Más de un millón de dosis de la vacuna Sptunik V del primer componente están a diez días de vencerse, mientras que el Ministerio de Salud sigue sin la capacidad de administrarlas a la población. El criterio científico no avala que puedan utilizarse después de la fecha de caducidad, como dijo el viceministro de Atención Primaria en Salud, Edwin Montufar, el pasado 10 de enero.
De ser así, no solo se perdería un millón 82 mil 858 dosis en total, que podrían salvar la vida de miles de guatemaltecos ante el contagio del coronavirus, sino también más Q83 millones que se pagaron a la empresa rusa Human Vaccine -vendió cada dosis a US$10-, a través de un contrato cuya prórroga el gobierno aún discute y que obligaría al país a comprar 8 millones de dosis más, lo que representaría otro desembolso de Q614 millones.
Las dosis rusas están en Centro Nacional de Biológicos, la diputada Evelyn Morataya lo corroboró el lunes último, pero hay otras 22 mil 696 que también vencen el 28 de febrero y que están distribuidas en las áreas de salud, y se corre el riesgo de que no sean administradas a la población.
Para no desperdiciar el biológico, se tendrían que aplicar 110 mil 555 dosis por día antes de que finalice el mes, lo que se ve lejano, pues el ritmo de vacunación de Sptunik V que se ha mantenido desde que comenzó el año es de unas 7 mil 320 dosis diarias.
Usarlas más allá de la fecha de caducidad como sugirió el viceministro no tiene el respaldo técnico de los expertos en el tema de vacunación dentro del Ministerio de Salud.
“El Departamento de Regulación y Control de Productos Farmacéuticos y Afines, no ha recibido ningún comunicado oficial de OMS -Organización Mundial de la Salud- que respalde el uso de vacunas vencidas”, dice un informe con fecha 20 de enero del 2022, que fue solicitado por la diputada Morataya a fin de establecer si las dosis contra covid-19 pueden utilizarse más allá de su fecha de caducidad.
En otro documento fechado el 10 de febrero y firmado por la viceministra Técnica Lesly Lorena Samayoa, se reitera que dicho departamento “no autoriza extender la vida útil de las vacunas contra el covid-19”.
La diputada Morataya, quien ha dado seguimiento a la adquisición de la vacuna contra el coronavirus y su aplicación a la población, ve con preocupación el que las autoridades del ministerio hablen de usar dosis vencidas cuando los especialistas en el tema, dentro de la propia cartera, no lo avalan.
Que haya más de un millón de dosis de Sputnik V próximas a vencer habla de la ineficiencia que ha tenido el Ministerio de Salud para vacunar a los guatemaltecos, agregó la parlamentaria, pues solo un 30 por ciento de la población tiene el esquema completo, debido a que no ha habido una estrategia oportuna para agilizar el proceso de vacunación en el país.
“Acá tiene que haber un responsable. Si se están desperdiciando las vacunas Sputnik V… qué sentido tiene sostener un contrato que desde un principio no supimos en qué términos fue firmado. Por qué mantener un contrato de vacunas que la gente no quiere”, menciona Morataya.
Señala que esta es la compra de vacunas más cuestionada hasta el momento, no por la efectividad del biológico, sino porque no ha sido avalado por la OMS, la negociación para adquirirla no fue transparente y no era el más apropiado para usarlo en el país, pues este requiere de una logística distinta a la que ofrecen otras casas farmacéuticas.
Sin respaldo
De acuerdo con Zulma Calderón, defensora de la Salud de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), no hay un documento técnico que avale el uso de dosis más allá de su fecha de vencimiento. Hasta el momento ni la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés) ni la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en inglés) ni la OMS han dado su aval para que esto ocurra en ningún país.
“Guatemala no tiene una norma técnica establecida para el uso de las vacunas vencidas”, indica Calderón, por lo que califica de “irresponsables” las declaraciones que dio Montufar en enero pasado, al indicar que los lineamientos de las farmacéuticas establecían que el biológico podía utilizarse hasta nueve meses después de su vida útil.
“Las farmacéuticas están pidiendo autorización para que se les den cuatro meses más de vigencia después de la fecha de caducidad, pero aún no tienen la autorización, entonces, si aún no tienen el aval bajo que precepto o bajo que antecedente podemos decir que las vacunas no van a causar ningún efecto secundario o tener otro tipo de complicación”, agrega Calderón.
Menciona que cuando se vencen medicamentos dentro de un servicio de salud existe un proceso administrativo en donde el responsable debe pagar una multa a la Contraloría de Cuentas por ese producto que al final se desperdicia, pero en el caso de las más de un millón de dosis de Sptunik V que tendrán que desecharse, no queda claro quién responderá por ello.
Según establece el procedimiento para la importación de vacunas contra el covid-19 emitido por el Departamento de regulación y control de productos farmacéuticos y afines del Ministerio de Salud el biológico debe administrare antes de que caduque o ser destruido posterior a dicha fecha vencimiento.