Con una longitud de hasta 150 años luz, los filamentos se encuentran en pares y grupos, a menudo apilados a igual distancia, uno al lado del otro, como las cuerdas de un arpa. Los astrónomos aún no saben por qué.
Una nueva imagen sin precedentes del turbulento corazón de la Vía Láctea obtenida con el radiotelescopio ultrasensible MeerKAT, situado en Sudáfrica, ha revelado casi 1.000 misteriosos filamentos, inexplicablemente colgados en el espacio.
Aunque la existencia de los desconcertantes y largos hilos unidimensionales (o filamentos) magnéticos –que se componen de electrones de rayos cósmicos que giran en el campo magnético a una velocidad cercana a la de la luz– alrededor del centro de nuestra galaxia ya había sido descubierta hace 35 años, su origen sigue siendo un misterio sin resolver desde entonces.
Ahora, estas nuevas observaciones podrían cambiar lo que actualmente sabemos sobre ellos.
Al menos 10 veces más filamentos de 150 años luz de longitud
Como informa el estudio, disponible en línea y aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters, las nuevas observaciones de radio revelan que los astrónomos solo han observado una pequeña fracción de estos filamentos: hay al menos 10 veces más de los que se conocían hasta ahora, lo que eleva el número total a casi 1.000 de estos filamentos cósmicos de 150 años luz de longitud.
Esto ha permitido a Farhad Yusef-Zadeh, autor principal del artículo y descubridor original de los filamentos en la década de 1980, y a su equipo realizar estudios estadísticos en una amplia población de filamentos por primera vez. Esta información podría ayudarles a desentrañar finalmente el viejo misterio.
Una imagen en mosaico (con etiquetas) del centro de la Vía Láctea, captada con ondas de radio. Los filamentos magnéticos son grandes barras verticales en toda la imagen.
“Hemos estudiado los filamentos individuales durante mucho tiempo con una visión miope”, dijo Yusef-Zadeh en un comunicado de la Universidad Northwestern.
“Ahora, por fin, vemos la imagen completa: una vista panorámica llena de abundantes filamentos. El mero examen de unos pocos filamentos dificulta la extracción de cualquier conclusión real sobre lo que son y de dónde proceden. Esto supone un hito en el avance de nuestra comprensión de estas estructuras”, agregó.
Los orígenes de los filamentos
Según los científicos, uno de estos nuevos avances está relacionado con las hipótesis de sus orígenes; el nuevo estudio descarta, por ejemplo, que un remanente de supernova, hallado con los nuevos datos, sea el probable progenitor de los filamentos.
Por su parte, es más probable que los filamentos estén relacionados con las burbujas de radio descubiertas en 2019 con datos anteriores del MeerKAT en el centro de la Vía Láctea.
Una imagen que muestra el índice espectral de los filamentos.
“Si uno fuera de otro planeta, por ejemplo, y se encontrara con una persona muy alta en la Tierra, podría asumir que todas las personas son altas. Pero si haces estadísticas de una población de personas, puedes encontrar la altura media. Eso es exactamente lo que estamos haciendo”, dijo Yusef-Zadeh. “Podemos encontrar la fuerza de los campos magnéticos, sus longitudes, sus orientaciones y el espectro de radiación”, añadió.
En grupos como las cuerdas de un arpa
Por otra parte, los nuevos datos revelaron que los filamentos se distribuyen en grupos, o cúmulos, y dentro de esos cúmulos, están muy uniformemente espaciados, como las cuerdas de un arpa, dijeron los investigadores.
“Casi se asemejan al espaciado regular de los bucles solares”, afirma Yusef-Zadeh. “Todavía no sabemos por qué se agrupan o entendemos cómo se separan, y no sabemos cómo se producen estos espaciamientos regulares. Cada vez que respondemos a una pregunta, surgen otras múltiples”.
Primer plano de las estructuras en forma de arpa. Los filamentos magnéticos aparecen en pares y racimos, uno al lado del otro con igual espacio entre ellos.
Otro misterio es el mecanismo que acelera los electrones dentro de los filamentos magnéticos. Según reporta Science Alert, es posible que los filamentos estén relacionados con un extraño filamento magnético, descubierto el año pasado, que emite radiación tanto en longitudes de onda de radio como de rayos X.
El siguiente paso será estudiar cada filamento por separado y caracterizar sus propiedades para obtener un catálogo completo que permita realizar análisis estadísticos en profundidad. “Sin duda, estamos un paso más cerca de una comprensión más completa”, afirma Yusef-Zadeh.
Potencia del MeerKAT logra captar el centro de la Vía Láctea
Aunque solo está a unos 25.000 años luz de distancia (lo que no está muy lejos en términos cósmicos), el centro de la Vía Láctea es muy difícil de ver. Lograr la precisión necesaria para esta imagen fue entonces solo posible gracias a la potencia del MeerKAT del Observatorio Radioastronómico de Sudáfrica (SARAO) y a más de 200 horas de observaciones.
La imagen final del centro de la Vía Láctea será publicada en otro artículo en The Astrophysical Journal.
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