El pasado mes de diciembre de 2020 fueron aprobadas las primeras vacunas frente al SARS-CoV-2.
A lo largo de las campa??as de vacunaci??n, los an??lisis han ido mostrando la alta efectividad de las vacunas.
Estas cifras se han mantenido incluso frente a las nuevas variantes, y especialmente a la hora de reducir la probabilidad de las formas graves de la covid-19: hospitalizaci??n, ingresos en UCI y mortalidad.
A ra??z de estos excelentes resultados se ha instalado un mensaje que enmarca las vacunas como la herramienta fundamental de salud p??blica, y a la ciencia detr??s de su consecuci??n como la ??nica v??a de escape de la situaci??n actual.
Este marco de an??lisis de la pandemia ???y el concepto de salud p??blica que desprende??? adolece de profundidad y de b??squeda de la ra??z de los problemas que esta crisis ha puesto de relieve.
“La medicina es una ciencia social, y la pol??tica no es m??s que medicina a gran escala”, asegur?? el pat??logo Rudolf Virchow en el siglo XIX.
De forma similar, nuestro an??lisis debe ir m??s all?? para intentar comprender un fen??meno que no puede reducirse exclusivamente a su dimensi??n sanitaria.
Brotes y enfermedades con perspectiva hist??rica
Si nos fijamos en la historia de las enfermedades infecciosas parece dif??cil imaginar un escenario donde podamos vivir sin preocuparnos por los microorganismos presentes en nuestro entorno.
A pesar de que la carga de las enfermedades infecciosas ha disminuido en los ??ltimos 30 a??os, el n??mero de brotes epid??micos ha aumentado.
Esto quiere decir que, aunque en t??rminos globales nuestra principal carga de mortalidad se encuentra en enfermedades cr??nicas como el c??ncer y las enfermedades cardiovasculares, nos encontramos en una situaci??n de vulnerabilidad ante nuevas infecciones con potencial pand??mico.

Este cambio se da principalmente en los brotes de origen zoon??tico, en los que un microorganismo salta de animales a humanos.
Por tanto, centrar nuestra mirada en el SARS-CoV-2 (el dedo) dificulta que intentemos entender las causas detr??s del incremento de estos fen??menos y de su impacto en nuestras sociedades (la luna).
Esto ha situado las interacciones con los animales y la destrucci??n de ecosistemas en el centro de las investigaciones de las nuevas enfermedades infecciosas.
El concepto de One Health (una integraci??n de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente) ya est?? reconocido por la Organizaci??n Mundial de la Salud (OMS) como uno de los principales enfoques para afrontar los problemas de salud emergentes.
Las causas de las causas de las pandemias
Una de las principales funciones de la epidemiolog??a es buscar cu??les son los elementos que hacen que tengamos una mejor y peor salud.
Estos determinantes se encuentran a diferentes niveles: algunos responden a nuestras caracter??sticas individuales, pero otros se asocian a elementos estructurales como el sistema sanitario, el lugar de residencia, o incluso el sistema econ??mico y pol??tico.
Esto es lo que investigadores y organismos internacionales han denominado “determinantes sociales de la salud”.
En ocasiones, se suelen representar como un r??o: los determinantes individuales se encuentran en la parte inferior, mientras que las “causas de las causas” se encuentran en la parte alta del r??o.
Estas influyen en las causas que est??n “r??o abajo”.

Si aplicamos este enfoque a la pandemia de covid-19 podemos situar tres ejes principales de an??lisis:
1. Incremento de la frecuencia de las zoonosis
La aparici??n de zoonosis depende de un delicado equilibrio entre personas, pat??genos y biodiversidad.
En el momento en el que uno de estos elementos (como los seres humanos) altera el equilibrio de un ecosistema, las consecuencias pueden ir m??s all?? del impacto inicial.
Esto puede favorecer el contacto con pat??genos desconocidos o la alteraci??n de la biodiversidad que manten??a a determinados microorganismos en unos niveles de bajo riesgo de zoonosis.
Algunas de las actividades humanas que se han relacionado con la mayor frecuencia de estos fen??menos tienen su origen en un modelo de producci??n y de extracci??n de recursos que conlleva cambios en el uso del suelo, deforestaciones o modificaciones de los microclimas que terminan alterando el equilibrio de los ecosistemas.
2. R??pida difusi??n de las enfermedades transmisibles
Con la generalizaci??n del acceso a medios de transporte como el a??reo, el surgimiento en una parte del mundo de una zoonosis que se transmita entre humanos puede distribuirse a nivel internacional a una velocidad mayor que la capacidad de respuesta de los sistemas de salud p??blica.
Adem??s, tambi??n hay que considerar el impacto medioambiental de determinados modelos de movilidad que pueden alterar el equilibrio que coment??bamos en el primer punto.
3. Impacto desigual de la epidemia
Aunque en un principio los principales dirigentes intentaron establecer un marco de solidaridad arguyendo que la pandemia nos afectaba a todas las personas por igual, pronto esta afirmaci??n se vio desacreditada por la evidencia que se iba recopilando en diferentes partes del mundo.

Una vez finaliz?? la primera onda pand??mica, los sistemas de vigilancia permitieron observar que el riesgo de contagio se incrementaba a medida que disminu??a la clase social, debido a una mayor participaci??n en trabajos presenciales y con condiciones precarias o a unas condiciones habitacionales que dificultaban los aislamientos.
Adem??s, la probabilidad de fallecer por covid-19 tampoco segu??a una distribuci??n homog??nea entre grupos sociales.
Aquellos grupos que sufren m??s ejes de desigualdad presentan mayor prevalencia de patolog??as ???como diabetes u obesidad??? que se asocian con un cuadro grave de la enfermedad.
A este fen??meno de una pandemia que opera sobre las desigualdades de salud preexistentes es lo que se conoce como “sindemia“.
Las causas de las causas
Como dec??amos al principio, ante los buenos resultados de las vacunas comercializadas se ha instaurado un discurso que pone a la vacuna como la ??nica herramienta para mitigar la pandemia.
Sin embargo, si nos fijamos en el an??lisis de algunas de las posibles causas de las causas de la situaci??n actual, la vacuna no va dirigida contra ninguna de ellas.
Las pandemias no son solo fen??menos virol??gicos, sino fen??menos sociales cuya forma est?? determinada por la actividad humana y la organizaci??n de nuestra sociedad.
Por ello, si queremos minimizar su impacto en el futuro no podemos poner el foco en una vacuna para cada microorganismo nuevo, sino en poner los medios necesarios para reducir la probabilidad de aparici??n, su r??pida difusi??n y su impacto diferencial en la poblaci??n.

No es una dicotom??a absoluta, pero la atenci??n a las causas de las causas requiere de estrategias a largo plazo y recursos que no reportar??n resultados inmediatos.
Una salud p??blica con enfoque de determinantes sociales no puede limitarse a una campa??a de vacunaci??n, sino que debe entender los fen??menos que subyacen a la aparici??n de enfermedades nuevas y a su desigual distribuci??n en la sociedad.
Solo as?? podremos empezar a hablar de una verdadera salud p??blica como herramienta para resolver los problemas de salud colectivos.
*Mario Font??n Vela es doctorando en Epidemiolog??a y Salud P??blica en la Universidad de Alcal?? y Pedro Gull??n Tosio es profesor ayudante doctor en salud p??blica en la Universidad de Alcal??.
BBC News