RÍO DE JANEIRO/AP
La capital de Brasil inició este domingo una cuarentena de dos semanas, uniéndose a varios estados que adoptan medidas para reducir la propagación de COVID-19 conforme las camas en las unidades de cuidados intensivos se llenan en algunas ciudades importantes.
Por lo menos ocho estados brasileños implementaron toques de queda en la última semana debido al aumento de casos y muertes de COVID-19. El jueves fue el día más mortífero de Brasil desde el inicio de la pandemia, con 1.541 muertes confirmadas por el virus. Hasta el momento, 254.000 personas han muerto en general.
El gobernador de Brasilia Ibaneis Rocha, decretó el cierre de bares, restaurantes, centros comerciales y escuelas hasta el 15 de marzo. Quedan prohibidas las reuniones sociales y la venta de bebidas alcohólicas pasadas las 8 de la noche.
En el distrito federal, 85% de las camas de hospitales estaban ocupadas para el domingo, según el ministerio de salud local.
El presidente Jair Bolsonaro criticó una vez más dichas medidas, tuiteando: «Las personas quieren trabajar».
El viernes, amenazó con cortar por completo toda la asistencia de emergencia federal por la pandemia a los estados que recurran a las cuarentenas, diciendo: «Los gobernadores que cierren sus estados tendrán que proporcionar su propia ayuda de emergencia».