La especie conocida como celacantos en algún momento se consideró extinta pero estos “peces fósiles” han aparecido cada vez más frecuentemente en las redes de los pescadores que buscan comerciar con las aletas de los tiburones
Cazadores de tiburones que se dedican al negocio del tráfico de aletas y aceite de estos depredadores del mar, capturaron en sus redes una extraña especie de pez “fantasma” que durante muchos años se creyó extinta.
Este “pez fósil” tiene aproximadamente 420 millones de años y data del período Cretácico. Su captura se produjo cerca de la costa suroeste de Madagascar, en el océano Índico, según informa Mongabay, un sitio web de contenido científico y ambiental.
La especie se conoce como “celacantos” y su nombre científico es Latimeria chalumnae, son peces que habitan en cuevas situadas en aguas profundas, entre los 150 y los 500 metros de profundidad. Cuentan con ocho aletas: dos dorsales, dos pectorales, dos pélvicas una anal y una caudal.
Verlos o capturarlos es algo realmente extraño, pero gracias a estos traficantes de aletas de tiburón, que se aventuran a aguas más lejanas y profundas en busca de tiburones, sus capturas son cada vez más frecuentes.
Un pescador local de la zona de St Augustin, fotografiado en mayo de 2010 con un celacanto enorme que llevó a un centro de investigación pesquera en rickshaw. Foto Thierry Cordenos/Mongabay.
Hace unos 82 años, la primera de estas criaturas fue atrapada viva en las costas de Sudáfrica, una noticia mundial ya que la especie se creía para siempre extinta. Un “pez fósil viviente de cuatro patas” aparentemente había regresado de entre los muertos, dijo en su momento, algo verdaderamente notable.
En las décadas siguientes, se capturaron más de estos peces raros e inusuales frente a las costas de Sudáfrica, Tanzania y las Islas Comoras; y una especie diferente de celacanto apareció en aguas de Indonesia.
Según investigadores citados por el portal como Andrew Cooke y Michael Burton, coautores de un estudio que lleva cuenta de las capturas de estos animales durante las últimas décadas, por lo menos 34 de ellos han sido atrapados entre 1987 y 2019.
Los investigadores señalan que el auge del mercado de aletas de tiburón, sobre todo en China, hizo que los pescadores de la costa suroeste de Madagascar empezaran a colocar redes de enmalle con mallas cada vez más grandes conocidas como jarifas en las aguas profundas.
Celacantos en una cueva de Gran Comora. Foto: Hans Fricke/Mongabay
Este método de pesca ha derivado en la captura de celacantos, además de los deseados tiburones.
Esto tiene en grave peligro de extinción a una especie muy antigua cuya existencia de por sí es una sorpresa.
Según Cooke y Burton hoy por hoy Madagascar es el epicentro de la distribución del celacanto y que pese a las cifras que ellos mismos han logrado corroborar, creen que por lo menos unos 100 celacantos han sido capturados en en sus costas en los últimos años.
“No hay duda de que las redes de enmalle de malla grande son ahora la mayor amenaza para la supervivencia de los celacantos en Madagascar”, resaltaron.
Infobae