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Cuando Vilbrun Guillaume Sam lleg?? a la presidencia de Hait?? en febrero de 1915 se convirti?? en el sexto mandatario en ocupar el poder en menos de cuatro a??os.

De hecho, ninguno de los cinco gobernantes anteriores hab??a alcanzado a pasar un a??o entero en la presidencia.

Hait?? estaba sumido en una constante inestabilidad, en la cual el propio Sam hab??a jugado un papel al participar en el derrocamiento de tres de sus antecesores: Cincinnatus Leconte, Oreste Zamor y Joseph Davilmar Th??odore.

El alzamiento contra Th??odore fue impulsado por el descontento contra el mandatario que hab??a incumplido con pagarle a las milicias armadas de Hait?? -conocidas como “Cacos”- que le hab??an ayudado a sacar del poder a su antecesor, Oreste Zamor.

Esas mismas fuerzas montaron un bloqueo brutal en torno a la capital del pa??s, Puerto Pr??ncipe, para exigir la renuncia de Th??odore.

La ciudad ha estado pr??cticamente sin comida y sin agua durante los ??ltimos tres d??as y los revolucionarios han detenido el ingreso de todos los alimentos y han cortado el suministro de agua, una situaci??n que han declarado que se mantendr?? mientras el presidente Th??odore siga en el cargo”, describi?? entonces la situaci??n el embajador de Estados Unidos en Hait??, Arthur Bailly-Blanchard, en una comunicaci??n enviada el 22 de febrero de 1915.

Th??odore acept?? renunciar y se march?? en un barco rumbo a Cura??ao y Sam fue inmediatamente reconocido como nuevo jefe del Poder Ejecutivo por el resto de generales revolucionarios, lo que en la pr??ctica, debido a la din??mica pol??tica que operaba en el Hait?? de la ??poca, garantizaba que ser??a electo presidente por el Congreso, como efectivamente ocurri?? unos pocos d??as despu??s.

Su mandato durar??a apenas unos cinco meses, pero abrir??a las puertas a un largo periodo de forzosa estabilidad que vendr??a impuesta por una invasi??n estadounidense del pa??s que se prolongar??a por 19 a??os.

A prop??sito del asesinato del presidente de Hait??, Jovenel Mo??se, el pasado 7 de julio, recuperamos ese otro cap??tulo de la historia del pa??s caribe??o.

??Qu?? ocurri???

De la represi??n al magnicidio

Poco despu??s de la llegada al poder de Sam, la inestabilidad pol??tica que caracteriz?? a Hait?? en esa ??poca comenz?? a hacerse sentir.

Palacio de Gobierno de Hait??.
Pie de foto,El Palacio de Gobierno de Hait?? fue ocupado por siete presidentes distintos entre 1911 y 1915.

Rosalvo Bobo, un exministro del gobierno de Th??odore que se encontraba exilado en Rep??blica Dominicana, hizo un llamamiento a la insurrecci??n de los haitianos en contra del gobierno de Sam.

En su llamamiento, Bobo tambi??n apuntaba contra los intereses de Estados Unidos.

“El manifiesto emitido tiende a crear malos sentimientos en contra de los estadounidenses tanto en Hait?? como en Rep??blica Dominicana”, alert?? en una comunicaci??n del 28 de marzo el enviado plenipotenciario de Estados Unidos en Santo Domingo, James Mark Sullivan.

En Hait??, Sam puso en marcha una fuerte ola represiva para sacar del juego a sus potenciales rivales, lo que no logr?? evitar los alzamientos.

A finales de abril, tropas del propio gobierno se alzaron en el Fuerte Libertad, en el noreste del pa??s y centenares de partidarios de Bobo tomaron la localidad de Cabo Haitiano, que lleg?? a esa ciudad al frente de una gran fuerza a inicios de mayo.

Aunque hubo marchas y contramarchas en el avance de las fuerzas insurrectas, al final el gobierno de Sam no fue capaz de contenerlas.

El 27 de julio, los alzados contra el gobierno tomaron por sorpresa Puerto Pr??ncipe, logrando controlar parte de la ciudad y rodear el palacio de gobierno. Sam consigui?? escapar y buscar refugio en la embajada de Francia.

Ese d??a, el mandatario orden?? la ejecuci??n de 160 presos pol??ticos, entre los cuales se encontraba el expresidente Oreste Zamor.

Esa decisi??n despert?? la ira de una muchedumbre enardecida que irrumpi?? a la fuerza en la embajada de Francia, asesin?? a Sam, lo desmembr?? y luego recorri?? la ciudad exhibiendo trozos de su cuerpo sujetados a la punta de largas varas.

Una medida transitoria que dur?? 19 a??os

La revuelta y el asesinato de Sam generaron una r??pida respuesta de las fuerzas militares de Estados Unidos.

“El presidente [Woodrow] Wilson envi?? a los marines a Hait?? para evitar la anarqu??a. En realidad, ese acto protegi?? los bienes de Estados Unidos en el ??rea y evit?? una posible invasi??n alemana”, se??ala un texto de la oficina de Historia del Departamento de Estado de EE.UU.

Philippe Sudr?? Dartiguenave
Pie de foto,Impuesto por Estados Unidos, Philippe Sudr?? Dartiguenave gobern?? Hait?? hasta 1922.

Desde mediados del siglo XIX, Washington estaba interesado en Hait?? y en Rep??blica Dominicana como posibles centros desde los cuales proteger sus intereses en el Caribe.

En 1889, el Departamento de Estado intent?? conseguir permiso para establecer una base naval en M??le-Saint-Nicolas, una localidad en el noroeste del pa??s.

D??cadas m??s tarde, el presidente William Howard Taft le otorg?? a Hait?? un gran pr??stamo con la esperanza de que ese pa??s cancelara su deuda externa con Francia y se hiciera m??s independiente de la influencia extranjera. Ese esfuerzo no rindi?? los resultados esperados.

Sin embargo, para 1915, el gobierno de Estados Unidos no estaba tan preocupado por Francia como por Alemania que era considerado como su potencial rival para la ??poca.

De hecho, inmediatamente tras la muerte de Sam, Estados Unidos evit?? que fuerzas militares de Francia y Reino Unido desembarcaran en Hait?? d??ndoles garant??as de que los marines proteger??an tambi??n los intereses de ambas naciones.

Pero ese desembarco improvisado y de emergencia termin?? dando paso a una larga ocupaci??n.

Un tratado controvertido

Tras la invasi??n, Estados Unidos impuso la firma de un tratado mediante el cual Washington adquir??a control total sobre las finanzas de Hait??, as?? como el derecho de intervenir en ese pa??s cuando lo considerara necesario y forz?? al Congreso a elegir como presidente a Philippe Sudr?? Dartiguenave, quien gobern?? hasta 1922.

Esta “elecci??n” no era del gusto popular, por lo que no contribuy?? a calmar los ??nimos en el pa??s.

Para hacer frente a cualquier inestabilidad, el tratado de 1915 tambi??n preve??a la creaci??n de la Gendarmer??a haitiana, un cuerpo militar integrado por hombres haitianos y estadounidenses bajo control de los marines.

Miembros de la Gendarmer??a de Hait?? fotografiados en 1924.
Pie de foto,Controlada por los marines, la Gendarmer??a de Hait?? estaba integrada por estadounidenses y haitianos.

Algunas de las pol??ticas de esta fuerza de seguridad como la segregaci??n racial, la censura a la prensa y el trabajo forzado resultaron extremadamente impopulares y llevaron a una revuelta campesina en 1919.

Estados Unidos tambi??n intent?? infructuosamente cambiar la Constituci??n de Hait?? para lograr que se permitiera a los extranjeros ser propietarios de tierras en el pa??s, algo que estaba prohibido desde la independencia, pero no consigui?? que el Congreso accediera a aprobar este cambio.

Por el contrario, los legisladores comenzaron a redactar una Constituci??n contraria a los intereses de Estados Unidos, por lo que Washington instruy?? al mandatario Dartiguenave que disolviera el Parlamento, que no volvi?? a funcionar hasta 1929.

Protesta contra la ocupaci??n estadounidense de Hait?? en 1921.
Pie de foto,La ocupaci??n estadounidense de Hait?? fue motivo de numerosas protestas, unas pac??ficas y otras no tanto.

Ese a??o, Estados Unidos decidi?? comenzar a preparar su retirada del pa??s -tras una serie de protestas y huelgas- que se hizo efectiva en 1934.

Esa ocupaci??n, la m??s larga que ha realizado Estados Unidos en su historia, no dej?? un legado favorable, a juzgar por el debate que se gener?? cuando en 1994 el gobierno de Bill Clinton evaluaba la posibilidad de volver a invadir Hait?? tras el derrocamiento del presidente Jean Bertrand Aristide.

“Nosotros estuvimos all??, como sabes, por 19 a??os, y todav??a me impacta el hecho de que se trata del ??nico lugar en el Caribe donde no se juega b??isbol“, dijo entonces Lawrence A. Pezzullo, quien hab??a sido enviado especial de Washington para Hait??.

“En todos los dem??s lugares nosotros dejamos algo atr??s. En Hait??, no dejamos nada”, concluy??.

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