“El Gobierno australiano insiste en el secreto para evitar tener que admitir ante la opini??n p??blica australiana que ayud?? a destruir la democracia chilena”, dijo Clinton Fernandes.
El Servicio Secreto de Inteligencia de Australia (ASIS, por sus siglas en ingl??s) instal?? una “estaci??n” en Santiago de 1971 a 1973 a pedido de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, en ingl??s), seg??n registros australianos desclasificados y publicados por el National Security Archive (NSA), un centro de investigaci??n con sede en Washington.
Allende, elegido presidente de Chile por la coalici??n de partidos de izquierda Unidad Popular en 1970, fue derrocado el 11 de septiembre de 1973 por un golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet. Cercado, el mandatario se suicid?? en el Palacio Presidencial de La Moneda. Tres a??os antes, la CIA hab??a solicitado ayuda al ASIS para realizar operaciones encubiertas en Chile.
??Qu?? dicen los archivos desclasificados?
De acuerdo con los memorandos e informes citados por el NSA, en diciembre de 1970, el ministro de Relaciones Exteriores australiano, William McMahon, autoriz?? abrir una c??lula secreta en la capital chilena, cuyos equipos y agentes llegaron a mediados de 1971. Las operaciones -que implicaron reclutar activos chilenos y presentar informes de inteligencia directamente a la sede de la CIA en Langley, Virginia- duraron 18 meses.
Para principios de 1973, el nuevo primer ministro australiano, Gough Whitlam, orden?? al director del ASIS poner fin a la operativa en Chile, “inquieto” por la posibilidad de que se hiciera p??blica una participaci??n de Australia “extremadamente dif??cil” de justificar, seg??n los registros difundidos. La c??lula de espionaje australiana se cerr?? aparentemente en julio de 1973, aunque un agente del ASIS sigui?? en Santiago hasta despu??s del golpe militar del 11 de septiembre.
Australia desclasific?? estos documentos tras las peticiones de Clinton Fernandes, un exanalista de inteligencia del Ej??rcito australiano y profesor de estudios internacionales en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Canberra, quien invoc?? la libertad de informaci??n. El Gobierno australiano proporcion?? en junio a Fernandes archivos relacionados con la apertura, administraci??n y cierre de la estaci??n del ASIS en Santiago entre 1970 y 1973.
Sin embargo, el material result?? estar “muy censurado” y tener “pocas revelaciones de operaciones encubiertas reales, recopilaci??n de inteligencia o relaciones de enlace con la CIA en Chile”, se??ala el NSA en su sitio web. La mayor??a de los cables, memorandos e informes tratan de “aspectos pr??cticos”, agrega la fuente. Aun as??, los documentos divulgados confirman detalles de las operaciones secretas de Australia en Chile filtradas a la prensa o admitidas por pol??ticos a lo largo de los a??os.
En octubre de 1974, el diario Sydney Morning Herald public?? un art??culo titulado Unos esp??as ayudaron a la CIA a planificar el derrocamiento de Allende. Y en 1977, el propio Whitlam -entonces l??der de la oposici??n- reconoci?? las actividades de personal de inteligencia australiano “para desestabilizar al Gobierno de Chile”.
Fernandes busca ahora una mayor desclasificaci??n del registro hist??rico sobre las operaciones de Australia en Chile, con la nueva publicaci??n de los documentos, pero sin censura. “El Gobierno australiano insiste en el secreto para evitar tener que admitir ante la opini??n p??blica australiana que ayud?? a destruir la democracia chilena”, opin?? Fernandes, citado por el NSA.
ama (afp, efe)