Las fotografías de un nuevo centro de distribución construido por el gigante tecnológico Amazon en Tijuana, México, cerca de la frontera con EE.UU., se viralizaron en pocas horas a través de las redes sociales.
Tomadas por el fotoperiodista de 41 años Omar Martínez, de la agencia Cuartoscuro, muestran un edificio de 32.000 metros cuadrados construido en el barrio El Cañón del Padre.
“Soy tijuanense, he estado en la frontera toda mi vida. Tengo 20 años recorriendo y documentando lo que pasa en mi ciudad”, le dice a BBC Mundo.
“Es la primera vez que platico sobre esto. Es un lugar complicado para bajarse y tomar fotos. Las tomé un poco de lejos. Es complicado porque hay mucha inseguridad, es un lugar muy marginado, no es seguro meterte ahí”, cuenta.
“Está a un costado de un canal de aguas negras donde hay muchos tiradores, que son vendedores de drogas. Entonces, no era un lugar muy seguro. Por eso me alejé y tomé fotos con un lente largo y también decidí volar mi dron”.
Muchos de los usuarios que difundieron las fotografías en plataformas digitales se refirieron precisamente a ese contraste que menciona el profesional, donde comparten el mismo espacio una compañía multinacional que genera millones de dólares en utilidades, junto a las casas de personas que viven en precarias condiciones.
Aunque algunos las catalogaron como This is capitalism (“Esto es el capitalismo”), el ayuntamiento de Tijuana destacó los beneficios de instalar el almacén en aquella zona, argumentando que permitirá disminuir el costo y los tiempos de entrega de los productos en zonas como Tijuana, Mexicali, Tecate, Ensenada y Playas de Rosarito.
La apertura del centro de distribución “contribuirá a la reactivación económica y al bienestar de las familias”, dijo en la prensa local la presidenta municipal, Karla Ruiz Macfarland, que explicó que generará nuevos empleos para los tijuanenses.
Amazon aseguró que la firma está comprometida con el desarrollo del país y las comunidades donde opera.
“Desde nuestra llegada a México hemos generado más de 15.000 empleos en el país y ahora estamos agregando 250 en Tijuana, creando oportunidades laborales con salarios competitivos y beneficios para todos nuestros empleados”, señaló la compañía a BBC Mundo.
Con el nuevo depósito de Tijuana, Amazon completará 11 centros de distribución en México, según los datos entregados por la empresa.
“Una tendencia creciente”
Charmaine Chua, profesora del Departamento de Estudios Globales de la Universidad de California Santa Bárbara, comenta en su cuenta de Twitter que, para entender mejor lo que está ocurriendo, es necesario poner el centro de Tijuana en el contexto de las cadenas de suministro que utiliza Amazon.
La región de Inland Empire en el sur de California, dice la académica, es la más crucial en la red de distribución de Amazon. Cercana a los puertos de Los Ángeles y Long Beach -por donde pasa el 40% de los contenedores que traen productos hacia Estados Unidos-, “es una fuente de tierra barata y trabajo barato”.
Además, argumenta, Amazon utiliza determinadas cláusulas del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) para importar ciertos productos libres de impuestos.
En diálogo con BBC Mundo, Spencer Potiker, estudiante de doctorado de la Universidad de California Irvine, que investiga el sector logístico en la frontera entre México y Estados Unidos, dice que esas fotografías del centro de distribución de Amazon en Tijuana “representan la desigualdad global”, pero, al mismo tiempo, “una tendencia creciente en el desarrollo de centros de distribución a los dos lados de la frontera”.
Debido a la guerra comercial entre EE.UU. y China, explica, pero incluso desde antes, ha aumentado el intercambio comercial en la frontera y con ello la necesidad de contar con más sitios de almacenamiento.
Las condiciones laborales son distintas en uno y otro lado, en especial en lo que se refiere a los pagos. Mientras en Estados Unidos los salarios comienzan en US$15 la hora, en el lado mexicano “los empleados reciben entre US$2 y US$4 la hora”, señala el investigador.
En otros aspectos, como las tiempos de descanso o la presión que sienten los empleados para cumplir con las cuotas, la situación no difiere tanto.
Dado el actual panorama del mercado laboral y la manera en que las cadenas logísticas de distribución de productos en el mundo están cambiando, es probable que en el futuro sigan construyéndose este tipo de centros de distribución, apunta Potiker.
Una investigación hecha por la agencia Reuters en abril de este año denunció varios casos de empleados en un centro de distribución de Amazon cerca de Ciudad de México donde eran obligados a trabajar más horas que las establecidas por la ley, forzados a renunciar o despedidos después de contraer covid-19.
Este tipo de denuncias también se han dado en Estados Unidos, donde la empresa llegó a reconocer el pasado abril que algunos de sus conductores orinan en botellas de plástico para cumplir con las entregas.
Amazon contestó que la empresa cumple con las leyes laborales en todos los países donde opera.
Más de dos tercios de la fuerza laboral empleada por Amazon en México es manejada por contratistas externos, conocidos informalmente como una “fuerza laboral en la sombra”, según estimaciones de los trabajadores entregadas a Reuters.