El ministro de Cultura y Deportes, Felipe Aguilar, publicó fotografías de recibos de pago que efectuó en 2018 para iniciar la adquisición de un apartamento en un edificio de la zona 4 capitalina.
Una investigación se reveló que Aguilar compró un apartamento valorado en más de 2 millones de quetzales, de los que pagó una cuarta parte y el resto lo financió con un préstamo bancario.
Según la publicación el apartamento fue adquirido cinco meses después de que Aguilar inició a laborar en el extinto Centro de Gobierno. No obstante, los recibos publicados este lunes son de fecha 2018, cuando él aún no era funcionario.
“Para adquirir el inmueble, en 2018, hice el pago del enganche, con una reserva además de pagos mensuales durante dos años”, señaló el ministro en un comunicado.
“El progreso personal y empresarial es un derecho que como guatemaltecos tenemos garantizado. Mi trayectoria profesional está respaldada por más de 20 años de trabajo arduo con empresas a nivel nacional e internacional”, agregó Aguilar.
El funcionario agregó que la compra de este apartamento fue incluida en la declaración de probidad que presentó ante la Contraloría General de Cuentas al asumir el cargo.
Actualmente, Aguilar tiene un salario mensual de 42,125 quetzales, y figura como presidente del Consejo de Administración y representante legal de las empresas Punto 3 y Punto de Partida, las cuales han sido proveedoras del Estado.
Casos polémicos
Aguilar asumió como Ministro de Cultura y Deportes en sustitución de Silvana Martínez Cayetano, quien salió del puesto en medio de acusaciones de plazas fantasma. El actual funcionario fue una de las piezas clave del Centro de Gobierno, dirigido por Miguel Martínez, y que se cerró por los señalamientos de estar usurpando las funciones de la Vicepresidencia.
Como parte de su gestión, Aguilar ha estado en medio de otras polémicas, como el caso de una pintura que fue comprada a un exorbitante precio millonario para un artista sin trayectoria y también por el rechazo del Parque Bicentenario en Quetzaltenango, ya que los vecinos se negaban a que transformaran un área icónica de la ciudad y redujeran el área verde.
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