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Las hormigas Attine se alimentan de hongos que cultivan utilizando bacterias como mano de obra. Ahora un nuevo estudio apunta a que los subproductos de su actividad podr??an tener diversas aplicaciones m??dicas, como la lucha contra Candida albicans, un hongo habitual de la microbiota de los tractos respiratorio, gastrointestinal y genitourinal.
Hormigas cortadoras de hojas - Atta sexdens
Foto: iStock

Varias familias de insectos, entre las que se encuentran las hormigas, las termitas, las abejas o los escarabajos, cultivan hongos como su principal fuente de alimento. Las hormigas de la subtribu Attini llevan unos 50 millones de a??os especializadas en esta funci??n. Conocidas por cortar hierbas y hojas, llevarlas a los nidos de sus colonias y cultivar hongos en ellas, se trata de una de las especies m??s exitosas del mundo en este oficio, y bien se han ganado el sobrenombre de hormigas granjeras.

Las obreras de estas especies se alimentan de la savia que toman directamente al cortar las hojas y tallos de distintos tipos de plantas. Mientras, los hongos cultivados son utilizados para alimentar a las larvas. Para ello se valen de bacterias como las de los g??neros Pseudonocardia y Streptomyces que utilizan como peones para la producci??n de metabolitos que protegen sus preciados cultivos.

Los estudios parecen indicar que las hormigas Attine se originaron como una ??nica especie en un lugar concreto del Amazonas hace 50 millones de a??os. Desde entonces se han diversificado y evolucionado en 200 especies distintas que han extendido sus pr??cticas agr??colas por toda Am??rica Central y del Sur. A cambio de comida, las bacterias mantenidas por las hormigas en estas granjas producen peque??as mol??culas que controlan a los hongos pat??genos que pueden dar al traste con su producci??n, como es el caso de los microhongos par??sitos del g??nero Escovopsis.

Los ??ltimos estudios al respecto de estas mol??culas protectoras hab??an encontrado grandes diferencias entre aquellas halladas en distintas regiones, lo que hasta el momento suger??a que la historia evolutiva de estos metabolitos antif??ngicos estaba muy fragmentada y limitada geogr??ficamente.

Lucha contra los par??sitos

Monica T. Pupo y Jon Clardy, autores principales de un estudio que se publica esta semana en la revistaACS Central Science bajo el titulo “Specialized Metabolites Reveal Evolutionary History and Geographic Dispersion of a Multilateral Symbiosis“, quer??an indagar en las razones de estas diferencias y a su vez averiguar si en investigaciones anteriores se hab??a pasado por alto alg??n metabolito bacteriano antif??ngico con una distribuci??n m??s amplia y com??n. Fue de este modo que en una revisi??n de la literatura cient??fica encontraron un estudio relativo a la distribuci??n de bacterias en los hormigueros de m??ltiples ubicaciones geogr??ficas en Brasil en que descubrieron que casi dos tercios de las cepas de Pseudonocardia eran productoras de un potente agente antif??ngico. En honor a las hormigas que lo producen llamaron a este attinimicina; el primer metabolito antif??ngico especializado con una amplia distribuci??n geogr??fica y producido por las bacterias asociadas a las hormigas.

Tras analizar el compuesto m??s en detalle, Pupo y Clardy, respectivamente de las universidades de Sao Paulo y Harvard, encontraron que la attinimicina se mostr?? segura para el cultivo de hongos ya que inhib??a el crecimiento de par??sitos f??ngicos. No obstante, a diferencia de muchos antibi??ticos, esto solo se produc??a en ausencia de hierro.

En experimentos posteriores los autores tambi??n pudieron comprobar que la attinimicina tambi??n result?? eficaz para combatir las infecciones por Candida albicans. Candida albicans es un hongo habitual en la microbiota de los tractos respiratorio, gastrointestinal y genitourinal, pero que en ciertas condiciones puede adquirir patogenicidad y convertirse en un problema para la salud dando lugar a diversas afecciones intestinales, epid??rmicas o vaginales.

En sus experimentos los cient??ficos demostraron en ratones que el metabolito obtenido del cultivo de las hormigas pod??a atacar a Candida albicans de un modo tan eficaz como los tratamientos antimic??ticos de uso cl??nico en la actualidad que contienen azol, lo que lo convierte en un posible candidato a f??rmaco, de momento, para esta afecci??n. “La determinaci??n del mecanismo de acci??n de la attinimicina requerir?? m??s estudios” seg??n los autores, “pero su demostrada capacidad in vivo para reducir la carga f??ngica en los mam??feros, as?? como en terapias de uso cl??nico, podr??an justificar dichas investigaciones”, concluyen.

NationalGeographic

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