A medida que más gente sea vacunada, algunas actividades se empezarán a volver menos riesgosas. Sin embargo, los expertos reconmiendan mantener las precauciones en el futuro cercano.
A medida que se vacuna a más personas, cómo volver a ingresar a la sociedad de manera segura se convierte en una cuestión importante.
Aproximadamente un año después de que se decretará la pandemia mundial, mientras el número de muertos en todo el mundo supera los vertiginosos 2,3 millones, casi medio millón solo en los Estados Unidos, la esperanza ha llegado en forma de múltiples vacunas creadas en un tiempo récord que han demostrado un éxito impresionante en la prevención de COVID-19.
“Todas las vacunas han sido muy protectoras contra enfermedades graves, hospitalización y muerte”, dice William Moss, director ejecutivo del Centro Internacional de Acceso a Vacunas de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg. Esa, dice, es la historia de éxito más importante de las vacunas contra la COVID-19 y ayudará a controlar esta pandemia brutal.
Dado que el número de personas vacunadas crece a diario, muchos se preguntan: actividades que antes eran arriesgadas, como reunirse con amigos en el interior o salir de compras sin una máscara, ¿ahora son más seguras con una vacuna? Esto es lo que dicen los expertos sobre cómo calcular los riesgos de algunas actividades comunes después de haber sido vacunado.
¿Cuánto tiempo después de la vacunación se activa la inmunidad “completa”?
Las dos vacunas de ARNm que están aprobadas actualmente para su uso en los EE. UU., Moderna y Pfizer-BioNTech, implican dos dosis con un intervalo de tres o cuatro semanas. Se necesitan de una a dos semanas después de la segunda inyección para lograr el nivel máximo de protección contra la COVID-19. En los ensayos clínicos, cada una de estas vacunas tiene aproximadamente un 95 por ciento de efectividad para prevenir casos de COVID-19.
En este punto, se desconoce cuánto tiempo durará la inmunidad después de que una persona esté completamente vacunada y solo el tiempo revelará la respuesta. La vacuna contra la COVID-19 podría convertirse en una inyección anual, similar a la vacuna contra la gripe; sus beneficios pueden durar menos o más tiempo.
¿Pueden las personas vacunadas no presentar síntomas y aun así transmitir el virus a las personas no vacunadas?
Esta pregunta es fundamental, pero aún no se ha estudiado rigurosamente. Los datos disponibles hasta ahora indican que la vacunación frena significativamente la infección en aquellas personas que no muestran síntomas. En el ensayo clínico de fase 3 de Moderna, una prueba de diagnóstico antes de la segunda dosis de la vacuna mostró que el 89,6 por ciento de los casos asintomáticos y sintomáticos se previnieron con la primera dosis.
Los resultados preliminares de los ensayos de fase 3 de la vacuna Oxford-AstraZeneca mostraron una reducción del 67 por ciento en las pruebas positivas después de una vacuna.
Ese resultado es “realmente alentador”, dice John Swartzberg, profesor clínico emérito de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley. “Eso me hará sentir, como persona responsable, que puedo estar más seguro con otras personas”.
¿Qué tan seguro es para las personas vacunadas reunirse?
La decisión de que las personas vacunadas se reúnan implica un “cálculo” mental, dice Swartzberg, que debe tener en cuenta la probabilidad de que alguien está expuesto al virus del SARS-CoV-2, vacunado o no, porque todavía existe una pequeña posibilidad, incluso de que una la persona vacunada se infecte.
A medida que pasa el tiempo, cuando más personas se vacunan y la cantidad de personas infectadas sigue disminuyendo, Moss dice que una reunión entre las personas vacunadas “será segura” y seguirá haciéndose más segura.
“Para estar seguros”, dice Cynthia Leifer, profesora asociada de inmunología en la Universidad de Cornell, “aún deberíamos practicar las medidas de distanciamiento tanto como podamos en el corto plazo hasta que obtengamos una distribución más amplia de la vacuna”. Ella recomienda que las personas sigan las pautas de evitar grupos grandes, usar máscaras y mantenerse al menos a 1,8 metros de distancia.
También existen incógnitas sobre la eficacia de las vacunas contra nuevas variantes que no se han descubierto.
“Cuanto más COVID esté circulando en este momento, más posibilidades hay de que surjan variantes”, dice Leifer. “No podemos predecir cuándo podría surgir una nueva variante que quizás no esté cubierta por la vacuna”.
La vacuna Novavax, que no está aprobada para su uso, mostró una caída considerable en la eficacia, del 89,3 por ciento al 49,4 por ciento, frente a una variante que se originó en Sudáfrica, pero que desde entonces se ha extendido internacionalmente. Pfizer y Moderna todavía están probando qué tan bien funcionan sus vacunas contra una variante más contagiosa descubierta por primera vez en el Reino Unido.
¿Deben las personas vacunadas usar mascarillas en los lugares públicos?
Los expertos coinciden en que todo el mundo debería usar mascarillas (barbijos que tapen nariz, boca y mentón), al menos por el momento. Más allá de no saber quién está vacunado y quién no, lo que podría conducir a situaciones incómodas y confusas, cada persona puede tener una reacción inmune diferente a una vacuna.
“Entonces, si inmunizas a 100 personas, todas tendrán diferentes niveles de respuesta a esa vacuna; algunos pueden no ser lo suficientemente buenos para protegerlos”, dice Leifer. Realmente no hay forma de saber qué tipo de respuesta tuvo tu propio cuerpo a la vacuna, por lo que usar una máscara agrega una capa adicional de protección. También queda abierta la cuestión de cuántas personas que han recibido la vacuna podrán transmitir el virus.
“Veo la vacuna como un parche grande, pero hay otros parches que podemos tener para protegernos”, dice Swartzberg. “La vacuna es probablemente la más grande”. Otro parche de este tipo es una máscara y no cree que nadie deba dejar de usarla.
¿Es seguro viajar después de haberme vacunado?
Muchos han pasado meses o años desde que han visto a sus amigos y familiares en persona, pero recibir la vacuna no significa que automáticamente sea completamente seguro viajar por el mundo.
“Creo que todo se reduce a con qué se sienten cómodas las personas, pero deben ser conscientes de que en este momento no podemos predecir cuándo surgirán nuevas variantes, dónde surgirán y si estarás protegido”, dice Leifer. “No es como cuando te ponen la vacuna, de repente tienes un escudo del Capitán América a tu alrededor”.
Swartzberg dice que si bien pronto se sentirá seguro al socializar en grupos pequeños con otras personas vacunadas, los viajes aéreos son una historia diferente: “No voy a saber quién está en el aeropuerto, quién está en el avión… así que pasará mucho más tiempo antes de que esté seguro de que no habrá muchas personas no vacunadas en ese avión o en ese aeropuerto”.
¿Cuánto tiempo pasará hasta que se vacunen suficientes personas para “volver a la normalidad”?
El mundo tranquilo del 2019 puede ser ahora un recuerdo lejano, pero con el lanzamiento de la vacuna en marcha, una cautelosa sensación de normalidad (comer en un restaurante, ir a la escuela, una noche de karaoke con amigos) parece estar al alcance de la mano.
Hasta ahora, se han vacunado más de 107 millones de personas en todo el mundo. En los Estados Unidos, alrededor del 3 por ciento de la población ha sido completamente vacunada. Las estimaciones sugieren que el 70 por ciento de la población de los EE. UU. estará al menos parcialmente vacunada a mediados de septiembre al ritmo actual. Los investigadores dicen que entre el 75 y el 80 por ciento de la población necesitará vacunarse antes de que el país alcance la inmunidad colectiva.
En el camino hacia la inmunidad colectiva, habrá indicios de que la normalidad puede estar regresando. Swartzberg dice que se sentirá mejor a medida que disminuya el número de casos nuevos, disminuyendo la posibilidad de estar expuesto al virus.
“La forma en que veo que esto se está desarrollando es que va a ser una especie de transición de fase de regreso a los tiempos previos a la pandemia”, dice Moss. El primer paso es reducir los casos, las hospitalizaciones y las muertes a través de la vacunación, de modo que se pueda implementar un rastreo minucioso de los contactos de manera eficaz. “A pesar de que hablamos sobre el rastreo, lo que sucedió fue que el número de casos era tan alto en todo Estados Unidos que simplemente abrumaba ese sistema”, dice.
Leifer tiene la esperanza de que el lanzamiento de la vacuna pueda acelerarse con planes creativos de distribución y fabricación. “Mi visión sería que llegamos allí al final del verano, para que los estudiantes puedan volver a la escuela”, dice.
Una vacuna no es un boleto de oro, pero brinda a las personas una forma de reducir su riesgo y volver antes con sus seres queridos.
“No he abrazado a mis nietos e hijos, ya llevo 10 meses”, dice Swartzberg, “En algún momento realmente necesitaré hacer eso”.
NationalGeographic