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La historia oficial de Santiago de Chile daba a entender hasta hace unos a??os que el espa??ol Pedro de Valdivia hab??a fundado la ciudad en un terreno desocupado.
Pero una serie de evidencias arqueol??gicas y documentales muestra que ya hab??a un asentamiento inca en plena actividad en el lugar del valle del r??o Mapocho que Valdivia eligi?? en 1541.
Esta es la conclusi??n a la que llegaron el arque??logo Rub??n Stehberg y el historiador Gonzalo Sotomayor (fallecido en 2016) en el art??culo “Mapocho incaico”, publicado en 2012 en el bolet??n del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de Chile.
El art??culo dice que “habr??a existido un centro urbano Tawantinsuyu (nombre del imperio inca), bajo el casco antiguo de la ciudad de Santiago, desde el cual sal??an caminos incaicos en distintas direcciones y cuya base de sustentaci??n fue la hidroagricultura y la miner??a de oro y plata”.
“La infraestructura de esta instalaci??n habr??a sido aprovechada por Pedro de Valdivia para fundar la ciudad de Santiago”, a??ade en la investigaci??n.
Stehberg explica a BBC Mundo que ??l y su equipo de investigadores definen al asentamiento inca como un “centro administrativo y ceremonial incaico” (no como ciudad, por ser un concepto muy “europeo”) y que “estaba en pleno funcionamiento”.
“Aparentemente era la sede administrativa del gobernador incaico”, dice Stehberg a BBC Mundo.
“Pedro de Valdivia se apoder?? del centro administrativo y ceremonial y de toda la red de chacras agr??colas del Maipo-Mapocho. Otras estructuras ind??genas como guacas, adoratorios y pucaraes (fortalezas) fueron destruidas como parte de la pol??tica de extirpaci??n de idolatr??as”, a??ade Stehberg.
Pero ??cu??les son las evidencias de la presencia incaica en el actual territorio de la capital chilena?
Evidencias documentales
“La presencia inca en el valle del Mapocho es muy fuerte”, dice el ge??grafo Juan Carlos Cerda, parte del equipo de Stehberg, a BBC Mundo. Los incas “llegan aproximadamente en el a??o 1400 y traen consigo mano de obra, tecnolog??as agr??colas, redes de caminos y, lo m??s importante, una red de canales que permit??an aumentar la producci??n agr??cola”.
En 2012, el art??culo “Mapocho incaico”, reuni?? todas las evidencias arqueol??gicas y documentales disponibles hasta el momento sobre esta presencia del Tahuantinsuyo en el valle.
Uno de las pruebas m??s antiguas es el Acta del Cabildo de Santiago del 10 de junio de 1541, a??o de la fundaci??n, y que narra el momento en que la ciudad estaba por nombrar a Valdivia como gobernador.
El acta dice que todo el pueblo deb??a juntarse “en un tambo grande que est?? junto a la plaza de la ciudad”.
Los tambos eran almacenes y lugares de alojamiento incaicos construidos a lo largo de los caminos incas de todo el Tahuantinsuyo.
Stehberg cree que se puede inferir que la cita se refiere a uno de estos edificios p??blicos incaicos.
“Dado el contexto b??lico, de escasez de alimentos, mano de obra, es poco probable que (los espa??oles) hayan construido este ‘tambo grande’. Adem??s le hubieran puesto un nombre castellano, como Edificio de la Gobernaci??n, o del Cabildo o similar, nunca con el nombre de un edificio incaico”, explica.
Otra de las evidencias de la presencia inca en el Mapocho es la “Relaci??n de los servicios de Pedro de Valdivia”, escrita en 1552.
El documento dice que este “pobl?? la provincia de Mapocho, questaba poblada de indios que fueron subjetos a los ingas, se??ores del Per??, la cibdad de Santiago”, detalla el art??culo “Mapocho incaico”.
Un indicio m??s proviene de los testimonios de Ger??nimo de Vivar, cronista de Pedro Valdivia y de sus haza??as en lo que ser??a Chile.
Vivar escribe en 1558, en sus textos sobre la fundaci??n de Santiago, que Valdivia iba a “poblar un pueblo como el Cuzco a las riberas del r??o nombrado Mapocho”.
La cita se refiere a las intenciones que ten??a Valdivia al trasladarse al Mapocho desde Per??, donde hab??a estado al servicio del conquistador Francisco Pizarro.
El pasaje significa, seg??n “Mapocho incaico”, que Valdivia “ya estaba informado de la existencia de un pueblo o ciudad como el Cusco a orillas del Mapocho (…) No utiliz?? la idea de construir, edificar o fundar (…) Las citas son claras en el sentido de que iba a habitar un pueblo preexistente”.
El art??culo tambi??n sostiene que Vivar “mencion?? reiteradamente la existencia de caminos incaicos, sistema de posta y traslado en andas” y de un puente colgante.
Una de las ??ltimas evidencias documentales apareci?? en 2011, cuando el historiador Sotomayor encontr?? un archivo judicial de inicios del siglo XVII sobre un litigio en torno a la ubicaci??n del camino inca, que serv??a como l??mite a unas propiedades.
“El camino que llaman de Chille (camino inca) es hiendo desde las casas de do??a Ysabel de Caseres donde estan los paredones biexos de la casa del inga”, dice uno de los testigos del litigio, Gaspar Jauja, un ind??gena peruano que hab??a llegado al valle del Mapocho con Valdivia en 1541.
Pero la presencia del Tahuantinsuyo en el Mapocho dej?? no solo rastros documentales, sino tambi??n arqueol??gicos.
Pruebas arqueol??gicas
A lo largo del siglo XX y XXI, distintas excavaciones han dejado al descubierto enterramientos, tumbas, cementerios y miles de cer??micos incaicos (como los aribaloides, unos recipientes globulares con cuello angosto) en distintos puntos de Santiago, como la Catedral y el Museo Chileno de Arte Precolombino, y en los alrededores de la ciudad.
Por ejemplo, en 1954, en la cima del Cerro El Plomo, a 45 kil??metros de Santiago de Chile, unos arque??logos encontraron el cuerpo congelado de un ni??o incaico, rodeado de hojas de coca y adornos de plata, oro y concha.
M??s adelante, cuando Santiago fue ampliando su red de metro, en los a??os 70 y 80, en el centro de la ciudad, “empezaron a aparecer vestigios de cementerios antiguos y de vasijas que eran claramente de factura cusque??a”, dice Fernando Ulloa, historiador de la Universidad de Chile, a BBC Mundo.
Uno de los hallazgos m??s recientes se produjo entre 2015 y 2016, en la excavaci??n del patio Los Naranjos, en la Catedral de Santiago, ubicada en la Plaza de Armas.
“Se encontraron piedras rodadas debajo del cimiento de un muro. Este rasgo es incaico y se encuentra tambi??n en Cusco. Fue utilizado para disipar la energ??a de los terremotos”, dice Stehberg.
Tambi??n se excavaron los patios de otros edificios que circundan la Plaza de Armas.
“Invariablemente se encontraron restos de cer??mica del per??odo incaico en casi todos los pozos. Incluso llam?? la atenci??n la elevada proporci??n de cer??mica fina decorada con motivos cusque??os”, dice Stehberg.
La referencia a la “casa del Inga”, el “tambo grande” y la cantidad de cer??micos permiten inferir que el asentamiento era un centro administrativo y ceremonial, a??ade Stehberg.
Alrededor de este centro, el valle del Mapocho “estaba cruzado de grandes acequias (incaicas) que regaban una cantidad importante de chacras”, dice a BBC Mundo el ge??grafo Juan Carlos Cerda, tambi??n coautor, junto a Stehberg y Sotomayor, del art??culo “Mapocho incaico norte” (2016), publicado en el bolet??n del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de Chile, cuatro a??os despu??s de “Mapocho incaico”.
Adem??s de todos estos vestigios, las investigaciones tambi??n han dejado al descubierto conjunto de tumbas, como el de La Reina, hallado en 1947.
En este lugar, “no cabe duda de que se sepult?? a la ??lite incaica del Mapocho”, dice el art??culo “Mapocho incaico”. “No ser??a aventurado postular que fue el lugar de entierro de la familia de Quilicanta”.
Porque aunque no se conoce el nombre que ten??a el asentamiento inca, los investigadores s?? saben qui??n estaba al mando: un inca llamado Quilicanta, seg??n cronistas de la ??poca.
??Qui??n gobernaba la ciudad?
Ger??nimo de Vivar, el cronista de Valdivia, dice que Quilicanta “por ser valeroso y ser uno de los incas del Pir?? estaba puesto por el inca en esta tierra por gobernador”.
“Estaba ah?? para administrar el pago de tributos, que era el modo en que el Tahuantinsuyo ocupa la zona”, dice el historiador Ulloa.
“A Quilicanta le toc?? recibir a Pedro de Valdivia, a quien le proporcion?? ayuda. En alg??n momento, la relaci??n se deterior??. Do??a In??s de Su??rez, pareja de Valdivia, orden?? degollar a Quilicanta. Este acto puso un dram??tico t??rmino a la presencia del Tawantinsuyu en la regi??n central de Chile”, cuenta Stehberg.
Stehberg a??ade que “Cusco hab??a ca??do en manos espa??olas en 1532, por lo tanto la cuenca Maipo-Mapocho logr?? sobrevivir por (m??s de) ocho a??os a la ca??da de su capital. En esto Quilicanta tuvo un papel fundamental”.
BBC News
