El príncipe heredero de Arabia Saudí probablemente autorizó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi dentro del consulado saudí en Estambul, de acuerdo con un informe de inteligencia estadounidense recientemente desclasificado que fue dado a conocer el viernes.
Dicha conclusión podría incrementar la presión sobre el gobierno del presidente Joe Biden para que haga que el reino rinda cuentas por un asesinato que generó indignación generalizada en Estados Unidos y el extranjero.
El hecho de que se haga público que el gobierno estadounidense culpa al príncipe heredero Mohamed bin Salman equivale a una reprimenda extraordinaria y es probable que establezca las pautas para la relación del nuevo gobierno de Biden con un país al que él ha criticado, pero al que la Casa Blanca también considera un socio estratégico en algunos contextos.
La conclusión de que el príncipe aprobó una operación para matar o capturar a Khashoggi, crítico de su autoritaria consolidación de poder y radicado en Estados Unidos, se basó en lo que saben los funcionarios de inteligencia respecto al papel de Bin Salman en la toma de decisiones en el reino, al igual que la intervención de uno de sus principales asesores, Saud al-Qahtani, e integrantes de su grupo de guardaespaldas, de acuerdo con el informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional. Los funcionarios también tomaron en cuenta el respaldo del príncipe en el pasado al uso de medidas violentas para silenciar a disidentes en el extranjero, sostiene el informe.
Al tiempo que los demócratas en el Congreso clamaban por medidas agresivas contra el gobierno saudí, el Departamento de Estado respondió anunciando restricciones de visado a 76 individuos saudíes involucrados en amenazas a disidentes en el extranjero.
«Como cuestión de seguridad para todos dentro de nuestras fronteras, a los perpetradores que agreden a quienes son percibidos como disidentes en nombre de cualquier gobierno extranjero no debería permitírseles llegar a territorio estadounidense», dijo el secretario de Estado, Antony Blinken.
El documento desclasificado fue difundido un día después de una llamada de cortesía más tardía de lo normal de Biden al rey saudí Salman, si bien un resumen de la Casa Blanca sobre la conversación no mencionó el asesinato y señaló en su lugar que los hombres habían conversado sobre la añeja colaboración entre ambos países. La Agencia de Prensa Saudí, operada por el Estado, tampoco mencionó el homicidio de Khashoggi en su informe sobre la llamada, y en su lugar se centró en asuntos regionales como Irán y la guerra en curso en Yemen.
Khashoggi había acudido al consulado saudí para recoger documentos que necesitaba para casarse. Una vez en el interior, falleció a manos de más de una docena de elementos de seguridad e inteligencia saudíes y otras personas reunidas allí antes de su llegada.
El príncipe dijo en 2019 que asumía «toda la responsabilidad» por el asesinato ya que ocurrió en el consulado de su país, pero negó haberlo ordenado.
AP