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La tasa de fertilidad mundial est?? en declive desde hace d??cadas.
A menudo, la atenci??n se ha puesto en el sistema reproductivo de las mujeres, pero la epidemi??loga estadounidense Shanna Swan sugiere que los hombres tambi??n son fuente de preocupaci??n.
Seg??n expone en el libro Countdown (“Cuenta atr??s”), el estado actual de la salud reproductiva no puede prolongarse por mucho tiempo sin amenazar la supervivencia humana.
“Es una crisis existencial global”, subraya esta cient??fica especializada en fertilidad que trabaja en la Escuela de Medicina Icahn del hospital Mount Sinai en Nueva York.
En este libro de reciente publicaci??n, Swan se??ala que, de media, la mujer actual de 20 a??os es menos f??rtil de lo que era su abuela a los 35 a??os y a??ade que, tambi??n de media, un hombre actual tiene la mitad de los espermatozoides que ten??a su abuelo a su misma edad.
La investigadora responsabiliza de gran parte de este deterioro a los qu??micos t??xicos, en concreto los ftalatos, sustancias sint??ticas que se utilizan para hacer que los pl??sticos sean m??s flexibles y dif??ciles de romper.
Estos componentes est??n en objetos de uso com??n: envases, champ??s, cosm??ticos, muebles, pesticidas o alimentos enlatados, entre otros productos.
Varios estudios de los ??ltimos 20 a??os han demostrado que alteran las hormonas masculinas como la testosterona y causan defectos genitales de nacimiento en los beb??s varones.
Los Centros para el Control y Prevenci??n de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en ingl??s) exponen en su p??gina web que se desconocen los efectos de una leve exposici??n a los ftalatos, pero reconocen que algunos tipos de estas sustancias han afectado el sistema reproductivo de animales en laboratorio.
BBC Mundo entrevist?? a la Dra. Swan sobre sus hallazgos.
En su libro, leemos que la fertilidad ha ca??do m??s del 50% en los ??ltimos 50 a??os y que el recuento de espermatozoides podr??a bajar a 0 para 2045, en poco menos de 25 a??os. ??C??mo lleg?? a estos datos?
D??jeme decirle que el dato de la fertilidad no viene de mi propia investigaci??n, sino del Banco Mundial.
El Banco Mundial es una magn??fica fuente que aporta la tasa de fertilidad -es decir, el promedio de hijos que tiene una mujer- de cada a??o y pa??s desde 1960.
Desde 1960 hasta ahora, la tasa ha ca??do a m??s de la mitad, de cinco hijos por mujer o pareja a 2,4 hijos por mujer o pareja, eso es una ca??da de m??s del 50%.
En cuanto al declive del recuento y concentraci??n de espermatozoides, es un dato mucho m??s dif??cil de establecer y para eso hicimos un gran metaan??lisis, un an??lisis de estudios ya publicados, y revisamos todos aquellos publicados en los ??ltimos 40 a??os para ver los datos de esperma que reportaron los investigadores en sus pa??ses o estudios respectivos.
Lo que hallamos fue que la concentraci??n baj?? de 99 millones de espermatozoides por mililitro -casi 100, que es mucho- en 1973 a 47 millones en 2011.
Es una ca??da preocupante por varias razones, la principal es que es muy pronunciada.
Por cierto, esto es en pa??ses occidentales, en Europa, Am??rica del Norte, Australia y Nueva Zelanda, porque los pa??ses no occidentales tienen muy pocos estudios publicados y buscamos en ingl??s, por lo que no est??n incluidos los trabajos en otros idiomas.
Si se miran los datos de los ??ltimos 30, 20, diez a??os, no se ve que la bajada sea m??s lenta, por lo que no hay indicaci??n de que la ca??da se est?? reduciendo.
Ya 47 millones es un n??mero bajo y seguir?? disminuyendo. Por debajo de 40 millones entramos en el punto en el que es m??s y m??s dif??cil tener un hijo, digamos, de la manera tradicional, y necesitamos acudir a la reproducci??n asistida.
Siguiendo esta l??nea, algunos de los art??culos que rese??an su libro alertan incluso sobre el final de la humanidad. Usted habla de una crisis existencial global. ??C??mo empeor?? tanto la situaci??n y por qu?? no se habla tanto de esto?
S??, ??qu?? est??bamos haciendo cuando esto estaba ocurriendo! ??cierto? Una cosa que est??bamos haciendo es ser absorbidos por muchas otras crisis. No podemos olvidar el cambio clim??tico, que est?? anulando otras crisis, y ahora la pandemia de covid-19.
Pero esto precede de largo a la pandemia y de hecho se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando aument?? la elaboraci??n de productos derivados del petr??leo.
El pl??stico y muchos de los qu??micos que nos preocupan, y que pienso que est??n relacionados con este declive, empezaron a producirse en grandes cantidades en todo el mundo. Son qu??micos hechos con petr??leo y derivados del petr??leo.
La crisis global del cambio clim??tico y la crisis de la salud reproductiva crecieron juntas porque est??n ligadas a productos similares.
Otra de las razones por las que no somos tan conscientes de la crisis de fertilidad es que la gente no habla sobre la salud reproductiva.
En primer lugar, se suele responsabilizar a las mujeres de los fallos en la salud reproductiva, se asume que, si una pareja no puede concebir, la mujer es responsable.
Las personas no quieren hablar de cosas sobre las que se sienten mal o culpables y definitivamente los hombres no quieren considerar la posibilidad de que pueden ser inf??rtiles o que tienen pocos espermatozoides, porque sienten que eso ataca su masculinidad. As?? que es una especie de zona secreta que se trata de evitar.
Incluso muchas de las parejas que tienen problemas para concebir y acuden a programas de reproducci??n asistida no se lo cuentan a sus amigos, es algo oculto.
Tampoco se discuten problemas relacionados con la menstruaci??n o el sexo, como la falta de libido o la disfunci??n er??ctil. Todos ellos son temas que dan verg??enza.
Pienso que hay un factor ah?? que no se ve por ejemplo con los problemas de coraz??n o la diabetes.
A la gente no le da verg??enza hablar de su diabetes de la misma manera que s?? le pasa con la infertilidad.
Creo que esa es otra raz??n por la que no hemos prestado atenci??n, hemos estado ocupados con otras cosas y no queremos hablar del tema.
Esto me hace pensar en un caso de mi entorno, una mujer cuyo feto muri?? durante el parto. Todo iba bien, pero de pronto los m??dicos no le encontraron latido. Me llam?? la atenci??n que muchas personas se sorprendieron de que algo as?? pudiera pasar en Estados Unidos, como si fuera algo que solo ocurre en pa??ses en desarrollo.
Ese es un muy buen punto, no se considera un problema del primer mundo. Es otra raz??n por la que la gente no quiere abordar este asunto, es algo que les ocurre a otros, son “ellos” los que tienen un problema. O incluso dentro de Estados Unidos, es algo que les pasa a los no blancos.
S?? hay algo de cierto en que aqu?? se da una cuesti??n de justicia, que las personas no blancas tienen m??s problemas reproductivos en EE.UU.
Esto est?? ligado, pienso, a una exposici??n m??s elevada a qu??micos que pueden causar este da??o y tambi??n hay otros factores de salud como el estr??s, una mala dieta y otras cosas que se cruzan con sus problemas de fertilidad y los agravan.
No estamos expuestos de la misma manera a estos problemas.
Hablando sobre los qu??micos, cuando intentamos ser m??s conscientes con lo que hacemos tendemos a pensar sobre todo en la comida y el agua, pero la amenaza, seg??n sus investigaciones, es m??s amplia.
Es mayor, s??, aunque dir??a que es muy bueno que pensemos en la comida, el agua y el aire, porque los qu??micos que m??s he investigado son unos qu??micos que est??n en el pl??stico y se llaman ftalatos.
Nuestra principal exposici??n a dichos qu??micos es a trav??s de la comida.
Cuando los alimentos entran en contacto con el pl??stico, los ftalatos presentes en el pl??stico suave penetran la comida y de ah?? llegan a nosotros. Esto puede pasar cuando se procesa la comida o incluso antes, en el empaquetado, al guardar los alimentos en recipientes o al ingerirlos.
Cuando la gente me pregunta qu?? puede hacer, digo: “Intenten sacar el pl??stico de su cocina”. Yo intento usar envases de vidrio, cer??mica y metal.
Tambi??n est?? el bisfenol A (normalmente abreviado como BPA), que endurece el pl??stico y est?? en nuestra comida por el contacto con latas o botellas de pl??stico.
Cualquier pl??stico duro que se le ocurra tiene BPA, o bisfenol S o bisfenol F que se usan como alternativa porque la gente quiere comprar productos libres de BPA.
Al hablar de la cocina, debo mencionar que tambi??n son preocupantes los revestimientos para que la comida no se pegue en las sartenes o los empaquetados que dicen que son resistentes al agua y que contienen qu??micos peligrosos.
Si vamos m??s all?? de la comida entonces tenemos que hablar del poli??ster en la ropa, los retardantes de llama en los muebles, el PVC (policloruro de vinilo), que se usa especialmente en Europa para los suelos y cubiertas de las paredes, etc.
Son qu??micos que pueden afectar nuestras hormonas y son los m??s preocupantes por su efecto sobre la testosterona, el estr??geno??? son qu??micos que se conocen como alteradores endocrinos o de hormonas.
Lo que sucede es que cuando entran en el cuerpo pueden afectar nuestras propias hormonas y el momento m??s peligroso para que esto ocurra se da en los primeros meses de embarazo.
El embri??n se est?? desarrollando de forma muy r??pida, much??simas c??lulas se est??n dividiendo y d??ndose la vuelta, y su desarrollo ha sido programado para usar las hormonas como indicadores de los procesos que deben ir despu??s.
Si estas hormonas son alteradas de manera que, por as?? decirlo, no reciben el mensaje, entonces se altera ese desarrollo y es algo que hemos medido en nuestros estudios.
Hemos observado casos de ni??os varones que quedan, como decimos, “submasculinizados” por la falta de testosterona durante el desarrollo en el ??tero y el efecto en su aparato reproductivo.
Ah?? podemos ver que estos qu??micos pueden afectar la cantidad de espermatozoides a trav??s de la alteraci??n hormonal, ya sea durante el embarazo o en la vida adulta.
Un fumador tiene una baja cantidad de espermatozoides, eso lo sabemos, la diferencia es que un adulto que fuma puede tomar la decisi??n de dejarlo y su recuento de espermatozoides se recupera, pero no podemos hacer nada con la alteraci??n que se produjo cuando estaba en el ??tero materno.
Eso es permanente, es una alteraci??n de por vida.
Tambi??n se habla de los qu??micos eternos. ??Qu?? son, espec??ficamente?
Son qu??micos como el DDT (dicloro difenil tricloroetano), la dioxina o los PCD y se llaman eternos porque no se disuelven en agua y no dejan el cuerpo r??pidamente.
Los ftalatos son lo opuesto, son solubles en agua, al igual que el BPA, llegan a la orina y el cuerpo los expulsa, por lo que en unas cuatro horas la mitad de ellos est??n fuera, muy r??pidamente.
Pero los qu??micos eternos se quedan a??os y a veces d??cadas, y no solo est??n en nosotros, almacenados en la grasa, sino tambi??n en el entorno, en la grasa de animales como el pescado que comemos, y en la tierra que llega a nuestra agua y as?? los recibimos.
El peligro de los qu??micos eternos es literalmente eterno.
Lo bueno de los qu??micos no persistentes como los ftalatos y el BPA es que, una vez que los expulsamos del cuerpo, ya est??, no se quedan. El problema es que siempre llegan a nosotros.
Ahora mismo nosotras tenemos en nuestro cuerpo, con un 90% de certeza, ftalatos y bisfenoles.
Y, por cierto, no tenemos conocimiento de esto, no sabemos cu??les son los niveles, no sabemos de d??nde los estamos recibiendo, la mayor??a de las personas no saben qu?? buscar y por eso digo que somos conejillos de indias.
Las empresas en EE.UU. no necesitan probar que los qu??micos son seguros antes de ponerlos en el mercado. En Europa es diferente. Hay un est??ndar mejor en la Uni??n Europea que establece que se debe probar que un qu??mico es seguro antes de sacarlo al mercado.
Es una legislaci??n que se llama Reach y que realmente cambi?? la cara de la exposici??n a estos qu??micos.
Pero en Estados Unidos, y dir??a que en la mayor parte de pa??ses del mundo, ese no es el caso.
Necesitamos cambiar el sistema para que haya que demostrar que los qu??micos no son da??inos antes de ponerlos en el mercado. Eso se puede hacer a trav??s de tests y ensayos.
Y necesitamos explicar que incluso una peque??a dosis importa.
Es muy sorprendente ver que la mayor??a de las personas piensan “oh, es tan poquito que no me puede da??ar”, eso no es verdad.
En lo que se refiere al sistema endocrino, los humanos hemos sido dise??ados para ser sensibles a cambios hormonales muy peque??os.
Incluso el sexo de un gemelo afecta c??mo se desarrollan las hormonas y el sistema reproductivo del otro gemelo.
Hablamos de exposiciones de menos de una gota en una piscina. Esa leve exposici??n es suficiente para alterar el desarrollo y esto es porque nuestro organismo es extremada y sumamente sensible a peque??os cambios hormonales.
La escucho y pienso en algunos casos notorios de esc??ndalos qu??micos que han llegado a las noticias, como los de Monsanto, Dupont, Johnson & Johnson, pero no son tantos para la seriedad del problema que Ud. presenta.
Esos son casos legales y en el ??mbito del derecho es extremadamente dif??cil probar el da??o que causan las peque??as dosis y los efectos leves, porque no afectan a alguien dram??ticamente, excepto en los casos de exposici??n en el lugar de trabajo.
As??, los casos de exposici??n elevada en el trabajo se pueden relacionar con determinados defectos de nacimiento o problemas de salud en particular, pero no as?? cuando la gente experimenta cambios peque??os.
Est?? el ejemplo del plomo. La exposici??n de los ni??os al plomo reduce su coeficiente intelectual, pero es una peque??a cantidad, as?? que si tienes un ni??o con un CI levemente inferior, no puedes probar que el plomo en la pintura de la casa cuando su madre estaba embarazada es responsable de eso.
Es la misma situaci??n con estos qu??micos. Hay peque??as dosis que afectan a millones de personas en peque??as cantidades y cobran un gran peaje econ??mico y en t??rminos de salud en nuestras poblaciones, pero establecer el enlace entre causa y efecto es muy dif??cil.
Creo que tenemos que hacerlo como lo hago yo: investigando a fondo un qu??mico en particular y una consecuencia espec??fica.
Yo me concentro en los ftalatos y la salud reproductiva y los he podido vincular de forma bastante convincente, especialmente porque demuestro su correspondencia con estudios con animales y su correspondencia con estudios de laboratorio que muestran la acci??n de estos qu??micos en las hormonas.
Cuando unes todo eso tienes lo que se llama la carga de la prueba que lleva a una decisi??n.
As?? sucedi?? en 2008 con la ley de Protecci??n del Consumidor por la que se retiraron ciertos juguetes infantiles en EE.UU.
Para que se act??e se necesita un largo y caro trabajo de cient??ficos, reguladores y activistas.
Si los fabricantes hicieran sus ensayos antes, no tendr??amos que llegar a esto.
Esa es la situaci??n en la que estamos.
BBC News
