Un planeta Tierra con menos habitantes podría dificultar los planes que tiene Elon Musk para poblar Marte. En contra de lo que muchos creen, las predicciones de especialistas apuntan a que en el 2100 habrá menos gente.
Elon Musk quiere convertir a los humanos en una especie multiplanetaria. Desde su fundación hace dos décadas, el principal objetivo de la empresa del multimillonario sudafricano SpaceX ha sido colonizar Marte.
Musk argumenta que necesitamos un Plan B si el daño a la Tierra es irreversible a causa del cambio climático, la superpoblación, una tercera guerra mundial o un posible evento de extinción masiva. Aunque aún no sabe qué es lo que acabará haciendo inhabitable el planeta Tierra, Musk hizo públicas sus preocupaciones en Twitter: “el colapso de la población”.
Contrario a lo que se cree, puede haber algo de verdad en su inquietud. La población mundial podría disminuir a partir de la segunda mitad del siglo, según un estudio publicado por la revista The Lancet en 2020, en la que participaron investigadores del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME).
Esto significa que podría no haber suficiente gente para llevar a cabo el plan de colonizar Marte, algo que el propio CEO de SpaceX reconoció en Twitter: “Si no hay suficiente gente para la Tierra, entonces definitivamente no habrá suficiente para Marte”.
El IHME sugiere que en 2064 la población mundial alcanzará un máximo de 9.730 millones de personas, pero que sufrirá un descenso de casi mil millones a finales de siglo. El estudio muestra un escenario muy diferente al que tenían las Naciones Unidas (ONU), en los que se estima un aumento constante de la población hasta unos 11.000 millones en 2100. Musk calificó las cifras de la ONU de “auténtico disparate” en el mismo tuit.
¿Cómo se explica este decrecimiento?
Las mujeres son fundamentales en estas estimaciones. El descenso de la población se atribuye principalmente a la disminución de la tasa de natalidad, es decir, las mujeres tienen menos hijos. Los investigadores señalan que estos cambios se deberán a un mejor y más fácil acceso a la educación y a los métodos anticonceptivos.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Según un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica danesa realizado en 2018, los ingresos de las mujeres disminuyeron drásticamente después de dar a luz, mientras que los de los hombres se mantuvieron igual.
Algunos países han tratado de hacer frente a estos retos con programas de incentivos como el permiso de maternidad remunerado, la protección del empleo o las ayudas económicas. Los autores consideran que esto se ha visto en Suecia, que aumentó sus tasas de natalidad del 1,5 a finales de los 90, al 1,9 en 2019.
Los expertos también ven con preocupación que la estrecha relación entre el descenso de la tasa de natalidad y el mayor acceso de las mujeres a la educación sexual y a los anticonceptivos pueda suponer una amenaza real para sus libertades y derechos.
En vez de apoyar a quienes son madres, algunos países podrían, por el contrario, prohibir o restringir el acceso a los servicios de salud reproductiva para evitar el descenso de la población, lo que se ha visto en Rumanía y en la Unión Soviética, que utilizaron restricciones y prohibiciones para intentar aumentar las tasas de natalidad.
Destinos diferentes por región
Aunque a Musk pareciera no gustarle un mundo menos poblado, no sería necesariamente algo malo. Los investigadores del IHME creen que supondría un alivio para el medio ambiente porque las personas usarían menos recursos y generarían menos emisiones de carbono. Sin embargo, aunque el descenso de la población podría beneficiar al planeta, no es una solución contra el cambio climático, dijeron los expertos.
Algunos países como Japón, España y Ucrania podrían sufrir un decrecimiento hasta la mitad de su población de aquí al 2100. Se prevé que China pase de sus 1.400 millones de habitantes actuales a unos 700 millones, a pesar del fin de la política del hijo único en 2015. Pero no todos los países compartirían el mismo destino. África y Oriente Medio eran las únicas regiones que se esperaba que tuvieran más población.
Los países de Europa Occidental su máximo poblacional en 2040. En el caso de Alemania, la población alcanzaría 85 millones de habitantes en 2035, pero disminuiría de forma menos severa hasta unos 60 millones en 2100.
Estos cambios en la población de la Tierra tendránimportantes consecuencias económicas, lo que implicará duros retos fiscales a los programas de salud pública y de pensiones. En este sentido, la inmigración podría ayudar: el estudio menciona que los países que consigan mantener su población trabajadora mediante la migración, como Canadá, Australia y Estados Unidos, podrían prosperar. (ju)
DW