La domesticaci??n de los perros como animales de compa????a es una inc??gnita que los investigadores han tratado de desentra??ar desde hace d??cadas, sin embargo, una nueva investigaci??n indica que ambas especies unieron sus caminos en Siberia durante la ??ltima Glaciaci??n.

Unidos por necesidad, as?? entrelazaron sus caminos los antepasados de perros y humanos durante la ??ltima Glaciaci??n, hace ya m??s de 23.000 a??os. En busca de un clima m??s favorable, ambos se establecieron en Siberia, donde el clima era m??s propicio para la vida y, por tanto, para presas como bisontes, caballos o mamuts lanudos. Los humanos, aislados durante a??os por las g??lidas temperaturas del continente, emigraron hacia Eurasia y Norteam??rica y junto con aquellos ancestros de los actuales perros, los lobos grises.
Esta hip??tesis es el resultado de una??investigaci??n??publicada este mismo lunes en la revista??Proceedings of the National Academy of Sciences, donde los investigadores han analizado los??restos de antiguos humanos y c??nidos para tratar de desentra??ar posibles caminos de convergencia??entre ambas especies. Tras d??cadas de debate en la comunidad cient??fica acerca del origen de la domesticaci??n de estos animales que acompa??an al ser humano en su d??a a d??a, fue una charla entre los investigadores lo que encendi?? la llama que propici?? este estudio.
Liderados por la zooarque??loga de la Universidad de Durham Angela Perri, el bi??logo evolutivo de la Universidad de Oxford Greger Larson y el arque??logo David Meltzer, de la Southern Methodist University, los investigadores han tratado de unir las piezas del rompecabezas de la arqueolog??a, la gen??tica y el tiempo para obtener una imagen mucho m??s clara del origen de la domesticaci??n de los perros.
En este estudio multidisciplinar, Perri y sus compa??eros analizaron los genomas mitocondriales de m??s de 200 perros de todo el mundo de hasta 10.000 a??os de antig??edad, lo que les permiti?? trazar la l??nea evolutiva de la especie y observar que los ancestros americanos se separaron en cuatro grupos a partir de una misma firma gen??tica hace 15.000 a??os, a la que llamaron A2b.
Sin embargo, el estudio va m??s all??: se dieron cuenta que??esa separaci??n de caminos coincidi?? con el momento en el que los antiguos hom??nidos, sucesores de los llamados Nativos Americanos que surgieron en Siberia hace 21.000 a??os,??dejaron su hogar para poblar el continente americano. Al final de este viaje temporal, los investigadores concluyeron que estos antiguos perros descendieron a su vez de un ancestro canino siberiano, que vivi?? hace unos 23.000 a??os.
Caminos compartidos
Este cruce de caminos entre el lobo gris y el ser humano durante la ??ltima Glaciaci??n se propiciar??a gracias a que Beringia (la zona que une Rusia con Canad??) y Siberia eran zonas extremadamente fr??as y secas, por lo que ambas especies trataron de buscar los lugares ??ptimos para encontrar a sus presas. Fue en este oasis compartido donde los c??nidos merodeaban las proximidades de los campamentos humanos en busca de comida, apunta Perri. A partir de entonces, los animales se fueron acercando poco a poco a las comunidades humanas hasta tal punto que se convirtieron parte de ellas, desempe??ando distintas tareas dentro del grupo.
“Los perros que les acompa??aron al entrar en este mundo completamente nuevo??pudieron haber formado parte de su repertorio cultural??tanto como las herramientas de piedra que llevaban”, afirma David Meltzer, coautor del estudio. Este supuesto no funcionar??a si se hubiesen dado grandes viajes por parte de los humanos durante la ??ltima ??poca glacial, pero seg??n apuntan la hip??tesis de los investigadores,??ambas especies compartieron zonas de Siberia durante milenios, un tiempo suficiente como para cruzar sus trayectos y unirlos. Desde entonces no se han separado.
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