El sismo, que tuvo lugar al mediodía hora local (06:00 GMT), ha producido una gran devastación, con numerosos edificios derrumbados.
Tan solo en Myanmar, las autoridades reportaron que hay al menos 144 muertos y más de 732 heridos, pero se teme que los números se eleven conforme avanzan las labores de rescate.
En la vecina Tailandia, los reportes iniciales indicaban que tres personas fallecieron tras el derrumbe de un rascacielos en construcción en la capital, Bangkok, donde hay al menos 81 obreros desparecidos.
Cuatro réplicas menores, de magnitudes entre 4,5 y 6,6, se han sentido desde el primer temblor.

La junta militar birmana ha declarado el estado de emergencia en Naipidyió, la capital, y en otras cinco regiones del país.
El hermetismo de Myanmar, gobernado por una junta militar desde 2021, hace que la información procedente del país salga con cuentagotas, por lo que es difícil conocer más sobre la magnitud de la catástrofe en el país, que atraviesa una cruenta guerra civil.
Sin embargo, un miembro de un equipo de rescate en Mandalay le dijo a la BBC que “los daños son enormes”.
“El número de muertos también es bastante elevado. Eso es todo lo que podemos decir ahora mismo porque las labores de rescate continúan”, señaló la fuente.
“Todavía no se conoce el número exacto de víctimas, pero se cuentan al menos por centenares”, agregó el rescatista.

Mandalay tiene una población de 1,2 millones de habitantes.
Aunque los países más afectados son Myanmar y Tailandia, la sacudida se ha sentido también en las regiones chinas de Yunnan y Sichuan, en India y en Vietnam.

Medios locales informaron de daños en los edificios de la ciudad china de Ruili, en la frontera con Myanmar, aunque también pudo sentirse en ciudades más alejadas como Kunming.