Una nueva forma de descubrir depósitos nuevos de metales de tierras raras, considerados el oro del siglo XXI por su uso masivo en nuevas tecnologías, ha sido presentada en la revista Geology.
Tan escasos como apreciados, las fuentes más conocidas y económicamente viables de tierras raras se encuentran en China, donde se refina más del 80 por ciento de la producción mundial. Esto ha resultado en una situación de casi monopolio, con China dominando el comercio internacional, particularmente en tierras raras pesadas.
Los metales de tierras raras son insustituibles para la fabricación de productos industriales avanzados de alta tecnología debido a sus propiedades luminiscentes y catalíticas. Se utilizan para fabricar imanes permanentes que son una parte vital de la electrónica moderna en televisores, teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, motores a reacción y sistemas de guía de cohetes, así como en plantas de energía solar y eólica, motores eléc tricos y en ingeniería médica.
Al contrario de lo que su nombre podría sugerir, las fuentes de elementos de tierras raras o metales de tierras raras se distribuyen de manera bastante equitativa en todo el mundo. Sin embargo, hay muy pocas fuentes que sean económicamente viables.
Geólogos de la Universidad de Erlangen-Nuremberg han descubierto ahora un indicador que puede identificar tales depósitos.
Inspeccionaron muestras de rocas de la mina de fluorita Vergenoeg en Sudáfrica y descubrieron que los cristales de fayalita en el sedimento de magma similar al granito pueden contener grandes cantidades de elementos pesados de tierras raras. El mineral, que es de color marrón rojizo a negro, se extrae principalmente para su uso como piedra preciosa y también se utiliza para arenado. La fayalita se puede encontrar en todo el mundo en rocas ígneas y rocas abisales.
«Dado que los elementos pesados de tierras raras son cada vez más escasos en el mercado mundial, el descubrimiento de fayalita como una nueva fuente potencial para localizar nuevos depósitos de tierras raras es extremadamente importante para la economía», dice en un comunicado el profesor Reiner Klemd, quien dirigió el estudio.
AP-Europe Press