Tecún Umán o Tekun Umam :. En lengua k´iche´ moderna 1500-1524. Fue un gran guerrero y último mandatario de los maya-k´iche´ en Guatemala. Según los Anales de los Cakchiqueles, fue vencido por el conquistador español Pedro de Alvarado mientras combatía contra los españoles en los prados de El Pinal (Valle de Olintepeque).
La historia de Tecún Umán
Es considerado el más representativo de los k´iche´ por su valentía y dignidad, porque luchó y protegió a su tierra y a su pueblo.
En aquel tiempo nadie conocía a este personaje como “Tecun Umam” (Gran Abuelo Tekun), ya que este es un nombre que se le dio posteriormente. En sus tiempos era conocido como el “Ahau Galel” que traducido significa “El nieto del Rey”. Así lo describe el conquistador Pedro de Alvarado en sus crónicas de conquista.
En febrero de 1524, los españoles entraron al valle de Quetzaltenango, en el lugar llamado El Pinar, Pedro de Alvarado se vio enfrentado por un gran ejército quiché encabezado por Tecún Umán. Allí tuvo lugar el legendario duelo entre los dos capitanes, en el cual pereció el capitán quiché.
Por el amplio simbolismo mítico alrededor del enfrentamiento y por la falta de información en las cartas de Alvarado, los historiadores contemporáneos han llegado a poner en duda la historicidad del personaje de Tecún Umán. Sin embargo, para el historiador holandés Ruud W. Van Akkeren, apenas toman en cuenta las ricas fuentes de los documentos indígenas, como lo es un texto quiché llamado Título K’oyoi, escrito por un testigo de la batalla, que contiene un pasaje muy detallado del enfrentamiento.
Pedro de Alvarado dirigió una carta a su superior Hernán Cortés. Este es el documento más contemporáneo que existe al acontecimiento. Fue escrita el once de abril de 1524, unas nueve semanas después del enfrentamiento con el capitán quiché.
El domingo 20 de febrero de 1524, el ejército español salió del pueblo de Xetulul (posiblemente donde se encuentra hoy San Martín Zapotitlán) y empezó a subir por el estrecho paso hacia Quetzaltenango, esta ruta era conocida como Palajunoj. Los caballos apenas si podían subir por el terreno tan quebrado.
Después de que los conquistadores sojuzgaron fácilmente algunos lugares del istmo de Tehuantepec y de haber dominado los señoríos de Soconusco, primera tierra que se incoporaría al reino de Guatemala, pasaron luego a tierras de la actual República de Guatemala habitada en su mayoría por los señoríos de origen tolteca: los quichés, cakchiqueles, tzutuhiles, etc. Como países organizados que eran y dueños de una avanzada cultura, opusieron una feroz resistencia al invasor. Gobernaban el Quiché Oxib Quej y Belejep-Tzy, estos señores buscaron entablar una alianza con los otros señoríos, pero los odios provocados por las guerras continuadas entre ellos impidieron una alianza defensiva contra los hispanos. Esta rebeldía ante el conquistador era una manifestación evidente de la noción clara que tenían los señoríos de su derecho de propiedad sobre la tierra que habitaban y la cual defendían con todos sus medios guerreros.
Siete grandes combates
Siete grandes combates cruelmente sangrientos fueron necesarios para dominar al señorío de los quichés, quienes lanzaron sus huestes a los conquistadores, siendo capitaneadas muchas de ellas por el valiente príncipe y señor Tecún Umán.
El primer combate sangriento en tierras de Guatemala fue a orillas del río Tilapa, limítrofe entonces entre Suchitepéquez (Xuchiltepéquez) y Soconusco. De allí pasó a combatirse en Zapotitlán, en el mismo departamento de Suchitepéquez. Aunque las batallas eran sangrientas, los indios no se acobardaban ni ante la caballería, que causaba los máximos estragos ni ante la artillería, que a la mayoría de otros pueblos había aterrorizado. La tercera gran batalla fue en la cuesta que sube a Quetzaltenango (hoy llamada de Santa María Jesús), en la cual, a pesar de la desventaja del terreno, lograron imponerse las fuerzas de Alvarado.
Los indios no desisten en su empeño de dominar a los españoles y aunque derrotados en la cuesta, preparan un nuevo ataque para cuando bajen los castellanos hacia las barrancas de Olintepeque, donde una poderosa escuadra bélica de seis mil indios del señorío quiché de Utatlán preparaba la cuarta batalla. El príncipe Azumanché fue uno de los héroes y el capitán de las fuerzas quichés en ese combate tan sangriento en el que se tiñeron enrojecidas por la sangre las aguas del río Olintepeque, al cual llamaron Xequijel y que quiere decir “río de sangre”.
La populosa Xelajú, que gobernaban diez príncipes, cada uno administraba sobre 8,000 indios, al saber el desastre de Xequijel, quedó deshabitada.
La dirección de la guerra pasó a Tecún Umán, príncipe del Quiché y se aprestaron a la última contienda en las llanuras de Quetzaltenango. Durante más de dos horas la suerte pareció indecisa. Entonces Pedro de Alvarado decidió que la caballería, al mando de don Pedro de Portocarrero y Juan de Chávez, atacara un ala del escuadrón de Tecún Umán que trataba de dividir en dos la infantería de Alvarado para cercar una parte y personalmente don Pedro atacó a la parte que iniciaba el movimiento envolvente.
Allí se hallaron frente a frente el gran guerrero quiché, Tecún Uman y el capitán invicto, Pedro de Alvarado. Cuenta la leyenda que sobre el príncipe Tecún volaba, por arte de magia un Quetzal que lo protegía. Tecún Umán atacó tres veces al capitán don Pedro y logró en una, darle muerte a su caballo, fue socorrido don Pedro con otro caballo y logró atravesar con su lanza el pecho de Tecún Umán, cayendo al instante el quetzal.
Al saberse la muerte de Tecún, los de Utatlán se enardecieron en la lucha; pero ante la inutilidad de sus esfuerzos, procuraron, en buen orden, retirarse a los montes. Cuando los españoles victoriosos regresaron a Quetzaltenango, sólo encontraron una ciudad desierta, sin víveres, ni utensilios.
Monumento a Tecún Umán
El 22 de marzo de 1960 se emitió en Ciudad de Guatemala, el Decreto 1344 por medio del cual se declaraba a Tecún Umán, Héroe Nacional y símbolo de la defensa de la nacionalidad guatemalteca y para honrar su memoria se declaraba el 20 de febrero de cada año Día de Homenaje a Tecún Umán, así como la construcción de monumentos que perpetúen su memoria.
Es así como el 6 de marzo de 1961 se emitió el Acuerdo Gubernativo signado por el presidente Miguel Ydígoras Fuentes y el Ministro de Hacienda y Crédito Público Manuel Bendfeldt J. por medio del cual se cedía a la Municipalidad de Guatemala un área de terreno de la Finca “La Aurora” para erigir el Monumento a Tecún Umán.
Cuatro años más tarde, en 1965, se coloca a un costado del bulevar Liberación una escultura de Tecún Umán de 6.5 metros realizada por el artista plástico Roberto González Goyri.
El lugar ha servido de escenario para diversas manifestaciones sociopolíticas y culturales, por eso, la comuna capitalina ha realizado trabajos de remodelación e iluminación de la plaza en honor al héroe nacional.
La figura de Tecún Umán, héroe nacional de Guatemala, constituye un símbolo que fomenta el patriotismo y la defensa de la nacionalidad guatemalteca.
Casa del Migrante Tecún Umán
La Casa del migrante de Tecún Umán nace como proyecto en julio de 1995 y empieza a hacerse realidad en septiembre del mismo año. La construcción de la Casa del Migrante viene a ser un refugio para todas la personas migrantes que migrando hacia el Norte ven truncado el sueño americano.
En vista de las violaciones denunciadas por los migrantes, en el año 1996 se crea la oficina de derechos humanos con dos objetivos principales: Detectar las violaciones de los derechos humanos de los migrantes y dar seguimiento a las mismas y crear en la frontera sur occidental de Guatemala una cultura de derechos con la formación de promotores jurídicos en la región.
La casa brinda a toda persona migrante, hospedaje 3 días, alimentación, asistencia social, laboral, jurídico – legal, médica y otras necesidades básicas que puedan necesitar mientras permanecen en la institución.
La ciudad de Tecún Umán, lugar fronterizo entre Guatemala y México, dista a 81 kilómetros de la cabecera departamental y a 251 kilómetros de la capital, con 27,000 habitantes locales y una población flotante de 30,000 personas aproximadamente. El quehacer de su población gira en torno a aspectos de carácter histórico, sociocultural y económico; aunque muchos de sus habitantes se dedican a la agricultura y también llegan de otros lugares (migrantes temporeros) a trabajar en el campo. Otros se dedican a la albañilería, carpintería y herrería.