En 2020, en una de sus visitas al pueblo, el hombre con trenzas y barba larga descubri?? que hab??a una pandemia. Cuando aparecieron las vacunas contra el covid-19, se inocul?? y ahora sugiere a todos a hacer lo mismo.
El virus ???no escoge, vendr?? aqu?? tambi??n, a mi caverna???, dijo el hombre de 70 a??os en la monta??a boscosa de Stara Planina, en el sur de Serbia.
La cueva donde vive Petrovic solo puede ser alcanzada tras una subida empinada, y no es para corazones d??biles.
Est?? equipada con una ba??era herrumbrada que ??l utiliza como inodoro, algunas bancas y una paca de heno que le sirve de cama.
Petrovic proviene del poblado vecino de Pirot, donde trabaj?? como pe??n en el mercado negro, como lo hizo en el exterior durante alg??n tiempo. Se cas?? varias veces, en un estilo de vida que considera ???fren??tico???.
Este amante de la naturaleza gradualmente descubri?? que aislarse de la sociedad le brindaba una libertad que no conoc??a antes.
???Yo no era libre en la ciudad. Siempre hay alguien en tu camino, se discute con la esposa, los vecinos o la polic??a???, declar?? Petrovic mientras pelaba unos vegetales para su almuerzo.
???Aqu?? nadie me molesta???, agreg?? con una sonrisa que revel?? sus dientes descuidados.
Dinero maldito
Petrovic suele alimentarse de hongos y pescado que saca de una quebrada cercana, pero tambi??n baja a la ciudad en busca de sobras en los basureros.

Sus visitas a la ciudad se han vuelto m??s frecuentes ??ltimamente.
Despu??s de que los lobos mataron a algunos de los animales que ten??a cerca de la caverna, Petrovic decidi?? trasladarlos a una choza que levant?? en las afueras del pueblo donde cree que estar??n a salvo.
Ten??a varias cabras, gallinas, unos 30 perros, gatos y su favorita, una jabal?? adulta llamada Mara.
Cuando Petrovic la encontr?? hace ocho a??os era una cerdita atrapada en los arbustos, y la cuid?? hasta que se recuper??.
Ahora, la intimidante creatura de 200 kilos juega en la quebrada y come manzanas de la mano de Petrovic.

???Ella es todo para m??, la amo y ella me escucha. No hay dinero que pueda comprar algo as??, una verdadera mascota???, coment??.
Tambi??n tiene tres gatitos cuya madre fue matada por un lobo, y ahora los alimenta con una jeringa.
Petrovic recibe asistencia social, pero tambi??n depende de donaciones de alimentos y suministros para los animales.
Cuando las vacunas estaban disponibles, se arremang?? y se la puso.
Petrovic dijo no entender las quejas que hacen algunos esc??pticos, y asegura creer en un proceso que busca erradicar las enfermedades.
???Quiero recibir las tres dosis, incluida la adicional, llamo a todos los ciudadanos a vacunarse, cada uno de ellos???, expres??.

Antes de aislarse, Petrovic don?? todo el dinero que ten??a a la comunidad, al financiar la construcci??n de tres peque??os puentes en el pueblo.
???El dinero es una maldici??n, echa a perder a las personas. Creo que nada corrompe a la gente como el dinero???, opin?? Petrovic.
Sobre uno de los puentes, Petrovic construy?? un palomar al que ??l, pese a su avanzada edad, escala para dejar migas de pan que recoge al rebuscar en los basureros.
AFP