
Hace 42.000 a??os, el mundo experiment?? unos siglos de condiciones apocal??pticas provocadas por una inversi??n de los polos magn??ticos de la Tierra combinada con cambios en el comportamiento del Sol.
Ese es el hallazgo clave de nuestro nuevo estudio multidisciplinario, publicado en la revista Science.
Esta ??ltima gran inversi??n geomagn??tica desencaden?? una serie de eventos dram??ticos que tienen consecuencias de gran alcance para nuestro planeta.
Fueron como la trama de una pel??cula de terror: la capa de ozono fue destruida, las tormentas el??ctricas arrasaron los tr??picos, los vientos solares generaron espect??culos de luces (auroras), el aire ??rtico se derram?? sobre Am??rica del Norte, las capas de hielo y los glaciares aumentaron, y los patrones clim??ticos cambiaron violentamente.
Durante estos eventos, la vida en la Tierra estuvo expuesta a una intensa luz ultravioleta. Los neandertales y la megafauna se extinguieron, mientras que los humanos modernos buscaron protecci??n en las cuevas.
El polo norte magn??tico, donde apunta la aguja de una br??jula, no tiene una ubicaci??n permanente. En realidad, generalmente se tambalea cerca del polo norte geogr??fico -el punto alrededor del cual gira la Tierra- con el tiempo debido a los movimientos dentro del n??cleo del planeta.
Por razones que a??n no est??n del todo claras, los movimientos de los polos magn??ticos a veces pueden ser m??s extremos que un tambaleo. Una de las migraciones m??s dram??ticas de estos polos tuvo lugar hace unos 42.000 a??os y se conoce como el evento de Laschamps, que lleva el nombre del pueblo donde fue descubierto en el Macizo Central de Francia.
El evento de Laschamps ha sido reconocido en todo el mundo, incluso recientemente en Tasmania, Australia. Pero hasta ahora, no estaba claro si tales cambios magn??ticos tuvieron alg??n impacto en el clima y en la vida en el planeta.
Nuestro nuevo trabajo re??ne m??ltiple evidencia que sugiere fuertemente que los efectos fueron globales y de gran alcance.
??rboles kauri
Para investigar lo que sucedi??, analizamos los antiguos ??rboles kauri de Nueva Zelanda, que se hab??an conservado en turberas y otros sedimentos durante m??s de 40.000 a??os.

Utilizando los anillos de crecimiento anual de los ??rboles kauri, hemos podido crear una escala de tiempo detallada de c??mo cambi?? la atm??sfera de la Tierra durante este per??odo.
Los ??rboles revelaron un aumento prolongado en los niveles de radiocarbono atmosf??rico causado por el colapso del campo magn??tico de la Tierra cuando los polos cambiaron. Esto proporcion?? una forma de vincular con precisi??n registros ampliamente dispersos geogr??ficamente.
“Los ??rboles kauri son como la Piedra Rosetta, y nos ayudan a unir los registros de cambios ambientales en cuevas, n??cleos de hielo y turberas de todo el mundo”, dice el profesor Alan Cooper, quien codirige este proyecto de investigaci??n.
Usando la escala de tiempo reci??n creada, pudimos demostrar que los cinturones de lluvia del Pac??fico tropical y los vientos del oeste del oc??ano Austral cambiaron abruptamente al mismo tiempo, provocando condiciones ??ridas en lugares como Australia.
A su vez, se extingui?? una variedad de megafauna, incluidos los canguros y vomb??tidos gigantes.

M??s al norte, la vasta Capa de Hielo Laurentide creci?? r??pidamente en el este de Estados Unidos y Canad??, mientras que en Europa los neandertales se extinguieron.
Modelado clim??tico
Trabajando con un programa de computadora que simulaba las interacciones globales entre la qu??mica y el clima, investigamos el impacto de un campo magn??tico m??s d??bil y los cambios en la fuerza del Sol.
Es importante destacar que durante el cambio magn??tico, la fuerza del campo se desplom?? a menos del 6% de lo que es hoy. Una br??jula en ese entonces tendr??a dificultades para encontrar el norte.
Sin ning??n campo magn??tico, nuestro planeta perdi?? por completo su eficaz escudo contra la radiaci??n c??smica y muchas part??culas penetrantes del espacio accedieron a la parte superior de la atm??sfera.
Adem??s de esto, el Sol experiment?? varios “gran m??nimo solar”, durante el cual la actividad fue mucho menor pero tambi??n m??s inestable, enviando numerosas erupciones solares masivas que permitieron que poderosos rayos c??smicos ionizantes llegaran a la Tierra.

Nuestros modelos mostraron que esta combinaci??n de factores tuvo un efecto amplificador.
Los rayos c??smicos de alta energ??a de la galaxia y tambi??n enormes estallidos de rayos c??smicos de las llamaradas solares pudieron penetrar la atm??sfera superior, cargando las part??culas en el aire y provocando cambios qu??micos que provocaron la p??rdida de ozono estratosf??rico.
Las simulaciones entre la qu??mica y el clima son consistentes con los movimientos ambientales observados en muchos archivos de cambios clim??ticos naturales.
Estas condiciones tambi??n habr??an extendido los deslumbrantes espect??culos de luces de la aurora en todo el mundo; a veces, las noches podr??an haber sido tan brillantes como el d??a.
Sugerimos que los dram??ticos cambios y los altos niveles de radiaci??n ultravioleta sin precedentes hicieron que los primeros humanos buscaran refugio en las cuevas, lo que explica el aparente florecimiento repentino del arte rupestre en todo el mundo hace 42.000 a??os.
Debe haber parecido el fin de los d??as.
BBC News