Ciertas materias primas podrían escasear cada vez más por la guerra de Ucrania. Las consecuencias para los fabricantes de automóviles en Alemania podrían ser graves, según expertos.
La industria automotriz alemana sufre por la guerra en Ucrania. Después de la pandemia de coronavirus y la crisis de los semiconductores, ahora le ha tocado el turno al suministro y al aumento de costos de otras materias primas. Todo eso, sin contar con la explosión de los precios del petróleo, del gas y del carbón.
Stefan Bratzel, del Centro de Gestión Automotriz, y experto en el rubro, cree que “no se deben subestimar las carencias inminentes en el suministro de materias primas importantes para los fabricantes de automóviles y sus proveedores”. “En última instancia, esto implica un aumento de los precios, periodos de espera más largos para los clientes de automóviles nuevos y ralentiza el aumento de la electromovilidad”, explica.
Gas neón y producción de semiconductores de Ucrania
Ucrania es uno de los proveedores más importantes del gas neón, informó a DW la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA). Por lo que podría haber un impacto en la producción europea de semiconductores. Además, los chips escasean en todo el mundo y desde hace algún tiempo. En la producción de semiconductores se utilizan láseres de alto rendimiento que, entre otras cosas, requieren neón.
“Las materias primas serán aún más importantes en el futuro”, dice una portavoz de VDA. El paladio y el níquel se importaban hasta ahora desde Rusia.
Paladio ruso 99.98.
Paladio y níquel, control de emisiones y baterías de Rusia
El paladio se usa para los catalizadores de motores de gasolina. “Con una cuota de mercado mundial del 38 por ciento, Rusia es el segundo proveedor más importante después de Sudáfrica, que tiene una cuota del 39 por ciento”, dijo a DW Michael Schmidt, de la Agencia Alemana de Materias Primas (DERA).
El precio del paladio aumenta sin cesar desde 2015. En junio, su precio ascendió a 2.900 dólares estaodunidenses (31,1 gramos), para ascender luego a 1.800 dólares, pero desde la guerra en Ucrania ha vuelto a aumentar, llegando a los 2.270 dólares.
Según Schmidt, “el mercado del paladio está en déficit desde hace años, y eso no va a cambiar”. La carencia de este elemento químico, por las sanciones contra Rusia, se compensó con las reservas. “Pero esto no es para siempre. La producción en Sudáfrica no se puede aumentar a corto plazo y como se desee”, según Schmidt.
El níquel, más caro
El precio del níquel ha bajado, pero los analistas de materias primas calculan una subida a mediados de 2022.
“A escala mundial, la Federación Rusa es el tercer mayor productor de mineral de níquel”, dijo Michael Szurlies, del Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales (BGR). “Las carencias en las entregas a corto plazo generalmente son difíciles de compensar”, añadió.
El níquel es importante para las aleaciones, pero también para la producción de baterías de iones de litio. “Estas, a su vez, son de crucial importancia para el cambio a la electromovilidad, por lo que, básicamente, esperamos un aumento en la demanda de níquel”, dijo la portavoz de VDA.
Para la fabricación de baterías de iones de litio se necesita mucha cantidad de níquel.
Precios más altos de coches, más CO2
Las sanciones contra Rusia -que van también contra la producción de níquel- ocasionarían que aumentaran los precios de los vehículos eléctricos, y ralentizarían la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, advierte la consultora con sede en Londres GlobalData.
Ese argumento tiene sentido: cuanto más lenta sea la electromovilidad, más dependeremos del petróleo y del gas rusos. “Ahora es un momento crítico para la introducción de vehículos eléctricos, ya que los países industrializados buscan acelerar el proceso de descarbonización”, dijo Daniel Clarke, analista de GlobalData.
China, en cambio, se beneficiaría de las sanciones contra Rusia al comprar sus materias primas y, por supuesto, a un precio más bajo.
A los fabricantes occidentales, según Lil Read, analista de GlobalData, solo les queda una opción: ampliar las relaciones comerciales con otros países productores de níquel, como Indonesia o Filipinas. Pero la distancia geográfica supondría un problema medioambiental.
Por otro lado, aumentaría la dependencia de China, ya que las empresas chinas jugarían un papel clave en las principales minas de níquel de esos países.
Read cree que se impondrá a la larga una nueva tecnología de baterías: “Creemos que las baterías de polímero de iones de litio (FLP), que no contienen ni níquel ni cobalto, ganarán popularidad y aceptación, si el conflicto en Ucrania persiste”.
(rmr/cp)