Esta historia comienza hace 620.000 años, cuando la especie humana comenzaba a poblar algunos valles del África subsahariana.
Según se creía hasta hora, en esa época los ciclos en los que la Tierra se helaba (las glaciaciones) y los periodos en que el hielo se retiraba marcaban la suerte de nuestra especie.
De hecho, se pensaba que esos periodos glaciales e interglaciares habían sido parte esencial de la evolución humana.
Ahora, un equipo internacional de científicos asegura haber hallado algo diferente: creen que, en realidad, patrones climáticos prehistóricos similares a los que provoca actualmente El Niño fueron los principales responsables de causar el cambio ambiental “crucial” para la evolución humana.
Los investigación, publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, señala que esos patrones climáticos prehistóricos tuvieron efectos más significativos en el África subsahariana que los ciclos glaciales-interglaciares.
La investigación
Si bien era conocido que el cambio climático fue responsable de impulsar la evolución humana en África, el carácter real de ese cambio y sus efectos no se comprenden completamente.
Anteriormente, los científicos sabían que los periodos glaciales e interglaciares habían tenido un efecto notable en los patrones de cambio climático en varias áreas del mundo.
Por ello, consideraban que también habían sido los responsables de las variaciones climáticas que tuvieron lugar en África en el período crucial de la evolución de los seres humanos hace menos de un millón de años.
Los expertos suponían que los cambios en el ecosistema impulsados por tales ciclos glaciales habían desencadenado la evolución y la propagación de las primeras especies humanas.
Pero el equipo liderado por Stefanie Kaboth-Bahr, de la Universidad de Postdam, y otros expertos de la Sociedad Max Planck, en Alemania, encontraron algo diferente.
El equipo de científicos se propuso crear una imagen espacial en profundidad de dónde y cuándo existieron condiciones húmedas o secas en todo el continente africano.
Para ello, incorporaron 11 archivos de datos climáticos de toda África que abarcaban los últimos 620.000 años.
El resultado fue una oscilación entre periodos de sequías y lluvias muy similar a la que provoca actualmente El Niño (no hay evidencia de que el patrón actual de este fenómeno sea el mismo que afectó esa área hace miles de años).
El Niño es un fenómeno o evento de origen climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial que, en sus manifestaciones más intensas, provoca estragos en la zona intertropical y ecuatorial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a la región costera del Pacífico de América del Sur.
“Nos sorprendió encontrar un ´vaivén´ climático de este a oeste, muy similar al patrón producido por los fenómenos meteorológicos de El Niño, que hoy influyen profundamente en la distribución de las precipitaciones en África”, afirmó Kaboth-Bahr.
Los hallazgos
A partir de estos hallazgos, los autores del estudio infirieron que el principal impulsor de este cambio climático fue el impacto del Océano Pacífico tropical sobre la llamada “Circulación de Walker”, un cinturón de convección que se encuentra a lo largo del ecuador y que afecta la aridez y las precipitaciones de los trópicos.
Los datos que encontraron muestran que los periodos de lluvias y de sequías cambiaron entre el oeste y el este del continente africano en escalas de tiempo de aproximadamente 100.000 años.
Cada una de estas variaciones, estuvo acompañada de cambios significativos en la flora y la fauna.
“Esta alternancia entre períodos secos y húmedos parece haber gobernado la dispersión y evolución de la vegetación y de los mamíferos en África oriental y occidental”, señala la autora principal del estudio.
“Es probable que el mosaico ambiental resultante haya sido un componente crítico de la evolución humana y también de la demografía temprana“, agregó.
Los investigadores señalan que si bien las oscilaciones en el clima no fueron el único factor que impulsó la evolución de los primeros humanos, los nuevos hallazgos ofrecen una imagen nueva de la estrecha relación entre el origen de los primeros humanos y los cambios ambientales.