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La Mona Lisa, el cuadro de Leonardo da Vinci que se exhibe en el Louvre de Par??s, ha sido copiada muchas veces.
La m??s famosa de esas copias es la Mona Lisa de Hekking, que recibe su nombre de quien fuera su due??o, el anticuario Raymond Hekking (1886-1977).
Esta obra sale a subasta en la sede de Christie???s en Par??s del 11 al 18 de junio y se espera, en un c??lculo conservador, que se venda por entre 200.000 y 300.000 euros (US$240.000-US$365.000).
Pero la suma ser?? probablemente mucho mayor.
Ventas previas de copias similares a la Mona Lisa del siglo XVII han superado el mill??n de d??lares, como ocurri?? con una versi??n que se vendi?? en Nueva York en marzo de 2019 por US$1.695.000.
Ese mismo a??o, otra versi??n alcanz?? m??s de US$670.000 y una tercera casi US$200.000.
Era el 500?? aniversario de la muerte de Leonardo, y se conmemor?? con varias exhibiciones de prestigio, por lo que se puede decir que el mercado para su obra estaba en un momento ??lgido.
Sin embargo, la Mona Lisa, ya sea el cuadro original o las m??ltiples copias, siempre est?? asociada con dinero. Sin importar el momento.
Y de sus m??ltiples versiones, pocas tienen una historia m??s fascinante que la de Hekking.
Su trayectoria ofrece una brillante visi??n de las actitudes cambiantes a lo largo de los siglos hacia el valor que se le da a la originalidad frente a la imitaci??n.
??Lo aut??ntico?
Ninguna de las obras de Leonardo es m??s deseada que la Mona Lisa, que se convirti?? en sujeto del robo de arte m??s tristemente c??lebre del siglo XX: el agosto de 1911, el empleado del Louvre Vincenzo Perugia la sustrajo de su sitio de exhibici??n.
El cuadro estuvo perdido dos a??os antes de ser recuperado en Florencia y devuelto al Louvre en 1913 despu??s de una triunfante gira por museos italianos.
El hurto fue noticia en los peri??dicos de todo el mundo y contribuy?? grandemente a la fama de la pintura.
En enero de 1963, en medio de una enorme atenci??n internacional, la Mona Lisa viaj?? a Estados Unidos y fue exhibida con gran ??xito en Washington DC y Nueva York.
La entonces primera dama Jackie Kennedy hab??a logrado el acuerdo en 1961 y la atenci??n medi??tica que recibi?? la obra fue fren??tica.
En medio de este frenes??, el anticuario Raymond Hekking aleg?? que la Mona Lisa que el Louvre iba a enviar a Estados Unidos no era la original, la verdadera Mona Lisa era la que ten??a ??l.
Hekking adquiri?? su versi??n a finales de la d??cada de los 50 de un marchante de arte en Niza, Francia, por unos US$5.
El anticuario defendi?? que el cuadro devuelto al Louvre en 1913 era solo otra copia contempor??nea de la Mona Lisa.
Hekking result?? ser un excelente comunicador y orquest?? una sorprendentemente llamativa campa??a medi??tica para que su Mona Lisa fuera reconocida como ???LA??? Mona Lisa.
Invit?? a los medios a escudri??ar su copia e incluso produjo una pel??cula para sustentar su afirmaci??n.
??Qu?? tiene una reproducci??n?
Los intentos de Hekking de autentificar su versi??n como la Mona Lisa ???real??? han sido desde entonces rebatidos y desmentidos.
Su pintura ha sido fechada de forma concluyente en los principios del siglo XVII y su realizaci??n se le atribuye a un an??nimo ???seguidor italiano de Leonardo???.
Todo esto plantea la pregunta de d??nde reside realmente el valor de una imagen.
Para coleccionistas de la era moderna temprana (alrededor de 1500-1800), el valor de un objeto no resid??a necesariamente en el hecho de que el artista lo hubiera producido ??l mismo.
M??s bien valoraban tener una copia de una imagen ic??nica.
Es importante recordar que, hist??ricamente, hab??a menos im??genes y eran menos accesibles de forma r??pida.
Ver una pieza de arte pod??a requerir viajar al lugar donde se guardaba y el acceso pod??a depender de que el propietario te permitiera la entrada.
La propiedad de una copia de una imagen codiciada significaba estatus y privilegio y confer??a un prestigio cultural significativo al coleccionista.
Muchos objetos se produc??an en talleres con la ayuda de m??ltiples asistentes (en oposici??n a un ??nico artista), pero esto importaba poco.
Para hacernos una idea, podemos imaginar esos talleres compar??ndolos con un estudio de dise??o actual.
Los trabajos de ese estudio llevan la marca del artista, pero quiz?? no hayan sido dise??ados, creados o ejecutados por la mano del maestro.
Y aun as??, merece la pena ser asociado con la marca, porque son la huella y la asociaci??n las que dan valor al propietario del objeto.
Esto es especialmente as?? cuando la creaci??n de reproducciones implicaba copiar a mano, producir versiones que eran ??nicas a su manera.
Reproducci??n mec??nica
Pero ahora que vivimos en una era en la que podemos ver cualquier obra de arte reproducida online o a trav??s de t??cnicas como la fotograf??a, la serigraf??a o el grabado, ??reduce eso el valor de una copia o reproducci??n?
El fil??sofo alem??n Walter Benjamin fue el primero en intentar desentra??ar esos debates.
En su art??culo ???El trabajo art??stico en la era de la reproducci??n mec??nica???, Benjamin defendi?? que una obra de arte original posee un aura irreproducible e inimitable de singularidad que no est?? presente en la reproducci??n mec??nica y sostuvo, por tanto, que esta reduce su valor.
Pero tambi??n enfatiz?? que cualquier obra de arte tiene ???autenticidad art??stica y que eso la hace importante, porque refleja las intenciones del mecenas que quer??a poseer la imagen y el rol del artista que la elabor?? a petici??n de ese mecenas???.
En otras palabras, Benjamin plantea las razones de por qu?? una obra como la Mona Lisa de Hekking es tan importante.
Tiene una historia totalmente ??nica y eso le confiere valor. Es m??s que solo otra copia de una obra de Leonardo.
Esa Mona Lisa no es una reproducci??n mec??nica, sino una copia aut??ntica del siglo XVII de una imagen ic??nica, y tiene autoridad cultural con creces y sus propias historias.
Si hay una imagen que genera debates sobre el valor de las copias y reflexiones sobre la autenticidad, esa es la Mona Lista de Hekking.
Y esto, sin duda, se ver?? reflejado en el precio que la imagen alcanzar?? en la subasta.
BBC News
