Decreto presidencial oficializa el fin de la Federación Centroamericana.
Cuadro de Rafael Carrera, presidente vitalicio de la Republica de Guatemala (1847-1848; 1851-1865) Museo de historia.
En este año del bicentenario de la independencia del Reino de Guatemala, la entidad política que durante 300 años reunió a las provincias de Guatemala, Chiapas, San Salvador —como entonces se decía—, Honduras y Nicaragua —con Costa Rica—, es importante aclarar que para llegar a la fundación de la República de Guatemala debió transcurrir un cuarto de siglo.
El 15 de septiembre de 1821 se reunió en el Salón del Real Acuerdo del Real Palacio de la Nueva Guatemala de la Asunción una junta de notables convocada por el jefe político superior interino, Don Gabino de Gaínza y Fernández de Medrano, brigadier de los Reales Ejércitos. Se acordó declarar la independencia, comunicarlo a las provincias del Reino y convocar un congreso con representantes de estas.
Mientras, en el Virreinato de la Nueva España, se había constituido un imperio, cuya corona fue ofrecida a Don Agustín de Iturbide, quien la aceptó y fue coronado emperador de México bajo el nombre de Agustín I. Deseando anexionar a su imperio los territorios del Reino de Guatemala, envió una invitación y división de tropas al mando del general imperial, de origen italiano, Vicente Filísola.
La invitación fue aceptada. Don José Cecilio del Valle fue enviado a México como representante de los territorios del antiguo Reino de Guatemala al Congreso Constituyente del imperio mexicano; Gaínza obtuvo el grado de teniente general y fue llamado a México para servir en la corte del Emperador. Filísola quedó gobernando en Guatemala tras haber sofocado una revuelta en San Salvador.
El imperio mexicano tuvo una duración efímera. Se disolvió en 1823. Una vez que Filísola y sus hombres se marcharon a México, las Provincias Unidas de Centro América proclamaron su independencia absoluta el 1 de julio de ese año.
Acto seguido se reunió en el Salón General Mayor de la Universidad de San Carlos —hoy parte del Museo Universitario, Musac—, la Asamblea Constituyente de la que emanaría la Constitución Federal de Centroamérica: una federación compuesta por cinco Estados y que duró de 1825 a 1847. Tuvo dos presidentes: Manuel José de Arce y Fagoaga (1825-1829) y Francisco Morazán (1829-1838); en cada territorio había un jefe de Estado.
Surge un caudillo
A partir de 1827, las tensiones en el interior de la Federación, sobre todo las rivalidades entre la capital y las provincias, dieron lugar a una guerra civil. En el ejército comandado por el jefe del Estado de Guatemala, don Mariano de Aycinena, iba como tamborilero un joven de 13 años originario de la capital, donde había nacido el 24 de octubre de 1814, día de San Rafael.
Terminada la guerra, el joven se estableció en Mataquescuintla, se instruyó con la ayuda del cura del lugar, el presbítero Francisco Aqueche. En 1835 se casó con Petrona García Morales, hija de un hacendado, y se convirtió en comerciante. Llevaba dentro de sí un gran carisma que lo convirtió en el líder de los campesinos de la Montaña. Su nombre era Rafael Carrera.
En 1840, Carrera desalojó de la capital de Guatemala a Morazán, quien huyó por el barranco del Incienso. Ese fue el año de la restauración de la Universidad de San Carlos y de la paulatina vuelta de los religiosos, exclaustrados en 1829, a sus conventos.
Carrera fue enviado a Quetzaltenango para reunificar el Estado de Los Altos con Guatemala. Asumió la presidencia del Estado de Guatemala por primera vez en 1844, pero tuvo que renunciar y marcharse al exilio a Chiapas, al año siguiente. Poco después fue llamado de nuevo a Guatemala.
Carrera ocupó una vez más el cargo de presidente del Estado, pero, tomando en cuenta la inexistencia de la Federación, los conservadores prefirieron organizar a Guatemala como una república independiente y soberana. El general Carrera decretó la República de Guatemala el 21 de marzo de 1847, hace hoy 174 años.
Permaneció en el poder hasta 1848 y, como comandante supremo del Ejército de Guatemala, consiguió derrotar a las fuerzas combinadas hondureñas y salvadoreñas que habían invadido Guatemala en la batalla de La Arada, el 2 de febrero de 1851.
Con esta victoria quedó consolidada la existencia de la República de Guatemala. Creó dos fortalezas que la defendieran: los castillos de San José de Buenavista, para resguardar la entrada del sur, y el que en su honor se llama de San Rafael de Matamoros, para proteger la entrada del norte.
Carrera fue llamado de nuevo a la Presidencia en ese año de 1851. En 1854 fue hecho presidente vitalicio de la República y la gobernó hasta su muerte.
En 1856 envió a Nicaragua al ejército que , junto con los demás de Centroamérica, combatió a los filibusteros.
En 1857 perdió a su esposa, doña Tona, quien falleció al contagiarse de cólera por atender a los enfermos durante la epidemia que asoló a Guatemala ese año. En 1863, el general Carrera condujo sus tropas en una campaña contra Honduras, tomó el castillo de San Fernando de Omoa y trajo a Guatemala sus cañones como botín de guerra. Durante su gobierno la economía fue próspera y fue acuñada moneda de oro y plata de gran calidad con su efigie.
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