Tan solo horas después de que se improbó el estado de Calamidad en el Congreso, el Colegio de Médicos de Guatemala, parte del grupo que planteó al Ejecutivo y Legislativo medidas para detener la pandemia, salió al paso a señalar que las restricciones decretadas por el presidente Alejandro Giammattei no obedecían a lo requerido por los médicos.
Las medidas planteadas por el grupo de médicos, tanto en Casa Presidencial como ante jefes de bloques en el Palacio Legislativo, iban dirigidas a hacer cumplir las restricciones y los aforos, medidas ya impuestas a través del semáforo de covid-19.
La propuesta de la comunidad médica también incluía el agilizar la compra y aplicación de vacunas contra el coronavirus y abrir de manera masiva y gratuita las pruebas para detectar el virus.
Estas acciones, a juicio de Luis Ranero, presidente del Colegio de Médicos, no iban reflejadas o eran la prioridad en el Decreto 8-2021 que imponía el estado de Calamidad.
“No estábamos insistiendo en la aprobación de un estado de Calamidad, nosotros insistimos en que hay parámetros que se deben controlar en la pandemia, como la movilidad, que es lo que causa este número tan importante de contagios, que es la razón de la congestión y el abarrotamiento de las unidades hospitalarias, que es la razón de la falta de insumos”, dijo Ranero.
El que el Congreso decidiera dejar sin efecto el estado de Calamidad y con ello el toque de queda, no debería evitar que se masifique el acceso a pruebas y se amplíe la cobertura de la vacunación.
“Que se mejore el programa de vacunación, que sea abierto, que sea para toda la población, que se mejore el número de pruebas diagnósticas para tener una visión clara del comportamiento de la pandemia en el país, y el sistema informativo en la población para que no pase esto de las fiestas, de que los centros comerciales y restaurantes están llenos en pleno pico de pandemia”, recordó Ranero, sobre la propuesta que expusieron desde hace tres semanas al Ejecutivo.
El presidente del Colegio de Médicos también señaló que el estado de Calamidad, que el Ejecutivo ha impuesto dos veces en menos de un mes, “se ha quedado muy corto en cuanto a medidas de contención”, por lo que su vigencia no era un alivio ni una garantía que se controlaría la pandemia.
“Por supuesto que colabora en algo, en disminuir el número de personas que llegan a los hospitales, colaborará en algo el número de contagios, de accidentes y demás, pero no es la forma de manejar una pandemia”, finalizó el profesional.