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Los combates se desarrollan ahora a 10 kilómetros de la ciudad, la tercera más poblada de Afganistán. En los enfrentamientos también participan grupos de autodefensa.
“Los talibanes lanzaron ataques desde el este y el oeste y tenían planeado entrar en la ciudad de Herat, pero las fuerzas de seguridad y grupos de civiles armados rechazaron los ataques del enemigo, que sufrió numerosas bajas”, declaró el gobernador Abdul Saboor Qani en un comunicado. Qani aseguró que la villa “está segura y los talibanes no pueden entrar”, aunque el ambiente sigue siendo tenso.
Tras ser rechazados de la ciudad, los talibanes se trasladaron a la zona de Pul-e-Malan de Guzara, considerada como la vía norteña de acceso a Herat. Desde allí han comenzado a hostigar a las fuerzas afganas. “Las fuerzas de seguridad están despejando las zonas en torno a Pul-e-Malan, pero las operaciones se están desarrollando con lentitud debido a la presencia de los talibanes en edificios residenciales”, dijo el portavoz del gobernador.
Prometen no atacar a civiles
Los combates tienen lugar en los suburbios de Herat, en dos puentes ubicados a unos 10 kilómetros de la urbe. “Hemos intentado al máximo proteger a la población, pero el enemigo ha tomado posiciones en domicilios privados. Nos movemos con prudencia para evitar pérdidas civiles”, dijo el sábado el gobernador.
“La gente ha abandonado sus casas para huir hacia Herat (…) Esto crea terror entre los habitantes”, dijo a la agencia AFP Gul Ahmad, que vive en el distrito de Injil. En sus tres meses de ofensiva contra el ejército afgano, los talibanes se apoderaron de numerosos distritos de la provincia de Herat, así como de dos puntos fronterizos, el de Islam Qala, principal paso a Irán, y el de Torghundi con Turkmenistán.
Los talibanes han usado sus redes sociales para anunciar que no atacará a los civiles residentes en Herat, y que sus propiedades permanecerán seguras cuando capturen la ciudad.
DZC (EFE, AFP)
