La primera bicicleta de la historia data de 1817. Sin embargo, a partir de entonces, no ha dejado de evolucionar, adaptándose a cada época, a los gustos y a las necesidades de cada momento.
Cada vez más personas eligen la bicicleta como su medio de transporte, sobre todo ahora que la idea de movilidad que teníamos hasta la fecha está empezando a cambiar. Esta transformación, motivada en gran parte por la alianza entre la movilidad y el medio ambiente con el objetivo de hacer de nuestras ciudades lugares más limpios y sostenibles, hace que hayan dejado de entenderse como un juguete para niños o como un vehículo para llevar a cabo actividades deportivas, sino que se vean como un medio de transporte más para nuestro día a día. Por ello, de la misma manera que su uso ha ido variando con el tiempo, también su diseño ha evolucionado, convirtiéndose en un elemento mucho más tecnológico que la primera bicicleta de la historia.
Primeras bicicletas
Precisamente, la bicicleta del alemán Karl von Drais está considerada como la pionera. Fue en 1817 cuando el inventor construyó lo que empezó a conocerse como Draisine o velocípedo. El objetivo era ofrecer un medio de transporte, construido en madera, que fuera más barato y fácil de mantener que los caballos. Poco a poco, el invento fue ganando notoriedad, hasta que el escocés Kirkpatrick MacMillan inventó la bicicleta a pedales unos veinte años más tarde, en 1839. Aunque fue Thomas McCall quien empezó a fabricar su modelo en 1869.
A partir de entonces, la demanda de bicicletas comenzó a aumentar, ya que eran perfectas para recorrer trayectos largos de forma rápida. Por ello, los fabricantes empezaron a innovar creando variantes distintas, como por ejemplo el aumento considerable del tamaño de la rueda delantera que llevaron a cabo en 1880. Aunque este tipo de bicicleta no duró mucho tiempo en el mercado, ya que diez años después apareció la “bicicleta de seguridad” con las dos ruedas del mismo tamaño. Este diseño de finales del siglo XIX se convirtió en la estructura de la bicicleta actual. Fue también durante esos años cuando se construyeron los primeros modelos de bicicletas específicas para mujeres, conocidas como “máquina de libertad”, pues las mujeres que montaban en bici tenían la oportunidad de disfrutar de una libertad física, moviéndose de un lado a otro.
Mejora continua
A partir del siglo XX, el crecimiento del coche como medio de transporte dejó la bicicleta en un segundo plano, aunque nunca desaparecieron del todo. Durante los años 60 y 70 se vivieron tiempos de esperanza y libertad de expresión en ámbitos como la moda, el arte y la música. Estos años de transformación de la sociedad también dejaron una impresión duradera en la evolución de la bicicleta, que vivió uno de los mayores picos de popularidad desde su invención.
Ya a finales del siglo XX, la sociedad empezó a darse cuenta de la importancia de mantenerse en forma, por lo que las ventas de las bicicletas aumentaron considerablemente. Además, aparecieron variantes como, por ejemplo, la bicicleta de montaña. En los últimos años, la concienciación con el medio ambiente también ha influido en este crecimiento, puesto que cada vez más personas recurren a la bicicleta como una forma ecológica, barata e, incluso, divertida de moverse por la ciudad.
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