Un nuevo estudio sugiere la existencia de SLABS, Agujeros Negros Tremendamente Grandes, que superar??an en tama??o a los llamados Agujeros Negros Supermasivos (SMBH) que ocupan los centros gal??cticos.

Como sabemos, los agujeros negros son objetos cuya masa es tan elevada que su inmensa gravedad impide que nada pueda escapar de su influencia, ni tan siquiera la luz. En el universo podemos encontrar varios tipos de estos objetos: por ejemplo, los agujeros negros de masa estelar, con aproximadamente 3 veces la masa del Sol, se forman cuando astros del orden de 30 a 70 veces el tama??o de nuestra estrella implosionan en forma de supernova. Corresponden al tipo de agujeros negros postulados por primera vez en la Teor??a de la Relatividad General de Albert Einstein.
Otro tipo de agujeros negros, en el rango de 100 a un mill??n de masas solares, son los agujeros negros de masa intermedia (IMBH por sus siglas en ingl??s), que son significativamente m??s grandes que los agujeros negros estelares. Y en tercer lugar, con una masa que puede variar en el orden de millones y varios miles de millones de veces la masa del Sol, los llamados agujeros negros supermavivos -SMBH– son los objetos m??s grandes en su clase conocidos en el Universo.
Pese a que hoy los astr??nomos saben que los agujeros negros supermasivos ocupan los centros de muchas de las galaxias – Sagitario A*, en la propia V??a L??ctea es un excepcional ejemplo– aspectos como su formaci??n, crecimiento y el tama??o m??ximo que pueden alcanzar estos objetos siguen siendo inc??gnitas para los cient??ficos.
Ahora, lejos de arrojar nueva luz sobre estas cuestiones que intrigan a f??sicos y astr??nomos por igual, un nuevo estudio dirigido por el profesor em??rito de la Escuela de F??sica y Astronom??a de la Universidad de Queen Mary de Londres, Bernard Carr complica un poco m??s las teor??as barajadas en torno a estos objetos, ya que en el mismo se acaba de sugerir la posible existencia de agujeros negros a??n mucho mayores que los agujeros negros supermasivos, los llamados SLABs por sus siglas en ingl??s, acr??nimo de Agujeros Negros Tremendamente Grandes. Los resultados de la investigaci??n se publican esta semana en la revista especializada Monthly Notices of the Royal Astronomical Society bajo el t??tulo Constraints on stupendously large black holes.

M??s antiguos, m??s grandes, m??s masivos
Hasta ahora una explicaci??n ampliamente aceptada sobre el origen de los agujeros negros supermasivos radicaba en que estos se forman en el seno de una galaxia anfitriona, donde crecen a base de fagocitar el gas y las estrellas de su entorno, as?? como al fusionarse con otros agujeros negros. Este modelo establec??a un l??mite superior al crecimiento de los SMBH establecido en unos diez mil millones de masas solares.
Ahora el estudio dirigido por Carr propone otra posibilidad que podr??a superar este l??mite, sugiriendo que los agujeros negros de los centros gal??cticos podr??an ser agujeros negros “primordiales”, es decir, agujeros negros que no deben su origen al colapso gravitatorio de una estrella, si no a la extrema densidad del Universo durante sus primeras etapas de formaci??n.
“Ya que los agujeros negros primordiales no se forman a partir del colapso de una estrella, podr??an tener una amplia gama de masas” comenta Carr. “De hecho en el centro de nuestra galaxia habita un agujero de cuatro millones de masas solares”, continua. “Y si bien actualmente no existe evidencia de la existencia SLABS, es concebible que este tipos de agujeros negros tambi??n puedan residir fuera de las galaxias, en el espacio intergal??ctico”, a??ade.
Por otro lado, se cree que la materia oscura constituye alrededor del 80% de la masa ordinaria del Universo. Si bien no podemos verla y todav??a no sabemos exactamente que es la materia oscura, los investigadores infieren la existencia de esta debido a sus efectos gravitacionales sobre la materia visible, como las estrellas y las galaxias. Los agujeros negros primordiales son uno de los candidatos potenciales para hallar esta materia oscura. La idea de su existencia se remonta a la d??cada de 1970 cuando el profesor Carr y el profesor Stephen Hawkingsugirieron que en los primeros momentos del Universo las fluctuaciones en su densidad podr??an haber dado lugar a que algunas regiones colapsaran en agujeros negros.
??? Los Agujeros Negros Tremendamente Grandes no podr??an haber proporcionado materia oscura por si mismos???, explica Carr, ???pero su existencia tendr??a implicaciones importantes para el Universo temprano y har??a plausible que los agujeros negros primordiales, m??s ligeros, pudieran haberla proporcionado???, a??ade el investigador em??rito. “Lo que resulta verdaderamente sorprendente es la poca atenci??n que se le ha prestado a esta idea hasta el momento. Ahora esperamos que las opciones que hemos puesto sobre la mesa sobre como podr??an formarse estos agujeros tremendamente grandes estimulen las discusiones dentro de la comunidad cient??fica”, concluye.
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