
??A qui??n pertenece tu cara? Por supuesto, una pregunta tonta… ??verdad?
??Pero qu?? pasa con los datos generados a partir de tu cara? ??Y qu?? significa que tu cara se convierta en datos?
Ya existen muchos datos sobre millones de caras. Hemos ofrecido nuestros rostros en las redes sociales y en las fotos almacenadas en la nube.
Pero a??n no hemos determinado a qui??n pertenecen los datos asociados a los contornos de nuestros rostros.
En la era de las grandes tecnolog??as, tenemos que reflexionar sobre las expectativas que podemos y debemos tener sobre qui??n tiene acceso a nuestros rostros.
Los recientes disturbios en el Capitolio de Estados Unidos han puesto la cuesti??n en el punto de mira, ya que el reconocimiento facial se convierte en una herramienta vital para identificar a los que participaron en la protesta:
??Cu??l es el poder de la tecnolog??a de reconocimiento facial? ??Estamos preparados para asumirlo?
Incluso antes de los disturbios, la tecnolog??a de reconocimiento facial se estaba utilizando de muchas maneras que probablemente no hemos considerado con la suficiente seriedad, y muchos de nosotros hemos contribuido voluntariamente a generar datos sobre nuestros rostros, ya sea expl??cita o impl??citamente.
La tecnolog??a de reconocimiento facial, por ejemplo, est?? muy presente en los espacios p??blicos.
A la hora de decidir sobre el uso de esta tecnolog??a para garantizar el cumplimiento de la ley, para vigilancia o para otras iniciativas de claros fines sociales, debemos parar y preguntarnos: ??cu??les son los costes de perder nuestras caras en favor de los datos?
Las consecuencias son graves, incluso para el derecho a la intimidad y nuestra capacidad de vivir sin vigilancia.

Rastrear nuestros movimientos
En Belgrado, seg??n informes y un v??deo de la ONG SHARE Foundation, realizado en apoyo de su iniciativa #hiljadekamera (miles de c??maras), se desplegar??n c??maras de alta definici??n para diversas funciones de vigilancia.
El director de SHARE, Danilo Krivokapi??, sostiene que la tecnolog??a de reconocimiento facial de esas c??maras rastrear?? los movimientos de los individuos cuando deambulen por la ciudad serbia.
Las fotos que ya existen en el sistema se cotejan con los datos captados por las c??maras y luego se analizan mediante un sistema de inteligencia artificial.
Esta tecnolog??a abre la posibilidad de rastrear los movimientos de una persona en tiempo real mientras se mueve por Belgrado. Y no es el ??nico lugar donde ocurre.
Los gobiernos y la vigilancia van de la mano, y la tecnolog??a de reconocimiento facial les da m??s opciones y formas de rastrear y restringir el movimiento de las personas dentro de sus fronteras.

La ciudad de Londres decidi?? el a??o pasado desplegar c??maras con capacidad de reconocimiento facial junto a sus 627.727 c??maras de CCTV. La medida provoc?? protestas.
Las empresas tambi??n lo emplean
Y no solo los gobiernos quieren tu cara.
El a??o pasado, Cadillac Fairview, una de las mayores empresas inmobiliarias comerciales de Norteam??rica, fue denunciada por la Oficina del Comisario de Privacidad de Canad?? por instalar c??maras discretas en 12 de sus centros comerciales, incluido el emblem??tico Eaton Centre de Toronto.
Estas c??maras captaron cinco millones de im??genes de clientes y utilizaron un software de reconocimiento facial que gener?? m??s datos, incluidos el sexo y la edad.
Aunque las im??genes se borraron, los datos generados a partir de ellas fueron conservados en un servidor por un tercero.
En respuesta al informe del comisario de privacidad, el diputado del partido Nueva Democracia Charlie Angus declar??: “Tenemos derecho a poder ir a lugares p??blicos sin que nos fotograf??en, nos rastreen y nos metan en m??quinas de seguimiento de datos, ya sea para las empresas o para la polic??a y el gobierno”.

Por desgracia, Angus se equivoca: no existe tal derecho.
Y ya que Cadillac Fairview no se qued?? con las fotos, sino con los datos de los rostros que aparec??an en las fotos, el problema es el consentimiento, no la violaci??n del derecho a la intimidad.
??Qu?? derechos tenemos cuando ofrecemos nuestros rostros a la datificaci??n?
La periodista Rebecca Heilweil documenta las m??ltiples formas en que introducimos la tecnolog??a de reconocimiento facial en nuestras vidas.
Muchos est??n familiarizados con la tecnolog??a de etiquetado de fotos de Facebook, que etiqueta no s??lo tu cara, sino a otras personas en tus fotos.
Esta tecnolog??a tambi??n est?? presente en las apps de fotos de Google y Apple.
Pero este tipo de tecnolog??a de reconocimiento facial se est?? extendiendo a otros ??mbitos.
Por ejemplo, el fabricante de autom??viles Subaru la despliega para detectar distracciones al volante.
Apple ofrece funcionalidades llamadas HomeKit que cruzan los datos recogidos de varios dispositivos y utiliza el reconocimiento facial para decirte si un amigo, reconocido por tus fotos, est?? en la puerta.
Nest Hub Max de Google emplea la tecnolog??a de reconocimiento facial para, literalmente, buscarte; de la misma forma en que siempre est?? escuchando para o??r las palabras: “OK, Google”.
Y Hirevue utiliza la inteligencia artificial para evaluar las im??genes de posibles empleados y decidir sobre su idoneidad y probabilidad de ??xito.
Parte fundamental de lo que somos
El rostro humano es una de las cosas m??s b??sicas que los ni??os peque??os reconocen y aprenden, a medida que sus cerebros ordenan el mundo.
Es una parte fundamental de lo que somos como especie, su importancia es tal que apenas puede expresarse con palabras.

??Los datos asociados a ese rostro -es decir, la representaci??n digital de tu rostro a partir de tu cara real o tus fotos- forman parte de esa esencia fundamental de ti que quieres salvaguardar para ti mismo?
??O esa es una ingenua esperanza en nuestro mundo de datos?
Lo que nos lleva de nuevo a la insurrecci??n del Capitolio de EE.UU.
Sin duda, es justo que la tecnolog??a de reconocimiento facial se utilice para llevar a los supremacistas blancos ante la justicia. ??Pero a qu?? precio?
Conocemos los sesgos de los datos existentes contra las personas de color, las mujeres y las personas con bajos ingresos.
Sabemos que la polic??a que utiliza estos datos sesgados en nombre de la vigilancia algor??tmica, que ha dado lugar a un acoso a esas comunidades puestas en entredicho y a detenciones injustas de personas negras.

Es mucho lo que est?? en juego, no s??lo para las fuerzas del orden, sino para nuestro derecho a la intimidad como individuos.
Nuestras expectativas sobre la recopilaci??n de datos y la privacidad no se ajustan a lo que realmente es la recopilaci??n y el almacenamiento de datos, sean faciales o no.
Por eso es importante considerar nuestros derechos en su apropiado contexto.
Nuestros datos personales se han recogido y se recogen cada d??a a un ritmo asombroso.
Esto est?? provocando un cambio fundamental no s??lo en t??rminos econ??micos y ??ticos, sino en la forma en que vivimos como seres humanos.
Nuestra comprensi??n de los derechos humanos y las leyes correspondientes para protegerlos necesitan ser reiniciados para que contemplen los cambios que se est??n produciendo en la forma en que se recogen nuestros datos.
BBC News