En una carrera contra el cambio climático, un zorro del ártico emprendió un viaje kilométrico y apresurado para buscar refugio en otro continente.
El Ártico es un lugar silencioso. Es poco frecuente que las especies no adaptadas sobrevivan a las condiciones climáticas por su cuenta. Mucho menos cuando son todavía jóvenes, y no tienen los recursos suficientes para valerse por sí mismas: el frío se encarga de hacer lo suyo. En 2018, la cría de un zorro del ártico vino a romper con esta suposición, de una manera nunca antes vista.
A prueba del frío, del hambre y del cansancio
Desde Noruega hasta Canadá, una cría hembra de zorro del ártico logró completar una travesía intercontinental. A pesar de las temperaturas bajas y la escasez de comida, logró recorrer un promedio de 46 kilómetros al día. Ni siquiera los atletas más diestros han mostrado tener una resistencia similar, a prueba del frío, el hambre y el cansancio.
Durante cuatro meses, la hembra de zorro ártico completó una hazaña que ningún otro animal en solitario ha concretado en un tiempo tan reducido. Investigadores del Instituto Polar Noruego, quienes originalmente la etiquetaron, compartieron que comenzó a migrar a principios de marzo de 2018 y llegó a Ellesmere, en Canadá, el 1º de julio.
Un éxodo ocasionado por el cambio climático
Su expedición no fue casual, sino más bien, forzada. Uno de los efectos menos conocidos del calentamiento global es la migración obligada de especies, que deben recorrer enormes distancias para encontrar alimento y refugio a raíz de las condiciones climáticas poco favorables.
Tal parece ser el caso del zorro del ártico, que emprendió un viaje kilométrico y apresurado de un continente a otro. Poco después de que llegó a Canadá, los investigadores perdieron su rastro. Desde entonces, no han logrado ubicarla nuevamente. No se sabe si sobrevivió más allá de Ellesmere.
NationalGeographic