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Una nueva inteligencia artificial podr??a revelar nuestras emociones internas a partir de tecnolog??a inal??mbrica como ondas WiFi o de radio en lo que ser??a un adelanto tan revolucionario como controvertido.
Velada entre una mujer y un robot
Foto: iStock

Tradicionalmente, el campo todav??a en pa??ales de la detecci??n de emociones mediante inteligencia artificial se ha basado en la evaluaci??n de se??ales visuales como expresiones faciales, gestos corporales, movimientos oculares e incluso del habla. De hecho, tal y como nos recuerda el inmenso pozo de sabidur??a que es nuestro refranero espa??ol, la cara es el espejo del alma.

Sin embargo, pese a las investigaciones al efecto, los m??todos de reconocimiento de emociones a trav??s de las expresiones faciales pueden resultar poco fiables cuando es una m??quina las que ha de descifrarlas, y es por ello que los investigadores se hallan a la b??squeda de nuevas formas de conseguir que maquinas o robots logren interpretar nuestros estados de ??nimo. Esto es precisamente en lo que se encuentra trabajando un equipo de cient??ficos de la Universidad Queen Mary de Londres, quienes a trav??s del la medici??n de variables como el ritmo respiratorio o la frecuencia card??aca mediante ondas de radio o WiFi, pretenden desarrollar una inteligencia artificial capaz de revelar las emociones humanas. Los resultados de la investigaci??n se publican esta semana en la revista PLOS ONE bajo el titulo ‘Deep learning framework for subject-independent emotion detection using wireless signals’.

Para llevar a cabo su investigaci??n los investigadores realizaron un experimento en que se pidi?? a los participantes que visionaran un video seleccionado por su especial capacidad para evocar uno de los cuatro tipos b??sicos de emociones: ira, tristeza, alegr??a o placer. Mientras las personas observaban el v??deo, los investigadores se valieron de la emisi??n de se??ales de radio inofensivas como las transmitidas desde cualquier sistema inal??mbrico -incluidos radar o WiFi- hacia los participantes, para posteriormente medir las se??ales que rebotaban en estos. Fue de este modo que al analizar los cambios en estas se??ales causadas por leves movimientos corporales, los investigadores pudieron acceder a una informaci??n hasta entonces “oculta” en la frecuencia card??aca y respiratoria de los sujetos estudiados.

De la emoci??n a la e-moci??n

No se trata de una estrategia completamente innovadora, pues con anterioridad m??todos similares no invasivos o inal??mbricos de detecci??n de emociones ya hab??an sido empleados en otras investigaciones. Sin embargo, la novedad en la presente investigaci??n radica en que en esta ocasi??n, en lugar de valerse ??nicamente de un algoritmo capaz de identificar y clasificar los estados emocionales en un conjunto de datos, los cient??ficos se valieron de una red neuronal la cual, gracias al aprendizaje profundo pudo aprender por si misma a interpretar las emociones de los participantes en tiempo real en base a sus constantes cardiorespiratorias, demostrando que pod??a detectar emociones con mayor precisi??n que los m??todos tradicionales de aprendizaje autom??tico.

“El aprendizaje profundo nos permite evaluar los datos de una manera similar a como lo hace un cerebro humano, rebuscando entre diferentes capas de informaci??n y haciendo conexiones entre ellas. La mayor parte de la literatura publicada hasta el momento utiliza el aprendizaje autom??tico para medir las emociones de una manera dependiente del sujeto, registrando una se??al de un individuo espec??fico y us??ndola para predecir su emoci??n en una etapa posterior”, explica Achintha Avin Ihalagede la escuela de Ingenier??a de Electr??nica y Ciencias de la Computaci??n de la Universidad Queen Mary de Londres. “Con el aprendizaje profundo hemos demostrado que podemos medir con precisi??n las emociones de una manera independiente del sujeto. Podemos observar una colecci??n completa de se??ales de diferentes individuos, aprender de estos datos y usarlos para predecir la emoci??n de las personas”, a??ade.

En busca de se??ales invisibles

Como apunt??bamos unas l??neas atr??s, los m??todos de interpretaci??n de emociones basados ??nicamente en el reconocimiento facial hasta el momento no han resultado lo suficientemente efectivos en estudios previos, por lo que los investigadores han orientado su mirada hacia constantes invisibles para los humanos, m??s no para la m??quinas, en aras de tratar de detectar los diferentes estados de ??nimo de las personas. Una de estas constantes elegidas ha sido la actividad el??ctrica del coraz??n, las cuales pueden ser detectadas mediante un electrocardiograma.

Una prueba de electrocardiograma, adem??s de medir la cadencia con la que late nuestro coraz??n, proporciona un v??nculo entre el sistema nervioso y el ritmo card??aco. Hasta la fecha, la medici??n de estas se??ales se ha realizado en gran medida utilizando sensores que se colocan en el cuerpo, pero recientemente los investigadores han estado buscando enfoques no invasivos que utilicen como ondas WiFi, de radio e incluso de radar para detectar estas se??ales. Ahsan Noor Khan, estudiante de doctorado en Queen Mary y coautor del estudio, expresa declara al respecto que: “ser capaz de detectar emociones utilizando sistemas inal??mbricos es un m??todo de creciente inter??s para los investigadores, ya que ofrece una alternativa a los sensores voluminosos actuales y podr??a ser directamente aplicable en futuros entornos de viviendas y edificios ‘inteligentes’. “En este estudio, nos basamos en el trabajo existente utilizando ondas de radio para detectar emociones y demostrar que el uso de t??cnicas de aprendizaje profundo puede mejorar la precisi??n de nuestros resultados”, a??ade.

“Ahora queremos investigar c??mo podr??amos emplear sistemas existentes de bajo costo, como enrutadores WiFi, para detectar las emociones de una gran cantidad de personas reunidas, por ejemplo, en una oficina o en un entorno de trabajo.” continua. “Este tipo de enfoque nos permitir??a clasificar las emociones de las personas de forma individual mientras realizan sus actividades de rutina. Adem??s, nuestro objetivo es mejorar la precisi??n de la detecci??n de emociones en un entorno de trabajo utilizando t??cnicas avanzadas de aprendizaje profundo”

Una nueva relaci??n con la tecnolog??a

A modo de corolario, el profesor Yang Hao, l??der del proyecto y autor principal del art??culo publicado en PLOS ONE, en una defensa de las bondades de su investigaci??n ha declarado que: “este trabajo abre la puerta a muchas e innovadoras aplicaciones pr??cticas, especialmente en ??reas como la interacci??n humano- robot, la atenci??n m??dica y el bienestar emocional, que se ha vuelto cada vez m??s importante durante la actual pandemia de Covid-19″. Tambi??n, seg??n informan los autores, en el futuro el equipo planean trabajar con profesionales de la salud y cient??ficos sociales sobre la aceptaci??n p??blica y las preocupaciones ??ticas en torno al uso de esta tecnolog??a.

Y es precisamente en punto, el de las implicaciones ??ticas de un tecnolog??a que se desarrolla a un ritmo vertiginoso, en el que cabr??a hacer una pausa para la reflexi??n y plantearnos las que parecen unas preguntas m??s que necesarias: ??queremos en realidad m??quinas capaz de detectar nuestras emociones y en ??ltima instancia interactuar emocionalmente con los seres humanos? ??Para qu?? exactamente? ??Ser??a posible en el futuro que algunos de nosotros prefiri??ramos relacionarnos con m??quinas emp??ticas antes que con otros seres humanos? ??Podr??a esto resultar, al contrario de lo que defiende el autor del articulo, Yang Hao, en una merma del bienestar emocional a largo plazo, m??s all?? del inmediato chute dopamina que nos proporcionan las redes sociales y que cada vez m??s estudios relacionan con patolog??as como la ansiedad y la depresi??n?

Pero sobre todo, ??estamos dispuestos a que un algoritmo y aquellos que lo controlan, m??s all?? del acceso que ya tienen a nuestros gustos, h??bitos y siendo malpensados, incluso a nuestras conversaciones privadas, tengan acceso a lo que sentimos en todo momento?

No cabe duda de que, pese a las presumibles buenas intenciones de sus creadores, esta nueva tecnolog??a es susceptible de abrir la puerta de nuestras emociones a cualquiera con la tecnolog??a adecuada para acceder a ellas. Un caballo de Troya quiz??, al ??ltimo rescoldo de intimidad del que a??n somos due??os; la ??ltima frontera entre el mercado y las m??s inexplorada dimensi??n de nuestra privacidad. ??Es esto realmente lo que esperamos de las m??quinas y algoritmos del futuro???Estamos realmente preparados para ello? Puede que sea este el momento de hacernos esta y otras preguntas. Quiz?? luego sea demasiado tarde.

NationalGeographic

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