Se trata de unos filamentos cósmicos de cientos millones de años luz que conectan cúmulos de galaxias entre sí.
En nuestro cosmos, la rotación es algo frecuente. Todo lo que vemos gira de una forma u otra. Nuestro planeta (y todo lo que hay en él) gira sobre su eje, al igual que todos los planetas y lunas del sistema solar, asteroides o galaxias. Los objetos giran sobre su eje y alrededor de otros objetos más masivos. Sin embargo, los cúmulos gigantes de galaxias lo hacen muy lentamente, si es que giran, de ahí que los científicos hayan creído que hasta ahí podía llegar el fenómeno de rotación. Pero, ¿qué pasa en la mayor de las escalas cósmicas?
Ahora, un nuevo estudio liderado por astrónomos del Instituto Leibniz de Astrofísica de Postdam y publicado en la revista Nature Astronomy plantea que los filamentos cósmicos, las estructuras más grandes conocidas en el universo que pueden tener entre 160 y 260 millones de años luz de largo y son los hilos de la red cósmica, también giran sobre un eje. Las hebras de la red cósmica o tubos gigantes hechos de galaxias, estarían, por tanto, girando alrededor del propio eje filamentario.
¿Podemos explicarlo?
Utilizando datos del Sloan Digital Sky Survey, los científicos examinaron más de 17.000 filamentos y analizaron la velocidad a la que las galaxias que forman estos tubos gigantes se movían dentro de cada hebra cósmica. Los astrónomos descubrieron que la forma en que se movían estas galaxias sugería que giraban alrededor del eje central de cada filamento (hasta una velocidad máxima de 360.000 kilómetros por hora). Los autores señalaron que no sugieren que todos los filamentos del universo giren, pero que los filamentos giratorios sí que parecen existir.
“Al mapear el movimiento de las galaxias en estas enormes superautopistas cósmicas utilizando el estudio Sloan Digital Sky, un estudio de cientos de miles de galaxias, encontramos una propiedad notable de estos filamentos: giran”, comenta Peng Wang, líder del trabajo.
Observando el movimiento de las galaxias a ambos lados del supuesto eje de rotación, vieron que, efectivamente, las galaxias de un lado parecían moverse hacia nosotros y en el otro, alejándose, que es lo que esperaríamos de un objeto en rotación. Además, los filamentos que tenían las colecciones más masivas de galaxias en cada extremo parecían girar más rápido que los demás.
“En estas escalas, las galaxias dentro de ellas son en sí mismas solo muestras de polvo. Se mueven en hélices o en órbitas en forma de sacacorchos, dando vueltas alrededor del centro del filamento mientras viajan a lo largo de él. Nunca antes se había visto un giro de este tipo a escalas tan enormes, y la implicación es que debe haber un mecanismo físico aún desconocido responsable de apretar estos objetos “, aclara Noam Libeskind, coautor del trabajo.
¿Por qué giran?
Los científicos desconocen cómo surgieron tales propiedades de la física en el universo temprano, pero comprender cómo influye en las estructuras más grandes del universo podría ser clave para desentrañar este misterio.
La intención es comprender el origen del giro de los filamentos a través de simulaciones por ordenador para ver cómo se comporta la materia en las mayores escalas cosmológicas.
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