En un nuevo estudio, la antrop??loga Pat Shipman indaga en los or??genes de lobos, perros y dingos: “Un dingo es un lobo en camino de convertirse en perro, pero que nunca lleg?? a hacerlo”.

La de los c??nidos es sin duda una familia especial. Por alguna extra??a raz??n, canes y hombres han estado llamados a entenderse. Pruebas de ello podemos encontrarlas en diferentes lugares del mundo y momentos de la historia. Por ejemplo, la tumba de Bonn-Oberkassel, descubierta casualmente hace m??s de 100 a??os, con 14.000 a??os de antig??edad, es la sepultura con restos conjuntos de humanos y perros m??s antigua que se conoce. M??s cercanas en el tiempo, con 8000 a??os, encontramos unas pinturas rupestres halladas en Arabia Saud?? que vinculan a perros y hombres. O cruzando el oc??ano Atl??ntico, los restos de los perros dom??sticos m??s antiguos hallados en Am??rica, datan de hace unos 10.000 a??os.
Sin embargo los c??nidos no resultan peculiares ??nicamente por el estrecho lazo que los seres humanos hemos desarrollado con ellos a lo largo del tiempo. En la mayor??a de animales, la hibridaci??n entre especies estrechamente relacionadas es inviable y en caso de ocurrir, como sucede entre caballos y burros, o tigres y leones,su descendencia suele ser inf??rtil en la mayor??a de los casos. No as?? sucede con algunas especies de c??nidos, y por ejemplo muchas especies de estos, incluidos lobos, dingos y perros, pueden cruzarse entre si y producir cr??as f??rtiles. Y es que definir los l??mites de las especies en los c??nidos es un asunto m??s dif??cil de lo que pueda parecer.
La evoluci??n de los c??nidos
En lo que a los c??nidos y a la historia de su evoluci??n se refiere, una especie en concreto es la que ha llamado la atenci??n de la profesora adjunta retirada de antropolog??a de la Universidad Universidad Estatal de Pensilvania, Pat Shipman: el extra??o dingo. Y es que el origen del Canis lupus dingo, es objeto de interesante debate entre zo??logos. “Los perros generalmente se consideran el primer animal domesticado, mientras que se asume que su antepasado m??s cercano es el lobo. Sin embargo todav??a nos encontramos debatiendo d??nde encaja el dingo australiano en toda esta historia”, explica Shipman.
“Ya los ind??genas australianos entendieron que hab??a algo diferente entre los dingos y los perros coloniales. Y realmente son, desde mi punto de vista, animales diferentes. Reaccionan de manera diferente a los humanos” contin??a. “De hecho se ha realizado mucho trabajo gen??tico y de comportamiento con lobos, perros y dingos, y todo parece indicar que los dingos aparecen en alg??n punto intermedio“, a??ade la que es autora de un articulo que bajo el t??tulo What the dingo says about dog domestication se publica esta semana en la revista The Anatomical Record.
Otro punto en el que los zo??logos no se ponen de acuerdo versa sobre si el dingo es una especie aut??ctona de Australia, o por el contrario se trata de una especie natural de Asia introducida por el hombre en la isla continente como animal dom??stico. Sin embargo, lo cierto es que cuando los perros dom??sticos llegaron al continente australiano en 1788 con aquellos primeros 11 barcos de convictos, los dingos ya estaban all?? del mismo modo que los abor??genes australianos que llegaron al continente hace unos 65.000 a??os.
??Es un perro? ??Es un lobo? Es un dingo
Hoy una gran parte de los dingos en Australia tienen un perro dom??stico en su ascendencia, pero los dingos llegaron a Australia hace al menos 4.000 a??os seg??n la evidencia f??sil. En particular Shipman cree que la fecha puede ser incluso anterior, pero a??n no se han encontrado f??siles que respalden esta asunci??n. “Parte de la raz??n por la que estoy tan fascinada con los dingos es que si ves un dingo a trav??s de los ojos de un estadounidense, probablemente no veas m??s que a un perro'”, cuenta la cient??fica. “Pero en t??rminos evolutivos, lo que en realidad nos muestran los dingos es una aproximaci??n al modo en que se inici?? el proceso de domesticaci??n del perro”.
“Los dingos y los perros cantores de Nueva Guinea, estrechamente relacionados entre si, responden a la definici??n predeterminada de perro, pero no son perros” explica Shipman. “Los dingos tienen b??sicamente un aspecto perruno” a??ade la autora, para especificar no obstante que gen??tica y conductualmente se diferencian de los perros y se parecen mucho m??s a los lobos; por ejemplo en su incapacidad para digerir almidones y en sus relaciones con los humanos.
En un lugar u otro del mundo, la mayor??a de los perros dom??sticos evolucionaron junto a los humanos cuando estos se convirtieron en agricultores y adoptaron una dieta que conten??a grandes cantidades de almid??n, ya estemos hablando de ma??z, arroz, patatas o trigo. “Su genoma cambi?? para permitir la digesti??n de estos almidones. Los dingos, como los lobos, tienen muy pocos genes para la digesti??n del almid??n”, puntualiza la autora.

“Por otro lado, en el ??mbito comportamental, mientras que los ind??genas australianos robaban cachorros de dingo de sus guaridas y los criaban, estos cachorros generalmente dejaban los hogares humanos en la madurez para reproducirse y criar. La capacidad de vincularse estrechamente con los humanos es limitada en los dingos, aunque est?? presente en los perros. Los nativos australianos tampoco seleccionaron artificialmente las cr??as de dingo que mejor pudieran servir a sus intereses, lo que tambi??n es un sello distintivo de domesticaci??n ausente. Y del mismo modo, los dingos tambi??n est??n bien adaptados al interior de Australia y les va bien en ese entorno, pero los perros dom??sticos que se vuelven salvajes no sobreviven bien en el interior del continente”.
“Los abor??genes australianos nunca han sido considerados hist??ricamente como poseedores de conocimientos o habilidades especiales”, cuenta Shipman. “Cuando los europeos llegaron al continente, nadie pens?? en preguntarles sobre los dingos. Incluso recientemente, preguntar a los abor??genes por su conocimiento cient??fico o conductual no es algo muy com??n”, a??ade la investigadora. Sin embargo, los abor??genes australianos tienen una larga historia de convivencia con los dingos. Mucha gente argumenta que los dingos son solo perros, perros extra??os, pero solo perros, y sin embargo, seg??n los abor??genes, los dingos no son perros.
Seguramente el debate sobre los dingos siga dando mucho de que hablar durante los pr??ximos a??os. Sin embargo Shipman parece tenerlo claro: “un dingo es un lobo en camino de convertirse en perro, pero que nunca lleg?? a hacerlo” concluye la autora. Solo nuevas investigaciones podr??n darnos la respuesta.
NationalGeographic