??Surgi?? el coronavirus SARS-CoV-2 de un laboratorio durante una investigaci??n de alto riesgo que sali?? mal?
Independientemente de cu??l sea la respuesta, el riesgo de futuras pandemias derivadas de la investigaci??n con pat??genos peligrosos es real.
El foco de esta discusi??n sobre fugas de laboratorio es el Instituto de Virolog??a de Wuhan, ubicado en las afueras de esa ciudad de China. Este es solo uno de los 59 laboratorios de contenci??n m??xima en funcionamiento, en construcci??n o planificados en todo el mundo.
Conocidos como laboratorios de nivel de bioseguridad 4 (BSL 4), est??n dise??ados y construidos para que los investigadores puedan trabajar de manera segura con los pat??genos m??s peligrosos del planeta, aquellos que pueden causar enfermedades graves y para los que no existen tratamientos o vacunas.
Repartidos en 23 pa??ses, la mayor concentraci??n de laboratorios BSL 4 se encuentra en Europa, con 25 laboratorios.
Am??rica del Norte y Asia tienen n??meros aproximadamente iguales, con 14 y 13 respectivamente. Australia tiene cuatro y ??frica tres.
Al igual que el Instituto de Virolog??a de Wuhan, las tres cuartas partes de los laboratorios BSL 4 del mundo se encuentran en centros urbanos.

Bioseguridad y bioprotecci??n
Con 3.000 m?? de espacio, el Instituto de Virolog??a de Wuhan es el laboratorio BSL 4 m??s grande del mundo, aunque pronto ser?? superado por la Instalaci??n Nacional de Bio y Agrodefensa de la Universidad Estatal de Kansas en EE.UU.
Cuando est?? completo, contar?? con m??s de 4.000 m?? de espacio de laboratorio BSL 4.
La mayor??a del resto de los laboratorios son significativamente m??s peque??os, con la mitad de los 44 laboratorios de los que se dispone de datos de menos de 200 m??, menos de la mitad del tama??o de una cancha de baloncesto profesional o aproximadamente tres cuartas partes del tama??o de una cancha de tenis.
Alrededor del 60% de los laboratorios BSL 4 son instituciones de salud p??blica administradas por gobiernos, dejando el 20% a cargo de universidades y el otro 20% a agencias de biodefensa.
Estos laboratorios se utilizan para diagnosticar infecciones con pat??genos transmisibles y altamente letales, o se utilizan para investigar estos pat??genos para mejorar nuestra comprensi??n cient??fica de c??mo funcionan y para desarrollar nuevos medicamentos, vacunas y pruebas de diagn??stico.
Pero no todos estos laboratorios obtienen buenos puntajes en seguridad y protecci??n.
El ??ndice de Seguridad Sanitaria Global, que mide si los pa??ses tienen legislaci??n, regulaciones, agencias de supervisi??n, pol??ticas y capacitaci??n sobre bioseguridad y bioprotecci??n, es instructivo.
(La Organizaci??n Mundial de la Salud define “seguridad biol??gica” o “bioseguridad” como los principios, t??cnicas y pr??cticas aplicadas con el fin de evitar la exposici??n no intencional a pat??genos y toxinas, o su liberaci??n accidental. En cambio, la “protecci??n biol??gica” o “bioprotecci??n” incluye aquellas medidas de protecci??n de la instituci??n y del personal destinadas a reducir el riesgo de p??rdida, robo, uso incorrecto, desviaciones o liberaci??n intencional de pat??genos o toxinas).

Liderado por la “Nuclear Threat Initiative” (Iniciativa de amenaza nuclear), con sede en EE.UU., el ??ndice muestra que solo cerca de una cuarta parte de los pa??ses con laboratorios BSL 4 recibieron puntuaciones altas en bioseguridad y bioprotecci??n.
Esto sugiere que hay mucho margen de mejoras para que los pa??ses desarrollen sistemas integrales de gesti??n de riesgos biol??gicos.
Pertenecer al Grupo de Expertos Internacionales de Bioseguridad y Reguladores de Bioprotecci??n, donde las autoridades reguladoras nacionales comparten las mejores pr??cticas en este campo, es otro indicador de las pr??cticas nacionales de bioseguridad y biosprotecci??n.
Solo el 40% de los pa??ses con laboratorios BSL 4 son miembros de este foro: Australia, Canad??, Francia, Alemania, Jap??n, Singapur, Suiza, Reino Unido y EE.UU.
Y ning??n laboratorio a??n se ha suscrito al sistema voluntario de gesti??n de riesgo biol??gico (ISO 35001), introducido en 2019 para establecer procesos de gesti??n para reducir los riesgos de bioseguridad y bioprotecci??n.
La gran mayor??a de los pa??ses con laboratorios de contenci??n m??xima no regulan la investigaci??n de doble uso, que son experimentos que se llevan a cabo con fines pac??ficos pero que pueden adaptarse para causar da??os; o la investigaci??n “avance de funci??n” (gain of function), que se centra en aumentar la capacidad de un pat??geno para causar una enfermedad.
Tres de los 23 pa??ses con laboratorios BSL 4 (Australia, Canad?? y EE.UU.) tienen pol??ticas nacionales para la supervisi??n de la investigaci??n de doble uso.
Al menos otros tres pa??ses (Alemania, Suiza y Reino Unido) tienen alguna forma de supervisi??n de doble uso, donde, por ejemplo, los organismos de financiaci??n exigen a los beneficiarios de las subvenciones que revisen y determinen las implicaciones de la investigaci??n de doble uso.
Demanda creciente de laboratorios BSL 4
Existe una gran proporci??n de investigaci??n cient??fica sobre coronavirus que se realiza en pa??ses sin supervisi??n de la investigaci??n de doble uso o experimentos de avance de funci??n.

Esto es particularmente preocupante ya que es probable que aumente la investigaci??n de avance de funci??n con coronavirus a medida que los cient??ficos buscan comprender mejor estos virus e identificar cu??les presentan un mayor riesgo de pasar de animales a humanos o de volverse transmisibles entre humanos.
Se espera que m??s pa??ses alberguen laboratorios BSL 4 a ra??z de la pandemia como parte de un ??nfasis renovado en la preparaci??n y respuesta ante futuras pandemias.
Si bien la pandemia de la covid-19 sirvi?? como un claro recordatorio de los riesgos que plantean las enfermedades infecciosas y la importancia de la investigaci??n biom??dica s??lida para salvar vidas, tambi??n debemos tener en cuenta que dicha investigaci??n puede conllevar sus propios riesgos.
Sin embargo, la buena ciencia y las pol??ticas inteligentes pueden mantener esos riesgos bajo control y permitir que la humanidad aproveche los beneficios de esta investigaci??n.
*Filippa Lentzos es profesora titular de Ciencia y Seguridad internacional del King’s College London. Gregory Koblentz es profesor asociado y director de la Maestr??a en Biodefensa de la Universidad George Mason.
BBC News