???Si tienen ustedes la sensaci??n de que el cerebro es un objeto misterioso e inefable, una especie de concepto ideal que??bordea lo m??stico, un puente entre la experiencia humana y el reino de lo desconocido, etc??tera, entonces, sinti??ndolo mucho, les dir?? que este libro no les va a gustar???.
Y es que el neurocient??fico brit??nico desmonta en ???El cerebro idiota??? cualquier imagen idealizada que tengamos de ese ??rgano y nos expone sus ???imperfecciones???.
???Puede que sea el lugar donde habita la conciencia y que sea asimismo el motor que impulsa toda la experiencia humana, pero, pese a tan venerables funciones, su desorden y su desorganizaci??n no conocen l??mites???.
Burnett ense???? psiquiatr??a en la Universidad de Cardiff, donde es investigador, escribi?? otros tres libros dedicados al cerebro y a la psicolog??a y tiene un blog en el que aborda temas como la salud mental.
Su p??gina web asoma que no es un cient??fico tradicional. Su descripci??n incluye: ???comediante y muchas otras cosas, seg??n qui??n pregunte y qu?? necesite???.
Le gusta comunicar ciencia y, por eso, cuestiona que los escritos cient??ficos tengan un tono solemne.
???La ciencia se trata de orden, racionalidad, an??lisis, repeticiones, resultados, rigurosidad???, le dice a BBC Mundo. ???El humor es m??s sobre lo irreverente, lo ca??tico, lo il??gico, lo impredecible???.
???Cuando estaba haciendo mi PhD, incursion?? en la stand-up comedy y la gente me preguntaba: ?????Qu?? vas a escoger?’???
???El cerebro idiota??? (traducido por Albino Santos Mosquera) es fruto de no querer renunciar a su misi??n de hacer compatible lo aparentemente incompatible.
???Dedicado a todos los seres humanos con cerebro. No es f??cil aguantarlo, as?? que ??les felicito!???, escribi??.
La entrevista ha sido editada por razones de claridad y concisi??n y la intercalamos con extractos del libro.
??Por qu?? dice que el cerebro es ???v??ctima de su propio ??xito????
Tiene mucho que ver con el hecho de que hemos desarrollado estas habilidades mentales realmente poderosas para pensar racional y l??gicamente, para tener un pensamiento abstracto, para llevar a cabo procesos complejos, que la mayor??a de las especies no pueden hacer o, hasta lo que sabemos, ninguna puede.

Eso es genial, muy ??til. Pero, las partes fundamentales del cerebro, de las que salieron estas ??reas complejas (el neoc??rtex), todav??a est??n ah??, hacen lo que siempre han hecho, lo que algunos llaman el cerebro reptiliano.
Eso no significa que tengamos cerebros de reptiles, lo que dan a entender es que compartimos la misma sustancia cerebral con los reptiles u otras especies primitivas.
En el mismo cerebro tenemos lo que es complejo y lo que es esencial y eso provoca que muchas de las cosas complicadas que hacemos, desencadenen reacciones primitivas que est??n en un nivel mucho m??s b??sico.
Normalmente sentir??amos miedo si nos enfrentamos a un depredador, como un tigre, o a peligros en la naturaleza, como un terremoto o un volc??n. Es una reacci??n espec??fica que busca protegernos.
Pero ahora, debido a que somos tan inteligentes y complejos, podemos experimentar la misma respuesta del miedo genuina por cosas que quiz??s nunca suceder??n: me puedo preocupar si la econom??a va mal porque podr??a perder mi empleo o por la posibilidad de que mi pareja me abandone, aunque no tenga evidencia real de que eso va a pasar.
De hecho, es posible que nunca lo haga. Pero se desencadena la misma respuesta de miedo y eso nos causa estr??s.
Ahora tenemos mucho m??s a que temer y eso tiene implicaciones negativas. Poseemos estas regiones cerebrales muy poderosas adheridas a las m??s simples, a las m??s directas, y eso causa mucha confusi??n. Por eso hay gente que est?? tan ansiosa.
Y es que hemos creado este entorno complejo para vivir y todav??a tenemos partes simples del cerebro que no reaccionan bien ante ??l.
Imagina por un momento???

???Tener a alguien menos experimentado (pero de rango t??cnico superior) todo el rato encima, dando ??rdenes poco fundamentadas y haciendo preguntas est??pidas, solo sirve para dificultar las cosas. Pues bien, el neoc??rtex hace eso continuamente con el cerebro reptiliano (???)
El neoc??rtex es flexible y receptivo; el cerebro reptiliano es un animal de costumbres fijas y no es nada dado a cambiarlas. Todos hemos conocido a personas que piensan que saben m??s porque son mayores o porque llevan m??s a??os haciendo una misma cosa.
Trabajar con ellas puede ser una pesadilla, como intentar programar ordenadores junto a alguien que insiste en usar una m??quina de escribir para tal menester porque ???as?? es como se ha hecho toda la vida’???.
A la luz del cerebro reptiliano y del neoc??rtex ??por qu?? dice que el cerebro puede llegar a estropear las funciones m??s b??sicas del cuerpo?
Es otro ejemplo de c??mo el cerebro es v??ctima de su propio ??xito.
Nuestro cerebro superior sabe que la conciencia, el pensamiento, la l??gica, la identidad del yo y todo eso a veces pueden anular o interferir en las funciones corporales m??s b??sicas de nuestros cuerpos.
Por ejemplo, tenemos que comer porque necesitamos energ??a, nutrientes.

Poseemos un sistema digestivo muy sofisticado que nos ayuda a asegurarnos de que tengamos la comida adecuada en el momento adecuado, nos estimula el apetito, nos reduce el hambre, todo eso es un proceso muy complejo que ha evolucionado durante millones de a??os.
Pero nuestro cerebro dice: ???no, de hecho, quiero m??s y quiero comida chatarra, calor??as, dulces??? y puedo comerlos porque desautoriza al sistema digestivo.
Es un ejemplo de c??mo el cerebro interviene y no toma la decisi??n correcta.
Es como un gerente que decide que se va a involucrar en cada proyecto de la empresa, aunque no sepa lo que est?? haciendo, pero ??l es el jefe, as?? que todos tienen que escucharlo. Eso puede suceder con bastante frecuencia en el cerebro.
Queremos y necesitamos desesperadamente dormir, pero no hemos finalizado la serie de Netflix o no hemos terminado de revisar el celular y seguimos.
Es como si el cerebro dijera: soy el que est?? cargo y esto es lo que vamos a hacer, aunque despu??s paguemos las consecuencias.
Entonces ??es mi cerebro el culpable de siempre querer el postre o de comer chocolate tras chocolate sin parar?
S??, es algo extra??o que mi esposa llama ???el tanque del pud??n???: cuando realmente te sientes lleno, te ofrecen el postre y, de repente, sientes que tienes espacio, como si tuvieses otro est??mago listo.
Pero es el cerebro que dice: ???quiero eso ahora y no me importa lo que diga el sistema digestivo???.

Es algo que ha evolucionado. Piensa en nosotros como criaturas primitivas: encontrar una fuente de alto contenido cal??rico era genial.
Deb??as comer todo lo que pudieras con el fin de acumular reservas de grasa para cuando no pudieras conseguir comida.
Ese problema ya no lo tenemos en el mundo moderno, en el que presionas un bot??n en tu tel??fono y en media hora, te llega la comida, y no es algo con lo que hayamos evolucionado.
As?? que el cerebro dice: ?????Hay comida ah??, nos la tenemos que comer! Es bueno para nosotros porque necesitamos asegurarnos de que contamos con suficientes recursos???.
Pero ya no necesitamos hacer eso y debemos esforzarnos para frenarlo.
???El sabor dulce de los postres es una recompensa tangible que el cerebro reconoce y desea, as?? que no admite que el est??mago le diga en ese momento ???aqu?? ya no queda hueco para nada’???.
En su libro se??ala que ???el cerebro es propenso a preocuparse???. No es que eso me preocupe, en lo absoluto, pero ??por qu???
Nuestro cerebro est?? atento a los peligros y crea una red de detecci??n de amenazas que incluye partes fundamentales del cerebro, entre ellas el hipocampo y la am??gdala.

Es algo bueno porque nos ha mantenido vivos. Pero es un ??rea muy sensible que tambi??n se puede activar con cosas peque??as.
Si no llego al metro a tiempo, no llegar?? a la entrevista, no tendr?? trabajo, se da??ar?? toda mi carrera.
Tenemos esta habilidad de imaginar, de predecir, y eso nos lleva a pensar que nos pueden pasar cosas malas, aunque posiblemente nunca lleguen a suceder. Sin embargo, el hecho de anticipar sus consecuencias, nos hace preocuparnos.
El cerebro humano moderno est?? constantemente imaginando escenarios, as?? navegamos el mundo: si voy por all?? ??qu?? pasar??? ??y si m??s bien voy por aqu??? Muchos de esos escenarios son in??tiles e involucran resultados negativos.
Podemos estar permanentemente preocupados por cualquier cosa porque somos propensos a eso y lo que el cerebro reconoce como negativo, desencadena el mecanismo de detecci??n de amenazas, lo que nos provoca estr??s y ansiedad.
En cierta forma, el cerebro asume constantemente el rol de su peor enemigo al intentar anticipar todo, al tratar de anticipar cosas malas.
???Cuando no se dedican a supervisar (y, a menudo, a perturbar) el funcionamiento de los procesos fundamentales que necesitamos para mantenernos con vida, nuestros cerebros conscientes son excepcionalmente buenos imaginando fuentes potenciales de da??o para nosotros???.
Plantea que muchas personas con fobias son muy conscientes de cu??n il??gicas son. Ni le cuento lo que me pasa cuando veo a un rat??n. ??Por qu?? nuestros cerebros juegan en nuestra contra de esa manera? Es incre??ble
Lo es y es muy molesto lo que hacen. Y creo que el punto que mencionas es bueno en el sentido de que algunas personas con fobias saben intelectualmente que lo que les asusta no es tan peligroso.
Lo m??s probable es que el rat??n no te lastime, no puede, es diminuto comparado con tu tama??o. Esa es un manera objetiva y racional de verlo, pero eso no es lo que hace el cerebro.
Hay ciertas cosas a las que parece que hemos evolucionado para tenerle miedo, por ejemplo, ara??as y serpientes. Ambas son fobias muy comunes.

Y es que en la naturaleza, son un peligro: si te despiertas y hay una gran ara??a o una serpiente venenosa cerca ??claro que puede hacerte da??o!
Desarrollar, ante ellas, una respuesta del miedo hiperactiva fue algo ??til para el cerebro y parece que, hasta cierto punto, todav??a est?? all??.
Se han hecho estudios con chimpanc??s, nuestros parientes m??s cercanos, que demuestran que puedes entrenarlos f??cilmente para que le teman a las serpientes.
Pero si usas flores, que son inofensivas, no aprenden a asustarse porque no tienen el instinto en sus cerebros para temerles.
Cuando experimentamos con cosas a las que les tenemos miedo, independientemente del motivo, el cerebro aprende la lecci??n equivocada.

Mi madre siempre le ha tenido miedo a las polillas, ella sabe que no es sensato porque son unas cositas aleteando que no lastiman a nadie.
Pero mi abuelo decidi?? que ella deb??a ser tratada con una terapia de exposici??n extrema para que comprobara que eran inofensivas, pero lo que hizo fue empeorar la situaci??n porque cuando haces eso, cuando te encuentras cara a cara con la fuente de tu miedo, desencadenas la enorme y poderosa respuesta del miedo y el cerebro se vuelve hiperactivo.
Si veo un rat??n en la pantalla, mi ritmo cardiaco se dispara, me pongo tenso, empiezo a hiperventilar.
El cerebro recuerda que se desencaden?? una respuesta del miedo enorme, que hubo una reacci??n f??sica y, por ende, debo tenerle miedo a los ratones porque desatan todo eso.
El cerebro aprende la lecci??n equivocada por las respuestas sobreactivas que genera.
???La tendencia del cerebro a preocuparse puede tener unas consecuencias f??sicas reales en nuestros organismos (presi??n arterial elevada, tensi??n, temblores, p??rdida/ganancia de peso) y en nuestras vidas en general, pues, obsesion??ndonos por cosas inocuas, podemos hacernos mucho da??o en realidad???.
Escribi?? que ???el cerebro es una mara??a terriblemente compleja de conexiones y enlaces, como un universo de adornos luminosos de ??rbol de Navidad encerrado en una esfera de reducidas dimensiones???. ??Es por eso que algunas veces no recordamos el nombre de alguien o cuando corremos a otro cuarto a buscar algo o a decirle algo a alguien, se nos olvida por qu?? estamos ah???
S??, en gran parte se debe a eso.
Cada recuerdo que tienes est?? almacenado a lo largo del cerebro y sus diferentes conexiones y, para poder llegar a ??l, necesitas una especie de ruta entre la parte frontal de tu cerebro, donde tomas decisiones y piensas: ???necesito encontrar este recuerdo???, y el lugar donde est?? guardado, junto a muchos otros.

Pero algunas veces, en la ruta hacia el recuerdo correcto, se produce una desviaci??n o se termina en el lugar equivocado, y puede ser dif??cil de cambiar.
Por ejemplo: ??c??mo es que se llama este actor? El cerebro dice: ???yo ya hab??a hecho esa tarea, no le quiero dedicar m??s tiempo, estoy ocupado con otras cosas???.
Se produce un bloqueo que nos impide tener acceso al recuerdo en cuesti??n porque es dif??cil navegar por toda esa mara??a de diferentes elementos de la memoria.
Lo que dices de ir de un cuarto a otro, es otra parte de eso: hay algo en el cerebro llamado c??lulas de l??mite y cuando vas de un lugar a otro, apenas cruzas la puerta, el cerebro reconoce que est?? en un lugar nuevo.
Se prepara para lo que viene, est?? a la expectativa y no necesariamente mantiene la informaci??n que ten??a en el otro cuarto porque, dice, ???ya no la necesito, estoy en otra parte, en un sitio nuevo???.
Como resultado, olvidas la informaci??n urgente que necesitabas decirle a la otra persona.
Todo es parte de esta manera rara en la que el cerebro tiende a trabajar.
???La memoria a corto plazo es r??pida, manipulativa y fugaz, mientras que la memoria a largo plazo es persistente, duradera y holgad??sima en cuanto a su capacidad???.
??Qu?? tiene que ver el ego con nuestros recuerdos?
La memoria es muy egoc??ntrica.
Es importante reconocer que cada recuerdo que tenemos se forma desde nuestra perspectiva: todo proviene de nuestros propios sentidos, pensamientos, comportamientos y actitudes.

Por defecto, nuestra memoria es t??cnicamente egotista porque no nos podemos salir de nuestro cuerpo y mirar el mundo que nos rodea y recordarlo. Todo pasa por nuestros ojos.
Pero como la memoria es tan flexible, sorprendentemente pl??stica, no es completamente ca??tica, se pueda ajustar, cambiar y modificar f??cilmente y nuestro cerebro suele hacerlo por razones egoc??ntricas para hacernos sentir mejor con nosotros mismos, para recordar el pasado con m??s cari??o, entre otras razones.
Existe el llamado sesgo de olvido por componente afectivo: si tienes dos recuerdos de igual importancia, uno que es positivo, lleno de experiencias felices, y el otro que es negativo, lleno de malas experiencias, y ambos ocurrieron alrededor del mismo tiempo, uno despu??s de otro, las emociones negativas se desvanecer??n en tu memoria m??s r??pido que las positivas.
Al evocarlos un a??o despu??s, el cerebro tender?? a aferrarse m??s a los recuerdos positivos que a los negativos.
Es otro mecanismo de defensa porque no queremos estancarnos en recuerdos demasiado negativos. Queremos aprender la lecci??n, extraer informaci??n, pero no es necesario que sigamos experimentando las emociones negativas.
Los recuerdos positivos son m??s motivadores, nos hacen sentir mejor, nos hacen sentir nosotros mismos, nos dan m??s confianza, y esos sentimientos nos ayudan a sobrevivir y navegar el mundo.
Por eso, el cerebro modifica constantemente nuestros recuerdos, no es que elabore una narrativa falsa, sino que ajusta los recuerdos para que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
Pero, como plantea en su libro, todos podemos llegar a crear recuerdos falsos, aunque realmente creamos que nuestros recuerdos son versiones precisas e imparciales de los eventos. ??No?
S??, constantemente estamos actualizando nuestros recuerdos y los ajustamos para satisfacer nuestras necesidades en un determinado momento.

Cada vez que le cuentas a alguien un recuerdo, esa experiencia de contarlo se le a??adir?? a ese recuerdo. Es como un archivo que se actualiza en internet.
Cuando lo compartas con tus amigos, enfatizar??s las buenas partes y le restar??s importancia a las malas, lo que significa que ese recuerdo se vuelve m??s positivo en tu cabeza y luego no recuerdas la experiencia original tanto como s?? recuerdas lo que contaste de la misma con posterioridad.
Y no es que lo hagas a prop??sito. Nadie realmente quiere pensar que va a cambiar sus recuerdos para sentirse mejor. Es un proceso inconsciente, ocurre por defecto porque as?? es como funciona nuestro cerebro.
Es una consecuencia de la forma en que almacena la informaci??n, se actualiza constantemente, se ajusta, se adapta permanentemente a lo que se necesita y no existe ninguna forma de demostrar que la memoria de alguien es permanentemente incorrecta o correcta.
???Los recuerdos recuperados por el cerebro son comparables a veces con una bola de pelo expectorada por un gato: en ambos casos, se trata del producto de un alarmante proceso de enmara??amiento interno???.
??Por qu?? nuestros cerebros tienden a darle prioridad a ser parte de un grupo, aunque algunas veces sepamos que no nos conviene?
Hemos evolucionado para ser aceptados por nuestra comunidad y si no tenemos eso, nuestro cerebro entra en un estado muy negativo.

Hay muchos estudios sobre personas socialmente rechazadas o que est??n en la parte inferior de la jerarqu??a y c??mo eso les ha generado ansiedad.
El confinamiento solitario, que mantiene al prisionero alejado de los dem??s todo el d??a, cada d??a, se reconoce como una forma de tortura psicol??gica, porque los cerebros humanos no pueden, en absoluto, manejar esa situaci??n. Es una experiencia genuina y seriamente angustiante para nosotros.
Cuando estamos con otros, incluso si es un grupo peque??o al que acabamos de entrar, instintivamente nos sentimos obligados a trabajar por la unidad, para ser armoniosos, porque ese ha sido el estado predeterminado de los humanos durante la mayor parte de nuestra evoluci??n.
Es cuesti??n de supervivencia: si todos nos llevamos bien, trabajamos juntos, sobreviviremos. Y esa es una lecci??n que nuestro cerebro ha aprendido durante millones de a??os y todav??a est?? ah??, es inherente.
Incluso si sabemos que realmente no estamos de acuerdo con sus miembros: ???si lo digo en voz alta, me van a rechazar y voy a tener que buscar otro grupo en otra parte???.
As?? que prefiero decir: ???s??, tienes raz??n, estoy de acuerdo??? y sigo siendo parte, en vez de correr el riesgo de ser rechazado y de convertirme en un paria.
BBC news