A partir del 20 de marzo se tiene planeado eliminar todas las limitaciones en la vida cotidiana para la mayoría de los alemanes.
La incidencia acumulada a siete días ascendió a 1.496 contagios por cada 100.000 habitantes, otro máximo y claramente por encima del dato de hace una semana, cuando eran 1.220,8, aunque el número de muertes -249 en la última jornada- se mantiene por el momento estable.
Alemania afronta la última semana de restricciones por la pandemia del coronavirus con dudas en vista de las cifras récord de contagios, mientras el Gobierno mantiene el propósito de implantar la vacuna obligatoria.
“Día de la Libertad”
A partir del 20 de marzo desaparecerán prácticamente todas las limitaciones en la vida cotidiana para la mayoría de los ciudadanos, aunque está previsto que se mantengan medidas como el uso obligatorio de mascarilla en hospitales, residencias de ancianos y medios de transporte.
Se contemplarán además restricciones adicionales en las regiones donde se registren brotes localizados, entre ellas mascarillas, distanciamiento y estándares básicos de higiene, testeo y certificación del estado de vacunación.
No obstante, apenas una semana antes del que ha sido bautizado desde algunos medios de comunicación como “Día de la Libertad”, las infecciones han vuelto a repuntar tras una primera relajación de las medidas más estrictas, y han batido este sábado cifras récord.
El propio ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, que a mediados de febrero había dado por alcanzado el pico de la “ola ómicron”, calificó ayer la situación de “crítica” y pronosticó la rápida aparición de “focos” de contagio por todo el país, en los que habría que aplicar medidas reforzadas.
ct (efe, Berliner Morgenpost)