Mientras excavaba, el sepulturero encontró los colmillos de un mamut macho que vivió en Puebla hace 10,000 años.
En octubre de 2021, un panteonero que excavaba para ampliar la capacidad del nuevo cementerio municipal en el estado de Puebla, en el centro de México, realizó un hallazgo sorprendente: después de que su maquinaria topara con lo que creyó que era una enorme raíz, dio aviso a las autoridades para la inspección de lo que parecían ser restos de megafauna prehistórica.
Al lugar acudió el biólogo Iván Alarcón Durán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien confirmó que se trataban de los restos fósiles de un mamut colombino que habitó la región hace más de 10,000 años.
La zona quedó a cargo del Centro INAH Puebla, que comenzó con la excavación paleontológica del sitio y recuperó el par de defensas del animal, además de un 70 % de la pelvis, fragmentos del cráneo y la costilla.
Y aunque los trabajos de limpieza y análisis de los restos revelarán más detalles del individuo en las próximas semanas, Alarcón Durán considera que se trató de un macho de edad avanzada a partir del tamaño de las piezas recuperadas.
A diferencia del famoso mamut lanudo, los mamuts que habitaron México hace más de 10,000 años pertenecían a la especie Mammuthus columbi, elefántidos que podían alcanzar hasta 4 metros de altura y pesar 10 toneladas.
Adaptados a climas más cálidos que los mamuts lanudos, los mamuts colombinos poseían un pelaje ligero y se cree que ostentaban una apariencia similar a los elefantes modernos. Tenían un par de colmillos curvos de una longitud similar a su altura y de la misma forma que las demás especies del género, se extinguieron hace poco menos de 10,000 años por la actividad humana y el cambio climático global.
El hallazgo ocurrió en el nuevo panteón municipal de Los Reyes de Juárez, al oriente de Puebla, en el centro del país, una región donde en los últimos años se han encontrado enormes yacimientos de fauna del Pleistoceno, entre ellos la primera trampa para cazar mamuts en 2019, que confirmó que los antiguos pobladores del centro de México tenían la capacidad para cazar megafauna de forma organizada.
NationalGeographic