Tras m??s de seis a??os de resistirse al traslado a la Nueva Guatemala de la Asunci??n luego del terremoto de Santa Marta, la Audiencia de un ultimatum al arzobispo Cort??s y Larraz para que renuncie a su cargo.

El arzobispo de Guatemala, Pedro Cort??s y Larraz fue el principal opositor al traslado de la da??ada??ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala??su nuevo solar en el??Valle de la Ermita, principalmente porque comprend??a que la idea era debilitar la posici??n del clero frente a las autoridades civiles de la Capitan??a General de Guatemala.
Debido a las Reformas Borb??nicas que se iniciaron en la segunda mitad del siglo XVIII, la relaci??n entre el Estado y la Iglesia Cat??lica en el Imperio Espa??ol se resquebraj??, y por ello la ciudad ya no fue reconstruida como hab??a ocurrido tras??los terremotos de San Miguel en 17171 y??de San Casimiro en 17512.?? La nueva familia real -los Borbones- ten??a ideas que simpatizaban con la Ilustraci??n y poco a poco fue alej??ndose del r??gido dogma cat??lico; de hecho, en 1767, el rey Carlos III proclam????la Pragm??tica Sanci??n por la cual expuls?? a la otrora poderosa e intocable Compa????a de Jes??s??de todos sus territorios, lo que puso sobre aviso al resto de ??rdenes religiosas.3
En esa situaci??n se encontraba el Estado Espa??ol cuando??ocurri?? el terremoto de Santa Marta en 1773, lo que fue aprovechado por el Capit??n General Mart??n de Mayorga para forzar el traslado de la ciudad a una nueva ubicaci??n y con ello restarle considerable poder econ??mico al clero, que perder??a sus posesiones.?? Esto lo comprendi??n perfectamente el arzobispo Pedro Cort??s y Larraz, quien desde un principio se opuso rotundamente al traslado.4
Si bien??la nueva ciudad se traslad?? oficialmente el 2 de enero de 1776, cuando se celebr?? el primer cabildo en el Valle de la Ermita, el arzobispo se qued?? en Santiago de los Caballeros, junto con el clero secular bajo su mando, aunque hubo un momento en que la tensi??n fue tal, que los miembros del Cabildo eclesi??stico se vieron en un serio dilema, porque por una parte el arzobispo los amenazaba con la excomuni??n si no le obedec??an, mientras que el Capit??n General los amenzaba con enviarlos a la Inquisici??n si se quedaban en la ciudad.4????Por su parte, los frailes del clero regular, todav??a amedrentados tras las expulsi??n de los jesuitas, d??cilmente abandonaron sus da??ados palaciegos conventos y se trasladaron a endebles estructuras de madera en la nueva ciudad, en lo que se constru??an sus nuevas instalaciones.5
En un arranque de ira, Cort??s y Larraz present?? su renuncia, aunque luego recapacit?? y la retir??; pero para entonces el rey ya le hab??a invitado a retornar a Espa??a y hab??an nombrado al arzobispo Cayetano de Francos y Monroy como nuevo arzobispo de Guatemala. Al enterarse de esto ??ltimo, Cort??s y Larraz advirti?? a los miembros del Cabildo Eclesi??stico, dici??ndoles que ???esas bulas tienen vicios sustanciales, porque han sido libradas en virtud de una renuncia que yo ya retir??; y a??n cuando se tuviera en cuenta dicha renuncia, ha sido desestimada por un real acuerdo de 15 de agosto de 1775.???6
En 1779 el Capit??n General Mayorga parti?? para M??xico,??a donde hab??a sido nombrado Virrey,7 y Cort??s y Larraz continuaba aferr??ndose a su arquidi??cesis. De hecho, al regreso de una visita pastoral a Santiago de los Caballeros, la poblaci??n sali?? a recibirlo con gran entusiasmo y cari??o; todas las casas estaban adonadas y hubo comisiones con bandas de m??sica que salieron a recibirlo.6?? Al ver esto, la Real Audiencia se di?? cuenta de que la situaci??n pod??a desembocar en una guerra civil, por lo que el 20 de enero de 1780 le enviaron a Cort??s y Larraz de la Nueva Guatemala una notificaci??n en la que le advert??an sin mayores pre??mbulos que ser??a expulsado por la fuerza de Guatemala si no acataba el mandato real de retornar a Espa??a.?? Y tambi??n lo conminaron a que condediera el pase a las bulas del nombramiento de Francos y Monroy.8????
Para hacer efectivo el ultimatum, la Audiencia nombr?? al Oidor Tom??s Calder??n para que fuera a Santiago de los Caballeros a entregar personalmente esta misiva con instrucciones de que regresara con la renuncia firmada por el arzobispo.????Ante esto, Cort??s y Larraz, no tuvo m??s remedio que renunciar, y salir de Santiago de los Caballeros con rumbo a Solol??.?? En Panajachel se encontr?? con la comitiva del nuevo arzobispo, pero no cruz?? palabra con ??ste.
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