El hallazgo, realizado por investigadores de la Universidad de Texas, abre la puerta a la mejora del fármaco antiviral y al desarrollo de nuevos tratamientos para futuros coronavirus
La puerta al desarrollo de tratamientos antivirales más efectivos podría haber quedado abierta ahora que una investigación de la Universidad de Texas en Austin ha arrojado nueva luz sobre el fármaco antiviral Remdesivir, el único tratamiento de este tipo aprobado actualmente en los Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad provocada por el virus del SARS- CoV-2. El estudio, aunque aún pendiente de revisión por pares, se publicó la semana pasada en la revista Molecular Cell bajo el título Remdesivir is a delayed translocation inhibitor of SARS CoV-2 replication.
¿Cómo actúa el Remdesivir?
Básicamente el Remdesivir se dirige a una parte del coronavirus que le permite hacer copias de sí mismo y propagarse por el cuerpo. Ahora, por primera vez, los científicos han identificado el mecanismo crítico de acción del medicamento y hecho pública la información en aras de que las compañías farmacéuticas puedan valerse de la misma para desarrollar antivirales nuevos y más efectivos basados en el mismo principio de acción, el cual David Taylor, profesor del departamento de Biociencias Moleculares de la Universidad de Texas en Austin, compara con un atasco de papel en la fotocopiadora de ARN del virus.
Las ARN polimerasas son las encimas encargadas de transcribir los ácidos nucleicos, es decir, actúan como molde o plantilla a partir del cual las cadenas de ADN o ARN pueden duplicarse para construir copias de si mismas. Y es precisamente en este proceso de replicación sobre el que actúa Remdesivir, “apagando” esta fotocopiadora llamada ARN polimerasa al evitar la copia del código genético del virus y por tanto su capacidad para producir duplicados y propagarse por el cuerpo; el equipo detectó el punto donde el fármaco logra atascar estos engranajes, haciendo que la máquina se detenga. “Pudimos identificar el punto donde ocurre ese atasco de papel”, explica Taylor continuando con la metáfora. “Ahora que sabemos exactamente donde se produce el bloqueo, si queremos magnificarlo, podemos hacerlo”, añade.
Una carrera armamentística contra los virus
Según el autor principal del estudio, Kenneth Johnson, el hallazgo también podría abrir la puerta al desarrollo de fármacos más potentes, lo que se traduciría en que un paciente necesitaría tomar una dosis menor del fármaco, y por tanto experimentar un alivio más rápido y con menos efectos secundarios. “En este momento el tratamiento con Remdesirvir dura 5 días y hay que tomar bastante cantidades del fármaco”, explica el que también es profesor del departamento de Biociencias Moleculares de la Universidad de Texas en Austin. “Eso es un inconveniente sobre todo para un medicamento con bastantes efectos secundarios. ¿Qué pasaría si pudieras solucionar el problema tan solo tomando una pastilla? Eso marcaria una gran diferencia en términos del aquí y ahora”, añade.
Por otra parte, la importancia del descubrimiento también radica en la potencial necesidad de fármacos nuevos y más potentes a medida que aparezcan nuevas variedades y cepas del virus. “Es posible que en el futuro necesitemos otros medicamentos que sean como el Remdesivir, pero lo suficientemente diferentes como para que puedan ir tras las formas mutadas del virus”, explica el investigador. “Es como tener un sistema de respaldo, como tener un paracaídas de emergencia en caso de que el paracaídas principal no se abra”, continua Jonhson, quien también advierte sobre que el SARS-CoV-2 es el tercer coronavirus en dar el salto de los animales a los humanos en menos de 20 años y que, si bien esta pandemia podría estar controlada en un futuro cercano gracias al desarrollo de varias vacunas, sigue siento indispensable continuar desarrollando armas contra los coronavirus. “Este no es el último coronavirus”, advierte, ” y tener mejores antivirales podría darnos tiempo para desarrollar vacunas contra posibles brotes futuros”, sentencia.
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