investigaci??n de inteligencia artificial, los centros de producci??n de hidr??geno y la computaci??n cu??ntica se promocionan como nuevas industrias potenciales, y Zukunftsagentur espera no solo reemplazar los trabajos que se est??n perdiendo, sino tambi??n crear nuevos.

Dos minas, incluida Hambach, se llenar??n con agua para crear lagos, un proceso que llevar?? 100 a??os debido a su tama??o, mientras que otra, Garzweiler, se rellenar?? potencialmente con tierra lista para construir nuevos asentamientos.

Pueblo de Manheim.
Pie de foto,Los residentes de Manheim tuvieron que mudarse a la reci??n construida Manheim-Neu.

Sin embargo, Sterck sabe que hay un gran desaf??o que superar si se quiere que algo de esto tenga ??xito.

“Siempre que construyes algo nuevo, tambi??n necesitas contar con los ciudadanos, o no funcionar??”, dice. “Hay mucha gente trabajando en las minas en este momento y est??n muy abiertos a las ideas, y tambi??n est??n los activistas clim??ticos, que son m??s cr??ticos con el proceso. Pero tenemos que unirlos a todos”.

Los cr??ticos

Es importante tener claro que el plan de salida del carb??n de Alemania est?? muy por debajo de las recomendaciones ambientales.

Seg??n las estimaciones, la Uni??n Europea necesita eliminar gradualmente el carb??n para 2030 para cumplir con el objetivo de 1,5??C del Acuerdo de Par??s, que todos los pa??ses del bloque se han adherido. La UE ha pedido una eliminaci??n global de la energ??a del carb??n, donde no se combina con la captura y el almacenamiento de carbono para absorber las emisiones.

“Es demasiado lento”, me dice Dirk Janson. El director del grupo regional Amigos de la Tierra ha estado haciendo campa??a contra las expansiones de la mina durante a??os y apoya a los activistas que han ocupado ??reas forestales y pueblos.

Seg??n el plan actual, las expansiones de la mina continuar??n durante varios a??os, lo que significa que cinco pueblos m??s ser??n destruidos. Janson tambi??n critica los pagos de compensaci??n que recibir??n los propietarios de plantas de energ??a de lignito.

“Necesitamos detener esta extracci??n de lignito, ahora mismo. No es necesario”, dice Janson.

Bosque en Manheim.
Pie de foto,Los ambientalistas llevan a??os tratando de salvar el bosque de Hambach.

Le gustar??a que la regi??n se convierta en un centro de energ??a renovable y que las ??reas boscosas se expandan para ayudar a revertir la p??rdida de biodiversidad.

De vuelta en el viejo pueblo de Manheim, Marco y Claudia Jakobs me muestran el lugar donde una vez estuvo su casa.

“Sab??a que alg??n d??a desalojar??an el pueblo cuando me mud?? aqu?? (en 1999)”, dice Claudia. “Pero parec??a tan lejano en el futuro”.

Alrededor de 2001, se convocaron las primeras reuniones para explicar a los residentes que necesitaban mudarse. “Fue muy surrealista. Pero pronto nos dimos cuenta de que ten??amos que vivir con eso y hacer de nuestras nuevas vidas lo mejor que pudi??ramos”.

Ambos dicen que se sintieron respaldados tanto por la RWE como por las autoridades cuando planificaron el nuevo pueblo -“obtuvimos la mayor??a de las cosas que quer??amos, como mucho espacio verde”- a pesar de que el dinero recaudado por la venta de su antigua casa no cubri?? el total costo de la nueva construcci??n.

Tambi??n fue emotivo entregar las llaves a RWE el d??a que se mudaron. “Mi hijo nunca podr?? regresar al lugar donde creci??“, dice Claudia.

Muchas casas en el pueblo fueron ocupadas por activistas despu??s de que los residentes se fueron, lo que los Jakob dicen que la comunidad encontr?? traum??tico a pesar de que en general apoyaban la salvaci??n del bosque.

“Algunos de nuestros vecinos se lo tomaron muy personalmente, porque sent??an que sus corazones todav??a estaban en esas casas, aunque la compa????a de energ??a ahora era su due??a”, dice Claudia.

Pero a pesar de que la industria minera est?? causando tantos trastornos en sus vidas, los Jakob dicen que se sienten inc??modos con la carrera para salir del carb??n. “Parece un poco demasiado r??pido”, dice Marco.

Una de las m??quinas de excavaci??n.
Pie de foto,M??quinas de excavaci??n en las minas de Manheim.

A los empleados mayores de RWE les han ofrecido c??modos planes de jubilaci??n anticipada, pero Marco est?? preocupado por las personas de entre 20 y 30 a??os, que deber??n volver a capacitarse. “Espero que logremos construir una nueva econom??a”.

Incorporar a la comunidad

La Comisi??n Europea y otras agencias internacionales han elogiado a Zukunftsagenteur por su ??xito al incorporar a diferentes grupos afectados en el proceso de transici??n.

La UE tambi??n sugiri?? que su trabajo de divulgaci??n ha ayudado a lograr una alta aceptaci??n de la necesidad de una salida del carb??n, en comparaci??n con otras partes del mundo donde se ha convertido en un tema muy divisivo.

Pero la directora del proyecto, Nicole Kolster, que trabaja para incorporar a los miembros de la comunidad al proceso de planificaci??n, insiste en que esta complicada tarea a??n est?? en curso. La gente de la regi??n dice que quiere que los cambios se produzcan r??pidamente.

Sin embargo, tambi??n quieren la mayor cantidad de personas posible a bordo, lo que ralentiza los procesos. La pandemia de covid-19 tambi??n ha significado que las sesiones de retroalimentaci??n se hayan realizado hasta ahora en l??nea, lo que limita su impacto, pero Kolster dice que ha obtenido buenas ideas sobre c??mo se podr??a dar forma a los planes.

“La gente nos ha dicho que cree que la calidad de vida es tan importante como la econom??a”, cuenta.

El aumento de la biodiversidad a trav??s de ??reas m??s silvestres y boscosas y la creaci??n de los lagos son ideas populares, al igual que la conmemoraci??n del papel que jug?? la miner??a en la zona a trav??s de monumentos y museos.

El plan ahora es tratar de llegar a los residentes de forma m??s directa a medida que se levanten las restricciones de covid-19. “Queremos un veh??culo que nos permita acercarnos directamente a la gente, explicar qui??nes somos y por qu?? queremos que se involucren”, dice.

Casa demolida en Manheim.
Pie de foto,Alrededor de 50 pueblos como este fueron desalojados para dar paso a las minas de carb??n en Renania del Norte-Westfalia.

En el viejo pueblo de Morschenich, no lejos de Manheim, el alcalde, George Gelhausen, est?? ideando un plan que espera pueda salvar las divisiones de la comunidad.

Al entrar, se ha erigido un nuevo letrero debajo del nombre original del pueblo: “Pueblo del futuro”. Este lugar estaba destinado a ser destruido para dar paso a la mina Hambach, al igual que Manheim. Pero cuando se anunci?? la eliminaci??n del carb??n el a??o pasado, se cancelaron las excavaciones adicionales en esta direcci??n.

Desafortunadamente, la mayor??a de los residentes ya se hab??an mudado a nuevas casas en otros lugares.

“La gente se decepcion?? por que fuera demasiado tarde para elegir quedarse”, dice. “Pero la mayor??a estuvo de acuerdo en que, en lugar de que se muden nuevas personas, les gustar??a ver el pueblo transformado en otra cosa”.

El plan ahora es crear un centro de investigaci??n y energ??a renovable, y Gelhausen est?? trabajando con estudiantes de la universidad local para elaborar planes s??lidos, as?? como recopilar opiniones de la comunidad sobre lo que quieren que suceda.

“La gente rechazar?? autom??ticamente cualquier plan si siente que no estuvo involucrada”, dice Gelhausen, y agrega que cree que se necesitar??n dos o tres a??os para armar una estrategia que tenga en cuenta las opiniones de todos.

“Mi objetivo es llevar la paz a este pueblo”, dice. “Hab??a 50.000 manifestantes y 2.000 polic??as aqu?? en un momento dado. Muchos residentes trabajaban en las minas y estaban molestos, ya que sent??an que su comunidad y sus trabajos estaban siendo destruidos”.

“Hay emociones fuertes en ambos lados y pueden chocar f??cilmente, por lo que es importante que construyamos un di??logo pac??fico”.

Alemania tiene una larga historia de transformaci??n industrial, lo que puede haber ayudado a que siga siendo la econom??a m??s grande de Europa. Pero esto no siempre ha sido bien recibido por sus ciudadanos.

El proceso de reunificaci??n en la d??cada de 1990 vio a muchos trabajadores en la antigua Alemania Oriental comunista perder sus trabajos cuando sus industrias fueron privatizadas, lo que ha resultado en un sentimiento de quedarse atr??s.

“No veo que ning??n pa??s europeo est?? manejando muy bien este tema de participaci??n ciudadana”, dice Dagmer Schmidt, quien ha trabajado con comunidades en Lusacia, otra regi??n de lignito en el este de Alemania. “Parece que hemos perdido el arte de tener buenas conversaciones sobre el futuro, o quiz??s nunca lo tuvimos para empezar”.

Los residentes, en general, apoyan la salida del carb??n y comprenden su importancia desde una perspectiva ambiental, encontr?? una encuesta de otras regiones mineras en Alemania. Sin embargo, tambi??n dicen que encuentran dif??cil identificar una visi??n general para la transici??n.

De vuelta en Morschenich, de pie frente a las casas que alguna vez fueron marcadas para la destrucci??n, el alcalde Gelhausen dice que es bastante optimista.

“Esta es una situaci??n realmente ??nica, por lo que tenemos una oportunidad ??nica”, concluye. “Creo que ser?? emocionante ver c??mo se desarrollan las ideas aqu??”.

BBC news

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